Parece que todo vaya a
cámara lenta. Ángel Guirado (Málaga, 1984) se la acomoda y, girándose sobre sí mismo, remata ante Craviotto. El estadio se queda
en silencio por la trascendencia de una jugada que marcará el
futuro de ambos equipos. Si entra, el Olímpic de Xàtiva se meterá
en los playoffs de promoción de ascenso a 2ª División y el CE L'Hospitalet
perderá el campeonato de Liga del grupo III de 2ªB —a favor del
Huracán Valencia, que ha vencido 0-1 en Badalona— y poder jugar la
eliminatoria de campeones para ascender con una sola ronda. Guirado, centrocampista malagueño
que juega con la selección filipina —su madre es de allí—, no
acierta y se lleva las manos a la cabeza desconsolado. “¡Mi
corazón!”, grita un niño en la grada, medio tiritando del susto y
del diluvio que le está cayendo encima, pues va con pantalones
cortos y no tiene nada con que protegerse. Es uno de los primeros en
saltar al campo dos minutos después, en el 95, cuando el árbitro pita el
final del partido: 0-0 y el conjunto de Miguel Álvarez sabrá su rival este lunes entre el Tenerife, el Jaén y el Alavés. Una bandera del Hospi se mezcla entre los
jugadores y los aficionados locales y lo primero que hacen Craviotto
y Valentín es consolar a un rival.
Bacari salta encima de la piña
formada entre público y jugadores mientras suena el himno del club,
seguido de un Follow the leader idóneo
para la ocasión. La novia de Marc Pedraza se sube a él y se besan.
Es la éxtasis para un equipo que hace poco más de un año y ante el
mismo rival, también con un empate –en este caso a uno–, se
quedó a las puertas de jugar las eliminatorias de ascenso. Aunque
tampoco le hubiese valido ganar. “Todo el mundo sabía que íbamos
a sufrir, pero ha merecido la pena”, se escucha en la grada. Es la
misma voz que hace un rato ha reflexionado sobre el nombre del rival:
“¡Qué pretencioso es llamarse Olímpic porque en Xàtiva no hay
Juegos Olímpicos!”. Y la misma que le ha dicho al árbitro por
activa y por pasiva que pite el final del partido tras la ocasión de
Guirado, objeto de bromas por parte de la grada, que aconseja
a su jugador Valentín, calvo: “¡Quítale la melena y hazte
rastras!”. Guirado es muy protagonista en el campo, pues antes
también había encarado sin suerte a Craviotto, genial para sacar la
pierna. Con la pierna y la cabeza despeja Moyano una nueva acción de
los visitantes, que protestan la amarilla a su capitán, Rifaterra.
Un aficionado del Hospi opina lo opuesto: “¡Todo el partido igual
8, todo el partido igual!”.
Empieza a llover en serio
y se encienden las luces del estadio, coincidiendo con la entrada de
Nájera por Pau por los visitantes y un centro-chut de Nando que
Craviotto desvía a córner. “¡Sí se puede! ¡Sí se puede!”,
gritan los aficionados del Olímpic, que todavía lo ven posible y se
desesperan ante la salida de Craviotto, hábil para despejar con la
cabeza ante Najera. Cirio exige a Francis. Belda le lleva la pelota a
Manga para que saque, pero éste se entretiene. No tiene prisa y el
árbitro le saca amarilla. Julio Rico, que había entrado por Corominas, remata de cabeza el segundo
córner consecutivo y, poco después, se va cojeando y es sustituido por Peque. Quedan tres minutos más
el añadido. ¡Final! Varios aficionados saltan al césped. En el marcador figura Campions y en la grada luce todavía más
una pancarta agradecida: “Un equipo inolvidable.
Gracias por este sueño”.
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