El
Barça se sobrepone a la lesión de Navarro y fuerza el quinto
partido de la final ACB en una gran actuación de coraje (73-62)
Huertas lanza ante Begic y Llull - ACB Photo. |
Cuando el capitán se fue
al banquillo frotándose la barba y con la cabeza gacha, Xavi Pascual
y el resto del equipo supo que algo grave le sucedía al capitán.
Era el ecuador del tercer cuarto y La Bomba ya no volvió a jugar.
“Pinchazo en el isquio derecho y, seguramente, una rotura”, anunció como parte el técnico del Barça en la rueda de prensa. Antes había sido
artífice y espectador del corazón de sus jugadores, que se
sobrepusieron a la ausencia de Navarro gracias a una actuación de
coraje, negando y reduciendo al Madrid. Tomic (18 puntos y 11
rebotes) y Huertas (11 tantos y seis asistencias) fueron los líderes
de un grupo que, con su victoria por 73-62, forzó el quinto partido
de la final de la Liga ACB. Es un equipo que no entiende de retos
imposibles ni de excusas y que no para de crecer ante situaciones
límite, como volvió a demostrar Todorovic, un chico que juega con
la misma seriedad y madurez con la que habla. El Madrid fue casi
siempre por debajo y acabó encendido por otra acción polémica, a
1m 20s, cuando los árbitros señalaron pelota para los locales, después de que Tomic la tocase con la rodilla
(65-61). El conjunto de Pablo Laso se desquició con la decisión,
especialmente Rudy, que se ganó una técnica, y entre
Oleson y Lorbek redondearon el marcador. Un triunfo tan merecido por
el Barça como había sido el anterior por el Madrid.
“Hemos peleado más,
hemos estado más concentrado. Solo así se le puede ganar al
Madrid”, recalcó Huertas, mientras su compañero Tomic utilizaba
una palabra que resumía parte del éxito del grupo: “cabeza”.
“Creo que sería muy corto de miras por mi parte pararme en
situaciones concretas”, valoró Laso sobre la acción polémica.
“Ellos después del primer partido”, intervino Reyes, “se
quejaron de una jugada muy dudosa, a ver si hoy se quejan”. Pascual
quitó hierro al asunto y destacó la entereza del grupo, atormentado
durante todo el curso por las lesiones en los “momentos
importantes”: “Si [Navarro] juega [el quinto partido], lo hará
roto”.
Marcador corto
La actitud del Barça en el Palacio
de los Deportes tendrá que ser como la que habían
advertido, entre otros, Navarro y Xavi Pascual para este partido. El
Barça no se podía permitir de nuevo un inicio tan desacertado como
en el resto de serie y puso todos los elementos necesarios para que
no volviese a suceder. El primero en dar ejemplo fue Tomic, al que
los azulgrana buscaron, sobre todo en el primer cuarto, y el pívot
croata respondió con 14 puntos, perfecto en sus tiros de dos (7/7) y
cogiendo cuatro rebotes. Superior en rebotes en el período inicial
(nueve por dos del rival, ambos de Suárez, que de nuevo no volvió a
aparecer más), al Barça le quedó la sensación de que el marcador
no señalaba su gran trabajo: el aliento de Rabaseda ante el propio
Suárez o Darden, la tranquilidad de Huertas o los recursos de
Lorbek, que esta vez rindió a buen nivel (23-17). Y su ventaja fue
mínima porque los visitantes lo anotaron prácticamente todo, con
ocho aciertos de 11 tiros y con Llull y Rudy, incordio de Navarro,
como directores de orquesta.
Pascual apenas dio
carrete a Wallace y apostó varios minutos por Mavrokefalidis y
Todorovic como pareja interior. El primero supo seleccionar bien sus tiros y aparecer en momentos fundamentales, mientras que el segundo funcionó
como el mejor antídoto para minimizar a un Reyes, que solo capturó
un rebote ofensivo, el recurso con el que había empequeñecido al
Barça en el primer y en el tercer partido de una final en que no se
tienen noticias de Carroll. El tirador de Wyoming es un mar de dudas,
sobre todo cuando le defiende Oleson. También sorprende el nulo
acierto con los triples (0/16) de Rudy en esta ronda final.
Draper, crecido
El Madrid ofrecía otro
perfil que el que le gusta. Alargaba las posesiones y masticaba al
máximo las jugadas. Tanto que Sergio Rodríguez repartió, a los 12m
8s, la primera asistencia de su equipo y Navarro seguía sin
puntería. Todorovic colocó tres tapones, Sada combinó grandes
aciertos con grandes despistes y al descanso se llegó con 34-32.
Mirotic dio un estirón y empató a 39 y encontró como
réplica a Oleson y a Navarro, que anotó cinco puntos casi seguidos
–tres de tiro libre tras una posible personal de Llull que la
retransmisión televisiva no acertó a mostrar–, antes de retirarse
lesionado al banquillo. Toni Bové le puso un compresor a La Bomba,
que caminó un poco por la zona del banquillo, mientras los
aficionados le daban señales de apoyo. Draper aprovechó la
confusión del Barça y se creció para empatar a 49.
Mavrokefalidis parecía un gigante y Huertas acertaba con un triple fundamental.
Darden puso el 63-61 y con 65-61 vino la jugada polémica, insignificante
seguramente para decidir un partido que ganó desde el principio un Barça que alargó la serie hasta el quinto y
definitivo encuentro. Un partido que ya empezó a jugar Tomic: “Es el Madrid
quien tiene la presión, no nosotros”.
BARÇA 73 (23+11+15+24):
Huertas (11), Navarro (7), Rabaseda (0), Lorbek (11) y Tomic (18)
–quinteto inicial–; Sada (2), Jasikevicius (0), Todorovic
(5), Wallace (2), Mavrokefalidis (10), Ingles (0) y Oleson (7).
MADRID 62 (17+15+13+17): Llull (9), Rudy (8), Suárez (0), Mirotic
(6) y Begic (4) –quinteto inicial–; Draper (7), Reyes (10),
Rodríguez (6), Carroll (2), Darden (6) y Slaughter (4).
No hay comentarios :
Publicar un comentario