El capitán del Madrid, MVP de la
final, levanta la Liga ACB, un torneo que su club no ganaba desde
2007 ante un rival liderado por Ingles y Jasikevicius que hace de
tripas corazón pese a los problemas físicos y al que le penalizan
las pérdidas (79-71)
Reyes levanta la 31º Liga del Madrid - ACP Photo. |
No hay triunfo personal
más grandioso que demostrarle a la gente que ha dudado de uno que se
ha equivocado. Si hay un jugador en la Liga ACB que lo sabe porque lo
ha sufrido durante su carrera es Felipe Reyes (Córdoba, 1980), que
si fuera por muchos ya estaría viendo los partidos vestido de calle, en la grada en el salón de casa... Pero no,
Felipón temporada tras temporada se encarga de renovar su crédito y
de hacer quedar mal a sus detractores. Pues bien, seis años después
de levantar la que era su última Liga ACB con el
Madrid en el Palau Blaugrana y con Joan Plaza como entrenador levantó otra –la 31º del club y la tercera en su cuenta particular– en el Palacio de los Deportes, ante el mismo rival y con Pablo Laso como técnico. En ambas ocasiones Reyes alzó el trofeo como MVP de la final -con 12'2 puntos y 5'2 rebotes de media-, lo que le equipara a Sabonis, que lo logró en 1993 y 1994: “Ha habido gente durante estos años que me ha criticado mucho. Esto va para ellos”. Reyes, que se acordó de su padre, fallecido días antes del Eurobásket de Lituania de hace dos años, fue el alma de un Madrid al que le costó doblegar en el quinto partido de la final (79-71) a un Barça que compitió hasta la extenuación haciendo de tripas corazón. Xavi Pascual confesó en la rueda de prensa –antes lo había hecho en la retransmisión de TV3 Jordi Robirosa– que Jasikevicius jugó los últimos partidos con una costilla rota. Se sabe que Todorovic lo viene haciendo con el dedo roto y que Navarro quiso jugar –aunque lo hizo en versión reducida –“seguramente, sí voy a descansar de la selección”– pese a su rotura en el isquiotibial–, que Jawai arriesgó su carrera jugando la Final Four de Londres, que Mickeal está luchando por regresar... El Barça incluso quiso sobreponerse a otro partido gris de Lorbek, que cuadró un curso de igual color, a que Sada ni Huertas anotasen ni una sola canasta, Oleson solo sumase cuatro puntos... El Barça volvió a ponerle tesón y corazón y no se fue del partido ni cuando Rudy Fernández se aplaudió a sí mismo por meter su primer y único triple en la serie (1/24, 50-33 a los 22m 41s). Mordieron los azulgrana, impulsados por los dos jugadores que sumaron el 67'8% de sus puntos: Ingles y el propio Jasikevicius, autores de 25 y 23, respectivamente. Aunque el Barça pecó de inocencia y se empachó de pérdidas, la mayoría infantiles (17 por solo dos pelotas recuperadas por las 14 robadas y las dos extraviadas de su rival).
Madrid en el Palau Blaugrana y con Joan Plaza como entrenador levantó otra –la 31º del club y la tercera en su cuenta particular– en el Palacio de los Deportes, ante el mismo rival y con Pablo Laso como técnico. En ambas ocasiones Reyes alzó el trofeo como MVP de la final -con 12'2 puntos y 5'2 rebotes de media-, lo que le equipara a Sabonis, que lo logró en 1993 y 1994: “Ha habido gente durante estos años que me ha criticado mucho. Esto va para ellos”. Reyes, que se acordó de su padre, fallecido días antes del Eurobásket de Lituania de hace dos años, fue el alma de un Madrid al que le costó doblegar en el quinto partido de la final (79-71) a un Barça que compitió hasta la extenuación haciendo de tripas corazón. Xavi Pascual confesó en la rueda de prensa –antes lo había hecho en la retransmisión de TV3 Jordi Robirosa– que Jasikevicius jugó los últimos partidos con una costilla rota. Se sabe que Todorovic lo viene haciendo con el dedo roto y que Navarro quiso jugar –aunque lo hizo en versión reducida –“seguramente, sí voy a descansar de la selección”– pese a su rotura en el isquiotibial–, que Jawai arriesgó su carrera jugando la Final Four de Londres, que Mickeal está luchando por regresar... El Barça incluso quiso sobreponerse a otro partido gris de Lorbek, que cuadró un curso de igual color, a que Sada ni Huertas anotasen ni una sola canasta, Oleson solo sumase cuatro puntos... El Barça volvió a ponerle tesón y corazón y no se fue del partido ni cuando Rudy Fernández se aplaudió a sí mismo por meter su primer y único triple en la serie (1/24, 50-33 a los 22m 41s). Mordieron los azulgrana, impulsados por los dos jugadores que sumaron el 67'8% de sus puntos: Ingles y el propio Jasikevicius, autores de 25 y 23, respectivamente. Aunque el Barça pecó de inocencia y se empachó de pérdidas, la mayoría infantiles (17 por solo dos pelotas recuperadas por las 14 robadas y las dos extraviadas de su rival).
Un Madrid que tuvo 18 tiros más, que se divirtió
por momentos y las pasó canutas en tantos otros. Su entrenador
solo respiró tranquilo cuando, a falta de 23'4 y con 77-71, Huertas
sacó de banda y Slaughter se hizo con la pelota. La jugada acabó
con el base brasileño haciéndole una personal a Reyes, que cerró
el partido desde la línea de personal. Emocionado, Laso no se pudo
contener: “Para mí es un día especial. Hace un par de días nos
dejó algo más que un entrenador para mí. Era un amigo, era un
compañero y viví mis mejores años de jugador con él. Ayer me
mandó un mensaje Oriol y me dijeron que me iba a dar fuerza para
ganar hoy. Gracias Manel [Comas, entrenador, entre otros, de
Baskonia, Joventut, Barça y Cajasol fallecido el lunes] por darnos
fuerza para ganar hoy”. Rudy también se acordó de Comas, que le
hizo debutar en Liga ACB. Una competición que ganó por primera
vez.
El triple de Rudy
“¡Ha metido un triple
al final!”, dijo, espontáneo, Llull mientras Rudy hablaba con La
1. Rudy lo consiguió en su 20º intento en una serie en la que quedó
claro que le falta madurez. Si no se perdiese en
algunas causas artificiales, es posible que su rendimiento fuese
mejor. El curso de Rudy ha sido irregular en un Madrid que empezó el
partido con suma autoridad, liderado por una pareja que ya había
hecho un estropicio al Barça, como bien celebró en su día, quizás
in situ, el aficionado madridista que recibió a visitantes enseñando
como un tesoro su bufanda conmemorativa de la 23ª Copa del Rey del
Madrid, lograda el curso pasado en el Palau Sant Jordi. Esa jornada
los azulgrana no supieron encontrar el antídoto ante un rival
liderado por Llull y Carroll –novedad de Laso en el quinteto
inicial por un Suárez olvidado en la serie–. Ésa fue la pareja
que golpeó por primera vez a unos azulgrana (13-3 a los 4m 48s) que
contaron de inicio con su capitán, Navarro, muy mermado por su
rotura en el isquiotibial, no podía ofrecer su electricidad. La
Bomba podía mostrar pundonor y acierto, pero no lo tuvo y se fue
reemplazado por Ingles.
El australiano metió la
primera canasta de su equipo (a los 3m 58s) y sobre todo aportó nervio y eficacia. Lorbek era diminuto y Huertas solo se sintió a gusto en el calentamiento, cuando justo
antes de la presentación se colgó del aro. Quizás lo había hecho
para activarse y decirse a sí mismo que su nivel era el que había
ofrecido en el cuarto partido de la final e incluso en el primero,
pero no el del resto. No surgió efecto del ritual, pero el Barça se
recompuso con Todorovic y sobre todo tras la salida de Jasikevicius,
espléndido en actitud, criterio y sacrificio para asistir a Tomic
para que empatase a 20 en el primer minuto del segundo cuarto. En una contra, Ingles puso por primera y última vez por delante a su equipo (31-32 a los 15m 54s).
Pudieron derrumbarse los
azulgrana cuando se pusieron en bonus en solo tres minutos o cuando
encajaron un parcial acumulado de 19-1 bien aliñado con pérdidas.
Pero no. Surgieron Jasikevicius e Ingles, capaz de marcarse 10 diez
en el tercer período y de reducir la diferencia (55-48). El Barça
estaba en disposición de morder a su rival, pero se volvió a
tropezar contra sus propios errores y acumuló hasta tres pérdidas
consecutivas para suerte de Rudy y Reyes, que pusieron el 68-55 a los
5m 27s. De nuevo surgió Jasikevicius, Navarro se resbaló y se le
escurrió un balón, Reyes volvió a marcar distancias (72-60 a 2m
52s), pero Jasikevicius volvió a resistirse y Oleson, tras un rebote
ofensivo anotó su única canasta, 76-71 a 25s. Sergio Rodríguez no
falló los tiros libres y el Barça perdió la
concentración. “Hemos cometido demasiados errores”, reconoció
Lorbek. “No hemos hecho las cosas que teníamos que hacer para
ganar aquí. Hay que felicitar al Madrid y ya está”, resolvió
Tomic, muy tocado después de haber perdido la Liga ACB en el quinto
partido, como el año pasado. “Siento mucha impotencia de haber
luchado y no tener recompensa”, cerró Rabaseda, el único jugador
entre los que disputaron la final que no anotó ni un punto.
MADRID 79
(20+21+14+24): Llull (4), Rudy (15), Carroll (9), Mirotic (6) y
Begic (4) -quinteto inicial-; Rodríguez (5), Draper (4), Darden (13), Suárez (-),
Reyes (14), Hettsheimeir (-), y Slaughter (5). BARÇA 71
(18+14+16+23): Huertas (2), Oleson (4), Navarro (0), Lorbek (3)
y Tomic (9) -quinteto inicial-; Sada (0), Ingles (25), Rabaseda (0), Wallace (0),
Todorovic (2) Jasikevicius (23), Mavrokefalidis (3). Árbitros:
Arteaga, Conde y Jiménez. 12.832 espectadores en el Palacio de
Deportes. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Manel Comas.
2 comentarios :
felipon es muy grande quizas en esta final la justicia se hizo con la regularidad de liga, ha sido una final muy polemica ojala el proximo año disfrutemos de mas nivel hoy Begic me encanto
Fue una final con dos grandes finalistas. El Barça alargó la serie hasta el final pese a sus innumerables contratiempos y el Madrid supo no desaprovechar las concesiones de su rival, sobre todo en el último partido. Begic es incansable, aunque no llega a los límites de Felipón. Un saludo, Jairo.
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