domingo, 16 de junio de 2013

Una ronda menos, solo dos partidos más para que el Hospi pueda ascender a Segunda

Los goles de Corominas y Osado y el talento de Craviotto remontan la eliminatoria (2-0) ante el Caudal Deportivo y el conjunto de Miguel Álvarez espera rival entre Lleida Esportiu, Eibar y Athletic B

Craviotto festeja la remontada rodeada de compañeros - foto: CE L'Hospitalet. 

– Sí, sí. Craviotto ha sacado una mano así.

El hijo de Claudio trata de describir con gestos la parada del portero del CE L'Hospitalet, el equipo que le tiene entusiasmado desde Semana Santa, desde su primer partido contra el Levante UD B. Su padre dice que va al campo por los amigos, pero el chaval lo niega. Está claro: el Hospi tiene un seguidor fiel para años, otro más que sueña con el ascenso a Segunda División gracias, en parte, a la intervención de Carlos Craviotto, espléndido ante
un duro disparo de Borja Navarro en el minuto 83. Un número simbólico para el portero, que nació en Lleida en 1983, y aterrizó en su actual equipo en 2008 procedente del Castelldefels. “¡Ni Iker ni Valdés... Carlos Craviotto!”, le elogia en Twitter su compañero Cirio. “Se convirtió en el Dios ribereño”, escribe en la crónica Cristian Garcia, jefe de prensa del Hospi. “El equipo ha estado de 10, pero siempre puede pasar una cosilla. Yo también tengo que hacer alguna cosita”, reflexiona en rueda de prensa el propio Craviotto: “Estoy muy satisfecho de haber podido ayudar a mis compañeros. Orgulloso”. Ha sido decisivo como los goles de Corominas y Osado, que han remontado la eliminatoria ante el Caudal Deportivo (2-0, tras el 1-0 de la ida en Mieres). El Hospi está ahora a dos partidos de subir a Segunda División y su rival será uno de estos tres, Lleida Esportiu, Eibar y Athletic B.

Un aficionado local mira con curiosidad una bufanda del Caudal que ha intercambiado con un seguidor asturiano. Un gesto deportivo para concluir un partido con cinco minutos de añadido y con Borja Navarro, el otro protagonista de la jugada clave, paralizado en el césped. No tiene fuerzas para levantarse. Se va consolado por su compañero Gonzalo, mientras Valentín lanza besos a la grada y se apagan las luces del Estadi de futbol de Hospitalet.

¡Ese capi bueno!”

Atrás queda un encuentro intenso y sin tregua desde el primer momento. Al principio Prosi, que acaba expulsado, intenta repetir su gol de falta en Mieres, pero esta vez la pelota sale desviada. “¡Ese capi bueno!”, animan a Hammouch desde la grada, crítica con uno de sus compañeros de defensa –“tío, ¿por qué defiendes sentado?”– y que regala consejos a Invernón, capitán del Causal –“dile al árbitro que estás cansado, pureta”–. Mientras, Nacho, el 4 visitante, ve cómo Manel, el 4 local, despeja su tiro. Justo después, Invernón lanza una falta a la cruceta, preludio del golazo de Corominas, que dibuja una parabólica perfecta que se cuela en la portería de Javi Díaz. Es cuando un padre orienta a su hijo: “1-0 y 0-1 es 1-1. La eliminatoria está empatada”. Y no se desequilibra porque Pantiga frustra a Cirio, que se quedaba solo. La banda sonora de fondo corre a cargo de los S'Hospitxosos: “Ella tiene el poder, ella tiene el poder, Barcelona es poderosa, pero más Hospitalet”.

Incansable, Invernón vuelve a centrar, pero no atina y el balón le cae a un cámara que demuestra su toque. Gonzalo salva un balón comprometido en el área del Caudal y también se va al suelo ante Osado, que no está de acuerdo con la falta que le acaban de señalar. Se quedaba solo ante Javi Díaz. Osado lo prueba desde lejos, Corominas le hace un masaje a Borja Navarro en las costillas e Invernón vuelve a la carga antes de llegarse al descanso con un amago de gol olímpico de Prosi. Es cuando me reencuentro con Claudio: “Nadie saca de aquí a mi hijo. Y mientras esté aquí no hace nada malo”. En la portería donde atacará el Hospi calienta Julio Rico, el que será el primer cambio de Miguel Álvarez, en la otra, los recogepelotas se divierten haciendo una especie de limi –se ha metido de portero el último en tocar el palo, una solución mítica–.

El gol de la remontada

“¿Oli calienta, no?”, se pregunta una chica, que se refiere al portero suplente de los locales, al que le ha tocado coincidir con un Craviotto estelar. Aday lanza un poco alta una falta y el gol de la remontada llega entre una jugada entre Cirio y Osado, que resuelve con pragmatismo y frialdad. “¡Sí se puede! ¡Sí se puede!”, se pone de acuerdo la grada.

– Figura, ¿ya no apuntas más? Apunta que somos una máquina– me dice, divertido, un espontáneo.

Valentín advierte a un recogepelotas que se tome con calma su trabajo y Bacari entra por Aday: “¡Ba, ba, ba, Bacari!”. El delantero de Masnou recibe una falta de Javi Díaz sin sanción y le sacan una amarilla por exagerar un contacto. Saltan chispas en el campo y Manel y Nacho López caen desplomados tras chocar uno contra el otro, aunque ambos se recuperan. Paco Fernández espera a hacer sus primeros dos cambios hasta en el 81 y en el 83 Craviotto vuelve a protagonizar una parada fundamental para su equipo. “¡Qué buen portero! ¡Pero Oli es mejor, eh!”, se oye en la grada, antes de que a Cirio le falte un control, Prosi lo intente de nuevo de falta y sea expulsado, y Nacho le haga una plancha a Moyano: “¡Eso es roja de toda la vida!”. Suena el pitido final del árbitro.

Es el segundo partido del Hospi que va a ver Santiago, un funcionario de Santiago de Compostela que aprobó las oposiciones hace unos años y que asegura que no se moverá de Barcelona por el clima –“en mi ciudad no hay verano y llueve casi cada día”–. Me lo encuentro en el metro: “Pues sí, he visto dos victorias. La verdad es que leí en el diario que el Hospi jugaba la promoción de ascenso y no me lo pensé. Éstos son los partidos bonitos de ver”. Tiene 16 paradas de metro, pero ha venido con la ilusión de ver jugar a su nuevo equipo. Es socio del Espanyol y promete hacerse del Hospi si sube a Segunda. Está contento de que el rival no pueda ser el Jaén. Será el Lleida Esportiu, el Ahtletic B o el Eibar: “Ipurúa es un campo muy difícil”.
    

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