José
Ignacio Hernández, Óscar Cuesta, Mónica Lázaro y Óscar Cuesta
reflexionan para Cronómetro de Récords sobre la alero de
Binissalem, clave en el oro de España en el Europeo de Francia e
incluida en el quinteto ideal
Torrens, en una acción en la segunda fase ante Turquía - FIBA Europe. |
Conservo
la estadística del segundo y del tercer cuarto y la final, pero no
la del primer período, aquellos primeros diez minutos en los que se
me pusieron los ojos como platos. Era un sábado de finales de
febrero de 2007 y estaba en la tribuna de prensa dispuesto
a croniquear y entrevistar a una jugadora, en este
caso a Tamara Abalde, inmensa ante Kelly Schumacher. Ese día
disfruté por primera vez de Alba Torrens (Binissalem, Mallorca,
1989), de la que había oído y leído grandes cosas y que en ese
primer cuarto –guardo los apuntes– se marcó dos triples y tres
canastas de dos. “Torrens, increíble”, apunté
con su 12º punto en el período. Acabó el partido con 20, a los que
sumó seis rebotes, tres asistencias y cuatro recuperaciones para un
29 de valoración. Era el curso de su debut en Liga Femenina con el
Celta Vigourban y Torrens lo había bordado en el Palau Blaugrana,
donde el UB Barça, liderado por Marta Fernández, agotaba su último
aliento antes de desaparecer. Seis años después, Torrens es un
terremoto con un desparpajo tan grande como su sonrisa. Lo ha ganado
todo a nivel de clubes y tiene tres medallas con la selección
absoluta. La última, de oro, recién lograda en el Eurobasket de
Francia ante la anfitriona, con Lucas Mondelo como director y
compartiendo liderazgo –solo seis meses después de volver tras una
grave lesión que le mantuvo fuera de las pistas casi un año– con
la MVP, Sancho Lyttle. Ambas han sido incluidas en el quinteto
ideal. Cronómetro de Récords ha contactado con
cuatro personas que conocen bien a Torrens: Mónica Lázaro, con
quien coincidió en el Segle XXI; Cristina Cantero, con quien
compartió vestuario en el Celta –club en el que Cantero es
entrenadora, cargo que compagina con ser ayudante de la U19–; José
Ignacio Hernández, nuevo técnico de Rivas Ecópolis y que la
dirigió en la selección; y Óscar Cuesta, creador del portal
masBasket, redactor de ACB.COM y locutor de Orange Arena.
Mónica
Lázaro conoció a Torrens en la temporada 2003-2004, cuando ella
jugaba en el primer equipo del Segle XX, en Liga Femenina 2, y
la alero de Binissalem aterrizó en el júnior procedente del
infantil del Club Sant Josep Obrer de Palma de Mallorca: “Ya
despuntaba, era una chiquilla risueña y muy feliz. Me sorprendía su
forma de ser y de ver la vida. El cómo disfrutaba cada segundo con
la oportunidad de formar parte del centro”.
En
2004 el sorprendido fue el periodista Óscar Cuesta, que vio a
Torrens en el Europeo U16 de Turín, donde la jugadora se colgó
el oro con la corona de MVP “indiscutible”: “Nunca
había visto nada igual en basket femenino. Se salió del mapa; podía
correr toda la pista sin problema e inventar lo que le saliera de la
cabeza. Jugaba un basket muy alocado, acorde con su edad”. También
en ese Europeo la conoció Cristina Cantero, que reconoce que “me
pareció una pasada a su edad. La seguí viendo en los veranos FEB.
Tenía un talento un poco incontrolado, pero ahí estaba”.
Un
movimiento que “no he visto a nadie”
En
otro campeonato de Europa, el U18 de Tenerife de 2006, y con otro oro
de por medio, la vio por primera vez en directo José Ignacio
Hernández, sorprendido por “su humildad, calidad humana y
talento”. Un torneo al que no faltó Óscar Cuesta,
viajero incansable con el baloncesto femenino como excusa y que no
puede olvidar un movimiento de Torrens “que no he visto a
nadie” en uno de aquellos partidos: “Salida
desde una esquina hacia el centro y cuando el bote estaba a punto de
tocar el suelo, lo toca hacia fondo para arrancar y conseguir un
tiro. Un látigo sin botar el balón”.
Después
de ese torneo, la alero de Binissalem fichó por el júnior del CD
Bosco, el Celta, y un curso después debutó en Liga Femenina. En
Vigo, según recuerda su ex compañera Cristina Cantero, se
adaptó “rapidísimo, o eso pienso yo. Su juego era
irregular, pero es que era una niña jugando con adultas. Aunque
hizo que esa diferencia no se notara. Esos años le sirvieron para
hacer una base sobre la que crecer y mejorar”. Ya era
especial:“Era risueña a todas horas, ganando por 20, en un
tanteo igualado o perdiendo. Eso la hacía diferente”.
Torrens, en el centro, festeja con sus compañeras el bronce en el Mundial de la República Checa - EFE. |
Dos
bronces, Letonia 2009 y República Checa 2010
Con
solo 18 años, Torrens ya jugó con la selección absoluta los Juegos
Olímpicos de Pekín, donde la Rusia de la nacionalizada Becky Hammon
eliminó a España en cuartos. En 2009, Torrens mordió el bronce en
el Europeo de Letonia y dio un paso adelante en el mejor Mundial de
España, el de 2010 en la República Checa, con otro tercer
puesto: “Fue muy importante, su inicio en la lucha por el
bronce contra Bielorrusia resultó espectacular. Alba iba dando pasos
de gigante cada temporada (en Vigo, en Salamanca) y con las distintas
selecciones”.
La
cruz para Torrens –lesión aparte– es el Europeo de Polonia de
2011 y, en concreto, el último partido de la segunda fase ante
Croacia: “No llegó con la misma chispa, sin duda la dura
temporada a nivel de club hizo que le faltase frescura”. Ese
encuentro [que supuso quedarse a las puertas de cuartos, tener que
jugar el Preuropeo y no participar en los Juegos Olímpicos de
Londres; Torrens hizo un 0/13 en tiros de campo] “quedará
como una anécdota en su carrera, pues es una jugadora que se sabe
levantar”.
El
fichaje por el Perfumerías Avenida
A
Polonia Torrens había llegado como una jugadora sobresaliente de un
Perfumerías Avenida de matrícula de honor. Dirigido por Lucas
Mondelo, el conjunto charro logró aquella temporada 2010-2011 la
Supercopa de España, la Liga Femenina y la Euroliga, con Torrens
como MVP de la final, y solo perdió la Copa de la Reina de Valencia.
La alero de Binissalem fue nombrada Mejor Jugadora Europea de 2011,
un premio que recibió como jugadora del Galatasaray, en el que se
había lesionado a mitad de temporada. ACB.COM lanzó una generosa
campaña bajo el lema de Una sonrisa para Alba para animarla.
Torrens había llegado a Salamanca a mediados de 2009, justo cuando
José Ignacio Hernández se fue rumbo al Wisla Can Park polaco.
¿Intervino el técnico en el fichaje? “No es importante
ahora la participación que pude tener. Cualquier entrenador y
cualquier club hubieran querido tener en aquel momento a
Alba”, responde, discreto.
Óscar
Cuesta no cree que la alero de Binissalem se parezca a
nadie: “Estamos hablando de una jugadora de 1'91 jugando de
2-3 con una velocidad tremenda, un tiro extraordinario y una madurez
asombrosa”. ¿Tampoco a Valdemoro? “Amaya es
mucho más corazón, muy expresiva, no tan rápida, físicamente
menos destacable”, responde. Para José Ignacio Hernández,
es una deportista “única” por ser “una
privilegiada a la que muchas querrán imitar, pero pocas se podrán
parecer”.
¿En
qué puede mejorar Torrens? “Yo si fuera su madre, le diría
que comiera más. ¡Que está en los huesos! [se ríe]. Alba es puro
corazón”, responde, dicharachera, Mónica Lázaro, “y
a veces se le cruzan los cables y se estampa, pero ésa es la magia
que tiene, que cuando le salen bien las cosas es pura magia. Hay que
fomentar ese baloncesto. Realmente parece que vuele con las
zancadas que da. En velocidad, es imparable”.
Óscar
Cuesta temía que Torrens no pusiese explotar sus condiciones en un
baloncesto, “el senior, tendente a evitar los
riesgos”. Algo que no ha sucedido gracias a la actitud de
los técnicos que ha tenido, que han entendido “que hay
darle rienda suelta” y le han hecho madurar “en
cuanto a lectura y capacidad de tiro exterior, algo que aún debe
afinar un poco más”.
La alero de Binissalem celebra una canasta en la final de la Euroliga que ganó en 2011 - EFE. |
Vive
como juega
Es
una jugadora que vive, habla y se relaciona como juega. “No
es fácil encontrar muchas grandes jugadoras con su forma de ser,
humildad, capacidad de trabajo y con esa sonrisa que hace que todo lo
que hace parezca más fácil de lo que realmente es”, continúa
el ex seleccionador español y actual nuevo entrenador de Rivas
Ecópolis José Ignacio Hernández. Torrens es un molde de una
familia ejemplar. “Sus padres son muy sensatos y cercanos”,
asegura Mónica Lázaro. “Cuando conoces a los padres
entiendes por qué es tan buena jugadora como persona”, advierte
Óscar Cuesta: “Tiene una hermana [Mireia] que, sin el
talento, sí ha heredado el físico y puede hacer cosas interesantes,
por lo que me comentan”.
“Para
Alba”, resuelve Mónica
Lázaro, “el
baloncesto es su forma de vivir, por lo tanto todo lo que le pasa lo
vive mucho, lo paso fatal con su lesión de rodilla y cuando le salen
bien las cosas se le nota cómo disfruta, transmite mucha alegría en
su forma de jugar disfruta y hace disfrutar viéndola”. Según
Cristina Cantero su personalidad “la
hace más grande. Es buena gente, generosa, amable y mil adjetivos
más. Sé que durante la lesión ha pasado malos momentos, pero
ella es fuerte”.
Es posible que Torrens sea la mejor jugadora europea del momento. Al menos lo ve así quien escribe este reportaje. Para José Ignacio Hernández, como mínimo lo es “en su puesto, al menos es la más talentosa”. Óscar Cuesta la ve en ese grupo de jugadoras “determinantes”: “Se mantendrá durante muchos años si las lesiones lo permiten. Sin querer exagerar gratuitamente, me da la sensación de que es de ese tipo de jugadores que puede ampliar los límites del basket, esos genios que descubren nuevos caminos, como Ricky Rubio”. Y Cristina Cantero es directa: “No sé decir si es la mejor o no porque no soy objetiva, pero si no lo es, está muy cerca…”
La
comprensión de los entrenadores
Para
llegar a lo más alto la alero de Binissalem ha pulido su juego y
limado sus puntos menos fuertes. Según Óscar Cuesta, Torrens ha
llegado a “entender cuándo es su momento para llevar a
cabo [las jugadas]”, además de llevar con aplomo ser la
“primera” opción ofensiva de la selección y saber
asumir “la responsabilidad con la misma naturalidad de
siempre”, expone el periodista:“También ha mejorado
su fiabilidad en el tiro exterior”, imprescindible
para “poder luego desarrollar sus penetraciones”. “Si
después de la grave lesión ha vuelto de esta forma”, añade
Hernández, “demuestra que es una jugadora casi sin
límites”.
“En
cuanto mejore el porcentaje de tiro llegará donde ella quiera
llegar”, interviene
Mónica Lázaro, a quien Torrens tuvo como una de sus
consejeras –“tuvo
que aguantarme muchos consejos” [se
ríe]– en el Segle XXI. Se despidieron del centro –Mónica
se marchó al Lima Horta y acabaron enfrentándose en Liga Femenina
2, “¡gané
yo!”–intercambiándose
camisetas firmadas: “Coincidimos
en muchas situaciones y nos llevamos muy bien. Siempre recuerdo a la
niña que siempre tenía una sonrisa en la boca, me hacía reír
y pilló bastante
en las novatadas, pero sin pasarnos, eh”–. ¿Novatadas
como...? “Ella
y yo siempre estábamos haciendo el tonto. Novatadas como comerse un
flan sin las manos. ¡Se lo metió entero en la boca y casi se muere
atragantada!”, recuerda.
2 comentarios :
sin duda es el futuro de nuestra seleccion una gran jugadora
Con Alba Torrens, como digo en el reportaje, no soy objetivo. Para mí es la mejor jugadora europea. Un saludo, Jairo.
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