Con Rudy Fernández y Sergio Rodríguez como despertadores

La pareja del Madrid destapa a la España más hambrienta, que devora a una Serbia minúscula desde el principio (90-60)

Sergio Rodríguez celebra una canasta - Europa Press.

No hay mago al que el espectador no le intente ver su truco. Hay quien no disfruta con la magia, quien intenta quitarle su esencia y destapar sus secretos. Habrá quien repase a cámara lenta para llegar a descifrar los movimientos, asistencias y acrobacias de Sergio Rodríguez (San Cristóbal de la Laguna, Tenerife, 1986). No descifrará nada, porque su talento es indescifrable, quizás por eso hay entrenadores que no le han sacado el jugo y pasó de puntitas por la NBA. Quizás él también no se entendiese del todo. Pero con Pablo
Laso en el Madrid y con Juan Antonio Orenga en la selección por fin se ha visto a aquel Sergio Rodríguez que apuntaba tan algo en el Estudiantes y en el Mundial de 2006. Lleva tiempo siendo un base diferente explosivo y arrollador y eso es lo que demostró ante una Serbia a la que hizo minúscula (90-60) anotando más que nadie (22 puntos) y repartiendo cuatro asistencias. Cuando entró por Ricky Rubio, el partido era de un Rudy Fernández sideral que sumó 13 de sus 19 puntos. Ambos despertaron el hambre que no había tenido España en varios partidos del torneo y fue los mejores en una exhibición que permitió a la selección alcanzar su octava semifinal consecutiva en un Europeo. Su rival para opositar por una plaza en la final será la Francia de Tony Parker, que se impuso 62-72 a la anfitriona Eslovenia con 27 puntos del base de los Spurs.

“Me he encontrado muy bien, el equipo ha estado genial desde el principio”, reconoció Sergio Rodríguez, nada amante de los elogios, y que descartó desprenderse de su talismán: “¿Afeitarme? No, no, me está dando suerte la barba, así que la dejamos”, zanjó con una sonrisa. Sonreír es lo que volvió a hacer España, intensa y agresiva desde el principio hasta el final. Con Marc Gasol frustrando a Krstic, Aguilar, Mumbrú o Germán Gabriel sacando provecho de sus minutos y Calderón disfrutándole des el banquillo. El base, que tenía lastimado el hombro, forzó para salir en el quinteto titular, pero la respuesta del equipo (al descanso, 48-23) permitió a Orenga reservarle para las semifinales.

Sin Markovic -su base titular lesionado-, Serbia ni pudo ni supo ser rival para España. Se quedó en cinco puntos en el primer cuarto (21-5) y en cuanto le salieron un poco bien las cosas y sumó nueve puntos en tres minutos, en el inicio del segundo cuarto, se topó con un Sergio Rodríguez estelar que convirtió la segunda parte en otros dos cuartos más para que España rizase el rizo, para que Claver sobresaliera y Llull recuperase sensaciones y pusiese 40 puntos de por medio (69-29 a los 26m 22s) tras un parcial de 21-6. Ricky también se puso las botas y San Emeterio y Xavi Rey contribuyeron a la fiesta española capitaneada por Rudy y Sergio Rodríguez, a quien le preguntaron sobre cómo podía explicar la jugada en la que había dejado sentado a Nedovic, que todavía le busca. “Ha sido un momento del partido”,dijo el mago, que no quiso contar lo que no se puede.   

ESPAÑA 90 (21+27+25+17): Ricky Rubio (5), Calderón (3), Fernández (19), Claver (9) y Marc Gasol (7) -quinteto inicial-; Rodríguez (22), Llull (5), San Emeterio (6), Aguilar (8), Mumbrú (2), Gabriel (4) y Rey (-). SERBIA 60 (5+18+16+21): Nedovic (6), Kalinic (2), Bogdanovic (2), Bjelica (2) y Nenad Krstic (4) -quinteto inicial-; Micic (8), Nemanja Krstic (3), Gagic (7), Andjusic (11), Katic (11) y Stimac (4). PABELLÓN: Stozice Arena de Ljubljana. 7610 espectadores.