El base brasileño lidera la remontada de 13 puntos de un Barça gris ante una Penya muy superior (80-83)
Huertas indica una jugada ante Sans - ACB Photo / Charly Mula. |
"No hemos dejado de creer [en nosotros] en ningún momento, aunque no nos fueran bien las cosas", dijo Marcelinho Huertas (Sao Paulo, Brasil, 1983) antes de ser más directo: "En el último cuarto hemos sacado el carácter que nos ha faltado en el resto, pero jugando, no hablando". Con dos frases, resumió un partido horrible del Barça en Badalona ante una Penya muy superior, más entusiasta y más colectiva, pero también más inexperta, que dominó el marcador desde el 5-4 inicial hasta a falta de 41 segundos,
cuando Abrines anotó su único triple y concretó la remontada (79-81). Aunque el mérito fue de Huertas (15 puntos y siete asistencias), nefasto en la primera parte y espléndido y valiente en la segunda, sobre todo en el último período, para rescatar a un Barça por momentos alicaído y fogoso solo contra los árbitros, que era torturado por Sans, Shurma, Miralles o Barrera. Casi siempre en duda por parte de parte de la afición y la prensa, el base brasileño se reivindicó como un gran gestor en partidos calientes, aspecto que sobre todo mostró en su etapa en el Baskonia. Cuando Tomic, su mejor pareja, fue eliminado, Huertas se entendió con Dorsey, otro agitador en este inicio de curso y básico también en la remontada por 17 puntos ante el Valencia Basket. Esta vez la desventaja que llegó a ser de 13 (58-45 a los 29m 47s) ante una Penya no pudo aguantar el tipo en los últimos 5m 39s y recibió un parcial de 10-25 con el que los azulgrana acabaron ganando por 80-83.
cuando Abrines anotó su único triple y concretó la remontada (79-81). Aunque el mérito fue de Huertas (15 puntos y siete asistencias), nefasto en la primera parte y espléndido y valiente en la segunda, sobre todo en el último período, para rescatar a un Barça por momentos alicaído y fogoso solo contra los árbitros, que era torturado por Sans, Shurma, Miralles o Barrera. Casi siempre en duda por parte de parte de la afición y la prensa, el base brasileño se reivindicó como un gran gestor en partidos calientes, aspecto que sobre todo mostró en su etapa en el Baskonia. Cuando Tomic, su mejor pareja, fue eliminado, Huertas se entendió con Dorsey, otro agitador en este inicio de curso y básico también en la remontada por 17 puntos ante el Valencia Basket. Esta vez la desventaja que llegó a ser de 13 (58-45 a los 29m 47s) ante una Penya no pudo aguantar el tipo en los últimos 5m 39s y recibió un parcial de 10-25 con el que los azulgrana acabaron ganando por 80-83.
Los azulgrana perdieron la compostura desde el principio, cuando Shurma, con tres triples, le hizo un buen estropicio a Todorovic y solo Abrines y Tomic replicaban en un equipo tan tieso que tardó más de nueve minutos en repartir su primera asistencia y que no sacaba provecho a que los jugadores interiores rivales se hubiesen cargado muy pronto de personales. El jugador que mejor reflejaba el desconcierto del Barça era Pullen, que parecía un artista adelantándose a las letras en un playback. Tenía el mismo hilo que su equipo, deshilachado primero por Vives y después por Sans, que más que jugar sus primeros minutos en el torneo se comportaba como un jugador consolidado que disfrutaba viendo cómo Lampe se dejaba atrás una pelota y Tomic y Dorsey llegaban al descanso con tres personales bien tontas (33-28).
Pascual: "No podemos volvernos locos"
El Barça empezó a ver más rival en los colegiados que en la Penya -a Lampe, por ejemplo, le señalaron una técnica por hablar y tanto él como Xavi Pascual aseguraron que se estaban comunicando entre ellos-. Solo Huertas acertó con un par de triples casi seguidos, tras un 0/8 de su equipo, y Lampe, Dorsey y Tomic -antes de ser eliminado- sostuvieron a un conjunto visitante descompuesto por Savané y Miralles que vio cómo Sans ponía la máxima renta (58-45). "Pase lo que pase", reclamaba Pascual, "no podemos volvernos locos".
La cordura y la entereza las puso Huertas, el gran director de la remontada, y la precipitación, Joseph, que pareció estar en otro mundo mientras sus compañeros, poco a poco, cedían también al impulso de su rival. Shurma acertó con su último triple -la Penya lanzó hasta 33 veces desde más allá de 6'75, una más que de dos- y colocó el 75-71 a 2m 59s. Pero Huertas replicó con un alley oop para Dorsey, otra asistencia para el pívot de Baltimore y una nueva canasta. Abrines puso la guinda y Huertas tampoco no falló los tiros libres, cosa que sí hizo Vives. Navarro metió otro más para segurar un triunfo con el sello del brase brasileño y con un Papanikolaou que había intervenido con un tres más uno fundamental. "Hemos sacado todas las fuerzas de dentro, hemos estado 38 o 39 minutos por delante, pero se nos ha escapado el triunfo", lamentó Llovet.
PENYA 80 (24+9+12+25+22): Vives (10), Joseph (8), Barrera (11), Shurma (17), Miralles (10) –quinteto inicial-; Llovet (6), Ventura (5), Savané (6), Sans (7) y Caven (0). BARÇA 83 (16+12+19+36): Huertas (15), Abrines (13), Papanikolaou (6), Todorovic (0), Tomic (13) –quinteto inicial-; Dorsey (13), Sada (2), Navarro (6), Hezonja (0), Lampe (8), Nachbar (5) y Pullen (2). Árbitros: Hierrezuelo, García Ortiz y Sacristán. Eliminados por faltas personales: Tomic (m.26), Nachbar (m.32) y Lampe (m.39). Olímpic de Badalona. Unos 8.000 espectadores.
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