En su papel de meritorio, el base frena a un Galatasaray sin respuesta ante la lesión de Arroyo
Jacob Pullen - Foto: Andrew Sharp. |
Hubo un tiempo, no tan lejano, en que Jacob Pullen (Marywood, Illiois, EE UU, 1989) era un espectador con equipación azulgrana completa y derecho a jugar minutos minúsculos. Ése era su tiempo para demostrar por qué se le había requerido en verano tras la negativa de la primera opción, un tal Vassilis Spanoulis, el jugador con más duende de Europa junto a Sergio Rodríguez. Pullen pretendía hacer muchas cosas en poco tiempo y solía precipitarse, y puntualmente se lucía. Se destapó en Valladolid, donde más allá de acabar con 42 puntos y
de anotar 12 triples, superando la marca de un mito como Oscar Schmidt, cogió aire y confianza. Ahora Pullen, punto a punto, en su nueva función de meritorio y no de referente, sabe cómo agitar un encuentro y contagiar de optimismo a sus compañeros. Cuando Xavi Pascual le hizo entrar en la pista el Barça era un equipo sometido al aliento de Carlos Arroyo, que justo antes del descanso pisó a Dorsey -otro que cambió el encuentro- y se retiró lesionado. Un drama que no superó un Galatasaray mucho mejor hasta la irrupción de Pullen, al que le sobra descaro y determinación. Fue decisivo para que los azulgrana, vencedores por 88-61, se avancen 1-0 en la serie de cuartos.
de anotar 12 triples, superando la marca de un mito como Oscar Schmidt, cogió aire y confianza. Ahora Pullen, punto a punto, en su nueva función de meritorio y no de referente, sabe cómo agitar un encuentro y contagiar de optimismo a sus compañeros. Cuando Xavi Pascual le hizo entrar en la pista el Barça era un equipo sometido al aliento de Carlos Arroyo, que justo antes del descanso pisó a Dorsey -otro que cambió el encuentro- y se retiró lesionado. Un drama que no superó un Galatasaray mucho mejor hasta la irrupción de Pullen, al que le sobra descaro y determinación. Fue decisivo para que los azulgrana, vencedores por 88-61, se avancen 1-0 en la serie de cuartos.
La puesta en escena de Pullen fueron dos triples (3/3 por el 12/21 de su equipo) y una asistencia a Dorsey. Fue la pareja que desequilibró el partido. Ambos comparten el no haber sido primeras opciones en la lista de fichajes, pero están más capacitados para ser complementos más que interesantes, incluso protagonistas, en un partido en el que, como reconoció el capitán Juan Carlos Navarro, "había nervios", tanto en defensa como en ataque. Dorsey aportó tensión de la buena e hizo de fallar un tiro libre una oportunidad para capturar un rebote ofensivo y anotar. De un dos más uno a cuatro puntos. Arslan protestó y se ganó la técnica. Navarro anotó el tiro libre y Pullen acertó con un tiro a tablero, sus últimos puntos (11, 47-39 a los 25m 30s).
"La entrada de Jacob cambió la dinámica del partido", le reconoció Xavi Pascual. Después replicaron Nachbar y Oleson, infalibles durante unos minutos ante un Galatasaray ya deprimido y paralizado -solo repartió siete asistencias, una más que Tomic- y a la deriva sin su pilar, un Carlos Arroyo que aceptó su suerte: "Es parte del juego. ¿Qué le voy a hacer?". Hablaba resignado con el pie izquierdo malherido en el banco del vestuario. En el otro, Pullen repasaba las estadísticas. Números que justifican sus minutos e importancia.
BARÇA 88 (14+19+26+29): Huertas (0), Navarro (12), Papanikolaou (4), Lorbek (6), Tomic (10) —quinteto inicial—; Pullen (11), Dorsey (8), Sada (2), Abrines (5), Oleson (11) y Nachbar (19). GALATASARAY 61 (21+14+14+12): Arroyo (14), Hairston (6), Markoishvili (3), Erceg (4), Aldemir (9) —quinteto inicial—; Aykol (1), Mensah-Bonsu (5), Macvan (4), Guler (0), Arslan (9), Dudley (6) y Domercant (0). Árbitros: Christodoulou (Grecia), Zamojski (Polonia) y Koromilas (Grecia). Palau Blaugrana. 5.227 espectadores. Primer partido de la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga.
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