El británico se defiende ante su compañero y antiguo rival en karts, Nico Rosberg, para vencer en Bahréin por primera vez
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Se hizo un conductor invencible de coches teledirigidos para superar el divorcio de sus padres y de pequeño aparcaba su timidez conduciendo un kart. El destino de Lewis Hamilton (Stevenage, Reino Unido, 1985) pudo cambiar cuando su madre, Carmen Lockhart, se mudó a las proximidades de Londres y viendo que su hijo mayor destacaba como piloto renunció a su custodia para que continuase viviendo con su padre, Anthony
Hamilton, que llegó a trabajar de camarero y de vendedor en tiendas de moda para conseguir dinero extra para financiarle la carrera. Lewis ya tenía entre sus grandes rivales a Nico Rosberg, con el que ha acabado coincidiendo en Mercedes para suerte de la Fórmula 1. Es la dupla del momento y para muestra, su frenético carrusel de adelantamientos en el GP de Bahréin. Una delicia batalla de la que Hamilton salió vencedor, para coronarse por primera vez en el circuito de Sakhir y darle unos buenos besos a la copa de su 24ª victoria, segunda consecutiva. Mercedes domina el campeoanto a su antojo y a sus pilotos les acompañó en el podio Checo Pérez.
Hamilton se defendió como suele, con uñas y dientes. El adjetivo que un día le puso Frank Williams, sobrehumano, le define a la perfección. Le sobra descaro, aunque ese ímpetu le haya perjudicado unas cuantas veces. Es uno de los pilotos que da más espectáculo en la Fórmula 1 por su corazón y pilotaje. Cualidades que sacó para colarse primero en la primera curva y sorprender a Rosberg, que estuvo a punto de devolverle la jugada. Se intercambiaron un sinfín de ataques y si Hamilton, que llegó a contar con nueve segundos de margen, no ganó antes fue por la aparición del coche de seguridad tras un golpazo del Lotus de Pastor Maldonado al Sauber de Esteban Gutiérrez. El percance, del que el mexicano salió ileso pese a dar una vuelta de campana, prolongó una batalla que sacó de quicio al equipo Mercedes, al que se le paró el corazón viendo como sus chicos estuvieron cerca de chocar más de una vez. Acabada la carrera, simularon que se pegaban nada más bajarse del coche. "Ha sido la segunda posición más sudada de mi vida. Es un gran día para la Fórmula 1", advirtió Rosberg, quizás en respuesta a los comentarios de Bernie Ecclestone, que había calificado este curso como un espectáculo "inaceptable" para el espectador. "Ha sido una carrera excitante", añadió Hamilton.
La reivindicación del Checo Pérez
El primero del resto fue un Checo Pérez radiante que dio a Force India su segundo podio tras el de Fisichella en Spa en 2009 tras un 2013. El mexicano solo sumó 11 puntos y fue despedido por McLaren. Tanto Magnussen, su sutituto en la escudería de Woking, como su ex compañero Button tuvieron que retirarse por problemas mecánicos. El otro Force India, el de Hulkenberg fue quinto, justo por delante de Sebastian Vettel, superado por su compañero Ricciardo (cuarto) y que ya está a 37 puntos de Rosberg. A algo menos, 34, está Fernando Alonso, noveno con un F14T al que le queda mucho por mejor en potencia y aerodinámica: "El campeonato está difícil, los Mercedes se están escapando. Tenemos que pararles en las próximas carreras". Raikkonen fue décimo, mientras Williams colocó séptimo a un Felipe Massa que protagonizó la salida de la jornada avanzando hasta cuatro posiciones en una maniobra excelente y que dijo que hubiese quedado mejor de no haber salido el coche de seguridad. Su compañero Bottas, uno de los grandes atractivos del curso, fue octavo.
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