Anna Carbó - Foto: Ricard Rovira / FCBQ. |
A la capitana del Uni Girona le pierde el fuet. Por eso, cuando Anna Carbó (Barcelona, 1988) regresó este verano de su aventura en la Central Australian Basketball League, en el aeropuerto le estaban esperando con unas cuantas piezas de su embutido favorito. Se las colocó en el cuello, a modo de collar, y posó para la cámara. De su periplo en el West Adelaide Bearcats se trajo mil recuerdos, como una bandera del país firmada por sus compañeras, y mil experiencias. Desde la visita al Parque del desierto Alice Springs, los
paseos en camellos o los encuentros con koalas, canguros o pelícanos. Uno de sus momentos más intensos fue, como confesaba en su Facebook, hacer surf: "Sí que iba mirando hacia abajo. Canguelo de los buenos, pero la verdad es que muy guay. Lo más gracioso de todo es cuando te dicen 'tranquila, si los tiburones están 10 metros más dentro', y yo... ¿10 metros sólo?". En una pista de baloncesto Anna Carbó no entiende ni de miedos ni de excusas, cuesta verle sonreír porque sólo se relaja cuando se acaba el partido, y sólo si el equipo ha ganado. No vive de sus números, por más que ante el Gernika Saski se exhibiese y fuese la mejor con 24 puntos (8/10 tiros de dos y 2/2 triples) en el triunfo por 59-78. Su Uni Girona seguirá una jornada como líder de la Liga: ha ganado sus siete partidos y se muestra como un equipo coral y solidario.
A Anna Carbó le faltaron dos puntos para regalarle al grupo un punto por cada uno de sus años. El 30 de octubre la jugadora sopló 26 velas y los celebró en el Polideportivo Maloste jugando con la actitud de siempre. Es una jugadora de club que pone en su sitio a cualquier compañera a la que vea que no está dando el 100%. Es constante, inconformista y perfeccionista y cuesta hacerle una foto en el parqué sin que su rostro no esté en tensión, y sus dientes, apretados. Nunca hay minutos basura ni amistosos ni descanso para ella. Su bandera es la actitud, pues es un ejemplo para las jóvenes y una embajadora para las nuevas. Como Ibekwe, su mejor socia con cinco rebotes y 16 puntos. Entre las dos desequilibraron por primera vez el partido en el tercer cuarto (51-58).
Miller, Mosby, Izaskun García y Vanderwal se unieron para ajustar el marcador (59-63 a 6m 46s). Para dar alas a un recién ascendido que está asentado entre los mejores. La réplica de las visitantes fue inmediata: 14º punto de Kuktiene, y triples de Anna Carbó y Noemí Jordana muy acertada desde 6'75 (4/6 en triples) en un partido discreto de Chambers. No pasan los años por Jordana (espectacular su duelo con la eléctrica Judith Monasterio), que en su 18ª temporada en el torneo tiene como entrenador a su padre Ramon. Éste no le perdona ni una. "¿Queréis callar de una puta vez, ya?", le advirtió en un tiempo muerto.
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