Willy celebra el ascenso del Extremadura UD a Segunda B. Foto: Extremadura UD. |
Willy, Luis Alfonso Ledesma (Torremejía, Badajoz, 1989) es indestructible. Las lesiones se han quedado mudas ante un delantero tenaz, con olfato y elegante que vive su mejor momento deportivo. Este curso ha marcado este curso 33 goles (35 contando la Copa Federación). Sus últimos dos tantos, ante la UB Conquense en un Francisco de la Hera con 9.000 espectadores, certificaron el ascenso del Extremadura UD a Segunda B. Willy repasa el curso y su trayectoria deportiva para Cronómetro de Récords.
—¿Qué es para ti el gol, Willy?
Hay muy pocas emociones en la vida como la que sientes tras marcar.
—¿Para un delantero el gol es una obligación? ¿Un reto? ¿Un añadido?
Los delanteros son goles. Por mi forma de jugar, pese a ser delantero, el gol nunca ha sido primordial para mí. Trabajo para el equipo, aunque si marco, mucho mejor.
—Un delantero debe tener intuición.
La experiencia te enseña a anticiparte, a saber dónde va a caer el balón, a ir al rechace… En definitiva, a estar en el lugar adecuado para marcar.
—¿Un goleador nace o se hace?
Se hace trabajando, con sacrificio y esfuerzo. Insistiendo es como uno se hace uno goleador.
—¿Cuáles son tus delanteros de referencia?
Me gustan los peleones. Me he fijado mucho en Raúl, que siempre estaba ahí, y en delanteros como Eto’o o Diego Costa.
—Con carácter.
Luchadores. Y si tienen gol, mucho mejor.
—¿Te llaman Búfalo por tu carácter?
Así me bautizó en Twitter mi compañero Curro y desde entonces mucha gente me llama así. Puede que me pusiese ese mote por mi carácter y forma de jugar y entrenar.
—Este año has metido 35 goles, tu récord personal. El pasado anotaste 24. ¿Han sido las dos temporadas en las que te has sentido más cómodo en el campo?
Sí. Así lo dicen los números. Un delantero vive de los goles. Me he encontrado muy a gusto en el terreno de juego defendiendo la camiseta del equipo en el que crecí y ante una afición que te apoya domingo tras domingo. Han sido dos cursos inolvidables.
—Lo que es la vida. Creciste en las categorías inferiores del CF Extremadura, que se disolvió, y ayudas a ascender a Segunda B al nuevo, el Extremadura UD.
En el CF Extremadura tuve la mala suerte de romperme la rodilla, me quedé sin equipo y tuve que ir a probar a otros clubes. Años después, cuando me estaba recuperando de una rotura en la otra rodilla, me llamó el Extremadura UD. El fútbol me dio otra oportunidad. Volver al equipo de tu casa y contribuir al ascenso ha sido un sueño.
—Y en Francisco de la Hera ante 9.000 espectadores…
Almendralejo tiene una afición espectacular. Nos ha dado ese empujoncito para poder ser campeones de nuestro grupo en Tercera y ascender a Segunda B. Nuestro público es de superior categoría. Se merece esta alegría.
—¿Has escuchado Azulygrana que os han dedicado Doza y Dakor?
Sí, varias veces. Acababan de sacar el videoclip: es muy bonito y emocionante.
—“A veces se gana, a veces se pierde, pero el Extremadura siempre permanece”, cantan.
Claro, claro. Los jugadores, los entrenadores y los presidentes pasan, pero la afición siempre está ahí.
—¿Qué es el ADN Azulgrana?
Es complicado de definir. Para mí es una afición que vayan bien o mal las cosas, siempre te apoya y nunca te silba. Siempre está con el equipo y en los momentos decisivos y complicados siempre aparece, como con el CF Extremadura. Para lo bueno y para lo malo siempre está ahí, siempre te apoya. Almendralejo se identifica mucho con el Extremadura.
—Has superado muchas lesiones.
Cuando te lesionas, tienes un bajón. Parece que nunca más vayas a volver a ver la luz, pero cuando regresas, lo haces más fuerte y te vuelves a sentir realmente futbolista.
—¿Qué pensaste cuando remataste de volea el centro de Ruano? Era el 1-0 con la UB Conquense. El ascenso a Segunda B estaba muy cerca...
En esos momentos no pienso en nada. Veo los resúmenes de los partidos y me sorprenden. Mi mujer me dice que me vuelvo loco. Los goles me salen con el alma. Tras marcar el 1-0 salí corriendo por la banda y fue muy grande ver saltando al público.
—Seguí el partido por Radiogolex y los comentaristas dijeron que tan importante había sido tu gol como el paradón de Carlos Saavedra.
El paradón de Saavedra es espectacular, tanto que es más difícil parar eso que un penalti. Carlos tenía muchos jugadores delante y su reacción fue increíble ante el rival, que remató a bocajarro. Carlos se merecía una actuación así por la temporada que ha hecho.
—En el segundo gol ante la UB Conquense demuestra lo que has dicho antes. Tienes olfato: recuperas la pelota, se la pasas a Javi Pérez, que acababa de sustituir a Curro, te la devuelve y marcas el 2-0.
Conozco mis virtudes, cómo juego, y cuando le doy el pase a Javi, ya busco la portería. Veo la jugada al 100%, pego un esprint increíble y me digo: “Ésta no se va fuera”. Y así fue. Marqué. Ver a mi gente emocionada es lo más grande.
—¿La paternidad te ha cambiado en el campo?
Yo creo que no. Me ha cambiado la vida, pero en el terreno de juego sigo jugando como siempre.
—¿Seguirás en el Extremadura UD?
Pienso que sí, aunque habrá que sentarse a hablar. Ahora mismo quiero estar tranquilo, hablar con el presidente y encontrar la mejor solución para los dos. Quiero jugar en Segunda B con el Extremadura UD, pero habrá valorar las cosas.
—Juan Marrero no seguirá como entrenador del equipo.
Ya nos lo dijo hace tiempo. Quería ascender al equipo y tomarse un descanso. Seguirá en el club, pero en los despachos. Está cansado de entrenar. Juan contará siempre con mi apoyo en lo que decida.
—Él te fichó para el Arroyo, donde tenía como ayudante a Pedro José.
Pedro José es mi ídolo desde pequeño. Cuando eres un niño saber que un jugador de Primera es de tu pueblo es lo más grande, te llena de orgullo. La casa de sus padres está en la misma calle que la de los míos. Iba a hacerme foto con Pedro José y le pedía autógrafos. ¿Y qué te voy a decir de Juan [Marrero]? Es un entrenador exigente, aguerrido y que te hace que seas muy fuerte psicológicamente.
—¿Te acuerdas de los dos ascensos a Primera División del CF Extremadura?
De los partidos no me acuerdo, pero sí de las celebraciones. Recuerdo que el autobús del equipo paró en mi pueblo, que fui con mis padres al Parque de La Piedad, en Almendralejo, y los jugadores estaban hablando allí. También me acuerdo de un partido amistoso que jugaron contra el Real Madrid en pretemporada.
—Sí que te acordarás de tu debut en Segunda B con el CF Extremadura.
Por supuesto. Tenía 17 años. El viernes me dijo Josu [Ortuondo] que voy a jugar en Alcalá de Guadaira. Llevábamos una racha mala y ganamos en el último minuto de penalti. Lo marcó Pedro Velasco. Yo era un chaval con muchas ganas y entusiasmo. Eso es lo que aportaba.
—Lástima la situación económica del equipo... Descendió y por los impagos acumuló otro descenso deportivo: acabó en la Regional preferente extremeña. Tres años después se disolvió.
Si el equipo hubiese seguido en Segunda B o se hubiese mantenido en Tercera, para mí hubiese sido perfecto. Me vi con la rodilla rota y sin equipo. Fue muy complicado.
—¿Pensaste que se acababa el fútbol para ti?
Sí. Me fui a un equipo a recuperarme y no lo conseguí. Volví a casa. Fue muy duro, pero luché y me levanté.
—Y luego vino el Rayo.
En diciembre. Ya estaba recuperado, pero me rompí la otra rodilla parcialmente. Fue un año catastrófico. Recuperarte de una rotura en una rodilla y romperte la otra...
—¿Cómo fue tu paso por el Betis C?
También muy bonito. Me gustaba mucho el Betis. En mi pueblo hay varios aficionados verdiblancos, y tengo varios amigos que lo son. El club es un club de Primera donde tratan muy bien a las categorías inferiores. Me quedo con el sabor de boca un poco amargo de no haber llegado al filial.
—Volviste a Extremadura y ya te has quedado. Antes de jugar en el Arroyoy el Extremadura UD firmaste por el Villanovense.
El primer año vine a probar y me cogieron. Nos salvamos y, además, bien. Fue la primera vez que el club se salvó en la categoría. La temporada siguiente tuvimos la mala suerte de descender. Eso es el fútbol: unas veces te da y otras te quita.
No hay comentarios :
Publicar un comentario