Cronómetro de Récords entrevista a la pívot del CB Bembibre
Laura Herrera tras el partido. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado / San Sebastián
A veces no somos conscientes de qué importante es el diálogo interior. A principios de junio de 2016, Laura Herrera (Santa Cruz de Tenerife, 1989) recibió "el palo más duro" de su carrera deportiva. La pívot canaria y Cristina Ouviña fueron los últimos descartes para el Preolímpico. Adiós al sueño de jugar unos Juegos Olímpicos: "Ese verano resultó muy duro para mí, sobre todo mentalmente". La decepción le hizo cambiar la mirada para siempre. Laura Herrera habló con Laura Herrera.
—Mira, Laura, son cosas que pasan. Tu sueño de ir a los Juegos no se cumplió por muy, muy poquito. Pero... ¡No se acaba el mundo! Disfruta de lo que hagas y no pienses más allá de eso.
"Obviamente, me encantaría volver a la selección, aunque no me obsesiona. Mi mente está en esta temporada", confiesa, risueña, la pívot del CB Bembibre después de cerrar los puños y gritarle de emoción a su entrenador, Pepe Vázquez, abrazarse a todas sus compañeras y colgarse del cuello de Amy Syll. El tercer triunfo del curso de su equipo ha llegado en el Jose Antonio Gasca ante el CD Ibaeta (59-63).
—Ahora mismo casi ni tendrás ni voz.
Poca me queda... El equipo se merecería por fin una victoria. Perdimos a una jugadora [Jenna Joy Smith] y ahora somos diez, hace unos días se marchó el entrenador ayudante, Popi González [con una propuesta irrechazable del Sopron, subcampeón de la Euroliga]... Hemos ganado en una pista complicada tirando de corazón y carácter. Estoy muy contenta.
—Salvo ante los tres primeros, siempre competís en las derrotas. Habéis caído por entre dos y siete puntos. Al final, la persistencia tiene premio.
Es duro que se te escapen victorias de la palma de la mano. El equipo ha sabido levantarse, centrarse en el trabajo y no refugiarse en las excusas. En esos partidos aprendimos que podemos plantarle cara a casi cualquiera.
—Habéis estado casi siempre por delante en el marcador. Esta vez los momentos de bloqueo no os han penalizado tanto como otras veces.
En el Open Day Liga Día se nos escapó el partido ante el CD Ibaeta, que nos remontó siete puntos en los últimos minutos. Nos ha pasado también contra otros equipos: llegamos bien al último cuarto y no sabemos gestionar los minutos finales. El cansancio también cuenta, pues jugamos con muchas jugadoras que disputan muchos minutos y esos instantes finales nos pasan factura.
—No recuerdo haberle hecho nunca fotos tan emotivas a un entrenador o entrenadora como a Pepe Vázquez. El suyo es un oficio muy vulnerable.
Pepe es... ¿Qué puedo decir? Sus lágrimas del final lo dicen todo. Vive con mucha intensidad el baloncesto y nos transmite esa energía, que intentamos trasladar a la cancha. Pepe está sufriendo igual que nosotras. Hemos intentado arroparle después de la marcha de Popi González, un gran apoyo para él.
—Me ha parecido curioso que Pepe Vázquez no posase con vosotras ante los fotógrafos para celebrar la victoria. Se ha ido rápido.
Estaba nervioso, emocionado... Pepe es así.
—Muy discreto.
Tal cual. Es una gran persona y entrenador. Hemos empezado el año muy bien. Es la recompensa que perseguíamos.
—Aunque Julia Gladkova, con 25 puntos, ha sido vuestra jugadora más acertada, diría que la clave, más allá de vuestra actitud, ha sido el rebote ofensivo. Vicky Llorente ha cogido dos seguidos y ha metido la canasta decisiva tras el segundo.
El rebote ofensivo es una de nuestras virtudes [son el cuarto equipo en ese aspecto de la Liga Día con 135 capturas, idéntico balance que el Uni Ferrol]. Hoy hemos dependido más de Julia, aunque todas sumamos. Normalmente siempre destaca una en cada partido. Es lo bueno de este grupo.
—¿Acabaste Periodismo?
Estoy en ello... [Se ríe]. Me quedan tres asignaturas.
—¿Cuál sería tu titular hoy?
"Triunfo de corazón". No se me ocurre otro después de todo lo que nos ha pasado últimamente y lo que arrastrábamos de la primera vuelta.
—Norberto de la Mata, vuestro jefe de prensa, asegura que eres muy metódica. Al principio del partido has ido anotando en el tapón de las botellas de agua las iniciales o el número de cada jugadora.
Era el número.
—Pues a Roselis Silva le has preguntado el suyo...
Cuando estoy nerviosa, no pienso. Sí que me lo sé, pero quería ponerlos rápido. He intentado hacer esas pequeñas cositas de las que siempre se ocupaba Popi.
—Norberto cree que eres "más cercana".
¿Más cercana? [Se ríe]. ¡Guau! Al principio me cuesta un poquito coger confianza, pero éste es mi segundo año en Bembibre y ya conozco a la gente.
—Sí, aunque tu primer año fue hace dos.
Quizás entonces Norberto no estaba tanto con nosotras en la cancha. Ahora es, prácticamente, del cuerpo técnico. Igual lo dice por eso.
—Ha venido con sus padres. Norberto es un jefe de prensa que se deja el alma.
Lo vive un montón con nosotras. Sufre con nosotras. Como has podido comprobar, al final del partido casi se nos mete en el banquillo. Así que... [Se ríe].
—Al final, al principio, durante... Pero más al final.
Sí, sí. Norberto refleja qué es el CB Bembibre: una pequeña familia. Lleva muchos años sufriendo y disfrutando. Hoy le hemos podido dar una alegría.
—¿Desde que eres capitana cuidas más a las compañeras?
Sí. No es que otros años no me preocupase por ese aspecto, pero esta temporada intento más que el grupo esté bien. Arropo especialmente a las de fuera para que se adapten lo más rápido posible. También a las jóvenes: es importante que se sientan parte del equipo, aunque no tengan los minutos que quisieran. Pepe [Vázquez] me pidió que fuera capitana y no pude negarme. Estoy muy contenta de que la segunda sea Alejandra [Quirante]: nos entendemos muy bien e intentamos tirar del equipo, sobre todo en momentos difíciles.
—¿En tu juego se nota que eres capitana?
Más que en la pista, me siento más capitana fuera. No me considero una jugadora que asuma los últimos tiros, pero sí capaz de tirar del equipo y aconsejarle especialmente en los peores instantes.
—"Vivo el presente", advertiste en una entrevista para el club. Lo relativizas todo.
Hace tiempo me proponía retos y ahora prefiero disfrutar de cada partido, entrenamiento... Pretendo exprimir al máximo cada instante porque nunca se sabe cuándo se acabará tu carrera. Disfruto. He aprendido que las malas rachas vienen y se van.
—Llevas más de 250 partidos en la Liga Día. ¿Te acuerdas de cuántos puntos metiste en tu debut?
¡Buah! No. Sé que fue contra el Hondarribia.
—5 puntos, con 2/2 en tiros de dos, y un 1/4 en tiros libres. Ésa es tu cruz de siempre. Este curso se te da peor que nunca (60,9% de efectividad).
Este año, no sé por qué fallo más... Tampoco quiero pensarlo. [Se ríe]. En el penúltimo partido hice 4/4 y me quité un poco esa presión. Aunque hace una temporada fui de las mejores del torneo en los tiros libres, eh.
—En tu primera temporada en Liga día coincidiste con Andrea Csaszar, Elin Eldebrink, Sandra Ygueravide, Brooke Wyckoff... ¿Cómo recuerdas aquel equipo del Estudiantes?
Lo tengo muy presente. Siempre digo que mis mejores recuerdos son del Estudiantes. Conseguimos ascender y gran parte del grupo se quedó: Aauri Bokesa, Sandra Ygueravide, Sara Vita, Mariana González, Irene Castrejón y servidora. Nos arropamos mucho y favorecimos que las nuevas se adaptasen bien.
—Ganaste el primer título del Rivas, la Copa de la Reina de Valencia ante el Ros Casares.
Tuve la suerte de estar en ese club y de compartir vestuario con jugadoras muy buenas. Para mí era un premio entrenarme con Amaya Valdemoro, Elisa Aguilar... Cuando me retire y lo piense bien, todavía seré más consciente de lo afortunada que fui y soy.
—¿Amaya Valdemoro ha sido la compañera más competitiva que has tenido?
También Laia Palau, en la selección. Son jugadoras que tienen el espíritu ganador metido en el cuerpo y te lo transmiten.
—¿El curso pasado en el Campus Promete viviste los peores momentos de tu carrera?
Fue... Fue una temporada dura e injusta a nivel personal. Ya la he borrado de mi mente. Cuando las cosas no dependen de ti, no vale la pena darles más vueltas. Esa situación me motivó para trabajar todavía más en verano. Pepe Vázquez me ha vuelto la ilusión por jugar a baloncesto.
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