Cronómetro de Récords entrevista a la capitana del Gernika en la Copa de la Reina de Vitoria
Naiara Díez tras el partido. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado / Vitoria
"¿A Naiara? Sin problema, pero ya tiene cinco solicitudes", me advierte Naia Fernández, jefa de prensa del Gernika. La capitana Naiara Díez (Alsasua, Navarra, 1987) tiene mucho poder de convocatoria ante los micrófonos, cámaras y grabadoras, pero también en la afición y entre sus compañeras. Lidera los bailes y aplausos con los seguidores y seguidoras tras perder contra contundencia contra el Perfumerías Avenida en las semifinales de la Copa de la Reina de Vitoria (74-46). Es risueña y cercana desde el saludo inicial, una buena metáfora de lo que ofrece cuando sale a la pista: rendimiento inmediato, puntería, defensa y liderazgo.
—¿En qué piensas?
En que las cosas no han salido como me gustaría, pero asumimos que el Perfumerías Avenida ha sido mejor [ha roto el partido al comienzo del segundo cuarto gracias a María Asurmendi, Erika de Souza y Angel Robinson] y ser conscientes de que tenemos margen de mejora.
—La única entrevista que te había hecho hasta ahora fue en la Copa de la Reina de Girona, también tras un encuentro ante el mismo rival y en la misma eliminatoria. La respuesta de vuestro público ha sido exacta. Entonces me comentaste: "Se me han saltado las lágrimas viendo cómo nos ha animado la afición pese a ir perdiendo".
Se ha repetido la historia y he llorado. Cada año se superan. El Perfumerías Avenida nos ha sacado, literalmente, de la pista y el marcador así lo refleja, pero nuestra afición no ha dejado de cantar y animar. Nos hacen sentir mucho orgullo. Son nuestra mayor victoria en esta Copa.
—A Courtney Williams no le ha entrado nada (0/16 en tiros de campo). ¿Has notado que estaba frustrada?
Por supuesto. Ayer nos ayudó muchísimo para superar los cuartos de final. No pasa nada. Lo único que queremos es que Courtney Williams se integre: lleva apenas tres entrenamientos con nosotras. Hay días en los que los tiros no te entran, pero hay que persistir y Courtney lo ha hecho. Seguro que en los siguientes entrenamientos y partidos le saldrán mucho mejor las cosas.
—¿Le has dicho algo para que se tranquilizara?
Que confiábamos en ella y que siguiese jugando como sabe. [Aparece su compañera Luci Pascua: "Naiara, tienes a Octavio ahí. Dice que no te acuerdas de él"]. Ahora voy.
—Es tu papel como capitana.
Intento que todo el mundo se sienta a gusto y con confianza, y, sobre todo, que sepa que el equipo le arropa.
—En cuartos de final ante el CD Ibaeta nada más salir metiste dos triples vitales y hoy, otro. 4/5 en total. Es difícil salir tan enchufada.
Es algo que entra dentro del pack de ser una jugadora de un equipo con una rotación muy larga: te pueden necesitar en cualquier momento y tienes que estar disponible.
—En tu primera temporada en Liga Femenina, en el Basket Zaragoza, coincidiste con Paula Palomares. ¿Os pasabais mucho tiempo tirando triples tras los entrenamientos?
Cuando llegué a Zaragoza tenía 18 años e hice mucha amistad con Paula Palomares y Paola Mercadal. Somos muy amigas. Me cuidaron mucho. Son mis otras dos hermanas. Si algo tengo que aprender de Paula Palomares es su tiro porque es una auténtica artista en eso y en muchas otras cosas. Es cierto, lanzábamos bastantes triples. Al final, te especializas en una faceta. Intento mejorar en muchos aspectos y a esta Copa he venido a ayudar en esa faceta. Tienes que ayudar en el momento que sea, hayas salido antes o no, y para eso estamos todas las jugadoras.
—Pero es difícil.
Sí. Tienes que salir del banquillo y concentrarte como si llevases un rato en la pista. Mis compañeras me lo ponen mucho más fácil porque me dan mucha confianza nada más entrar cediéndome pelotas para que tire. ¿Cómo voy a fallar? Si lo hiciera, les fallaría a ellas.
—En la temporada del ascenso a Liga Femenina jugaste 34m 50s por partido en Liga regular.
¿En serio? Me sorprende. No soy mucho de mirar los datos. Bueno, nada. Recuerdo ese año con mucha ilusión: estábamos muchas jugadoras de la casa y sólo teníamos de fuera a Brittany Miller. Para la fase de ascenso vino Margaret Rountree. Fue uno de los años que más he disfrutado. Muchas de esas compañeras estaban hoy en la grada. Sin ellas y sin su trabajo no habríamos podido jugar esta Copa, por ejemplo. Les estamos eternamente agradecidas.
—El Gernika es un club muy familiar que no para de crecer en sus resultados, pero también en sus fichajes. Entiendo que tenéis más presupuesto, patrocinadores y ayudas.
Sigue siendo un club muy familiar: vas por la ciudad y todo el mundo te conoce. Para mí Gernika es mi segunda casa. Como me tratan allí no estoy en ningún lado. Estoy súper agradecida a la gente por su trato y sí que es verdad que cada año lo hacemos mejor y con un baloncesto vistoso. Hemos realizado un muy buen papel en Eurocup, estamos terceras en Liga... Para mí lo importante no es ganar. Lo es el cómo y que nuestra afición se sienta orgullosa de su equipo.
—Me han dicho que eres muy de abrazar. ¿Qué es para ti un abrazo?
¿Te han comentado eso? Para mí el abrazo es una manera cercana de agradecer y de alegrarme de volver a ver a gente a la que hace tiempo que no veo. Eso me suele pasar en la Copa.
—Eres maestra. ¿Consideras que también tienes ese papel en el equipo?
Soy maestra de vocación, pero más que maestra en el grupo, intento ser la que ayudar y comprender a mis compañeras. También solucionar cualquier problema que surja. Soy...
—¿Bombera?
Es un honor que llames así. Intento que todo el mundo esté a gusto. Es algo que forma parte de tu papel de capitana. Es un privilegio ser capitana del Gernika porque estoy muy orgullosa de mis compañeras.
—¿Cuando empezaste a jugar a baloncesto en Alsasua te imaginabas estar aquí o empezaste por diversión?
Rotundamente no. Comencé por diversión. Jugaba con mis amigas, las que hoy estaban en la grada. Por cierto, ya no las he visto. Estarán fuera. No sé. Empecé por mi padre, que era árbitro de baloncesto y me he tragado muchos partidos suyos. Jugué en Alsasua hasta cadete, luego me fui a Ardoi y con 18 años vino Álex Cebrián, a quien le estaría eternamente agradecida porque apostó por mí y me llevó a Liga Femenina. Si hoy estoy aquí es gracias a él. Fui dando pasos y sin darme cuenta, pues mira... Hoy estoy aquí, en mi segunda Copa de la Reina sintiéndome muy orgullosa de mi equipo y de mi afición, y disfrutando como una enana.
—Te dejo con Octavio. Dime algo sobre él y sobre el fotógrafo Luis Javier Benito, LuisJa, que también es muy fan tuyo, y de tu cuadrilla.
Son las amigas de mi infancia. Cuando acaba la temporada o tengo días de desconexión me voy a mi pueblo. Ellas me hacen disfrutan de lo que es ser Naiara en su estado de toda la vida. Siempre están ahí. Octavio me sigue desde hace muchísimos años. [Octavio se oculta tras la valla publicitaria]. Y ahora se esconde, y eso que creo que no me oye....
—Creo que sí que lo hace.
Me ha seguido desde mis inicios. Me encanta volver a personas que se interesan por mí desde que empecé mi carrera porque transmiten todo el cariño que a una jugadora le encanta tener. Es un honor. LuisJa nos acompaña a todos los sitios. Es quien me sacaba fotos en mis inicios. Siempre tienen un mensaje de ánimo. Son personas de baloncesto que siempre voy a tener incluso cuando me retire.
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