viernes, 23 de mayo de 2008

El Barça triunfa en Badalona con una lección de pragmatismo y está a una victoria de la final

Acker, en la imagen ante Noel, fue otra vez decisivo con 20 puntos -EFE.

Sorpresa relativa. Golpe sobre la mesa en Badalona. El Barça ganó 90-93 al DKV Joventut con una lección de pragmatismo e intensidad, marcando el ritmo que más le convenía, y si se impone mañana en el Palau (La 2, 20.00 horas) será finalista de la Liga ACB. O lo que es lo mismo, tendrá una plaza para la próxima edición de la Euroliga, una recompensa utópica para los escépticos. Jaka Lakovic y Alex Acker, con 23 y 20 puntos respectivamente, fueron los máximos anotadores del conjunto azulgrana, y Ersan Ilyasova, con 16 puntos y 14 rebotes, volvió a reiterar que es un jugador imprescindible en este equipo. En la Penya los 30 puntos de Rudy Fernández fueron insuficientes ante el horrible partido de Ricky Rubio, Lubos Barton y Demond Mallet, que sumaron 21 entre los tres (con 6 de 21 en tiros de campo).

Se sabía perdedor el Barça en un partido de correcalles y apostó por el cuerpo a cuerpo, por el uno contra uno. De ahí que lanzara hasta 41 tiros libres, un faceta en la que fue, con diferencia, el peor equipo durante la fase regular (promedió 16'5 por los 23 del mejor, el Kalise Gran Canaria). El conjunto azulgrana, que no ganaba en Badalona desde noviembre de 2003, estuvo prácticamente infalible desde la línea de personal: anotó 36 de sus 41 tiros, casi un 90% de acierto. Hasta 21 lanzó en un último cuarto interminable. El icono de ese acierto fue Acker, que anotó los diez que tiró en el período final. La marca del escolta estadounidense (15 de 16) es la sexta mejor en unos playoff. El récord, difícil de igualar, pertenece a José Miguel Antúnez, que logró un 19/21 en la temporada 1992-1993. Lakovic, con 12/13, también estuvo espléndido con los tiros libres.

Moiso, espectacular

Los primeros contratiempos del conjunto azulgrana estaban cantados, eran totalmente lógicos: la resistencia y la velocidad (de movimientos y de decisión) del DKV Joventut y la participación de un hombre alto. Esta vez el gigantón era Jerome Moiso, que ha pasado de ser un mero parche del Real Madrid en los playoff (promedió 1'8 puntos y 2'8 rebotes en poco más de nueve minutos) a convertirse en un jugador espectacular que saca partido a su físico para machacar y desgastar física y mentalmente a sus rivales. Es otro mérito de Aíto, especialista en recuperar (o despertar) las mejores virtudes de jugadores medio desconocidos o infravalorados en sus equipos. El primero en comprobar el salto cualitativo de Moiso fue Ilyasova, que quizás recordando su gran mate a una mano en el partido de vuelta en el Palau saltó pronto para colgarse del aro. El ala-pívot turco sólo vio cómo las manos de su rival barrían la pelota. Ilyasova recibió dos tapones en un minuto y se descargó con la colchoneta de protección. Más centrado, en la jugada siguiente anotó un triple precisamente ante Moiso (2-5 a los 2'03''). Era la primera ventaja del Barça, que con un par de acciones sensacionales de Gianluca Basile y otra canasta de Lakovic logró una mayor renta de la primera parte (9-12 a los 4'45'').

A partir de entonces, y hasta el descanso, el DKV Joventut se recreó. Convirtió el partido en un acto de auto-homenaje: buscó la estética y la plasticidad y pareció olvidarse de la efectividad y el pragmatismo. No se olvidó de la contundencia, que es algo implícito al juego de Moiso. El pívot francés fue el referente anotador en cuanto Rudy se fue al banquillo medio lesionado tras caérsele encima Fran Vázquez. Moiso anotó siete de sus nueve puntos del período inicial en los poco más de tres minutos que faltaban del cuarto (además sumó tres rebotes, recibió tres faltas e hizo tres tapones para un total de ¡17 de valoración!). Un triple de Pau Ribas, el último talento de la cantera, estableció una ventaja más que importante para la Penya (24-15 a los 8'37'').

Parcial de 0-8

"No tenemos tanta prisa... No hagamos faltas estúpidas, cojamos rebotes, busquemos a Kasun, busquemos a Kasun", pedía Xavi Pascual. El discurso del técnico azulgrana sirvió para tranquilizar a sus jugadores, y en la primera acción Lakovic buscó y encontró al pívot croata. Un triple de Acker y dos más uno de Ilyasova pusieron el 24-23 (a los 10'20''). El Barça, con un parcial de 0-8, había evitado que la Penya cogiera una distancia insalvable.

Era cuestión de tiempo que el grupo de Aíto volviera a lograr una renta considerable. Tan sólo tenía que aprovechar mínimamente su perímetro, impagable casi siempre, posiblemente uno de los más poderosos de Europa. Al DKV Joventut no le cuesta encadenar varios aciertos seguidos y entre Rudy (sorprendente cómo puede tirar tan bien cayéndose) y Lubos Barton, bastante inédito y superado, empezó a distanciarse. Hasta entonces el conjunto local acumulaba 4 de 7 desde más allá de 6'25 (acabó la primera parte con 6 de 13).

La importancia de Ilyasova

Con la tercera falta personal de Basile y un alley-hoop de Moiso y otro triple de Mallet el Barça se desconcertó. Con Pepe Sánchez en el banquillo con fiebre Lakovic no daba abasto y su aportación en ataque era casi nula (1 de 8 en tiros de campo en la primera mitad). En los visitantes tan sólo respondía Ilyasova, a quien Chichi Creus tendría que renovar sin pensárselo. Es capital en este equipo, una de las claves de la reacción del grupo.

Se gustaba la Penya con Ricky y Rudy como protagonistas. En un suspiro el escolta mallorquín anotó un triple, recuperó un balón y machacó. Cinco puntos consecutivos que permitieron al grupo de Aíto igualar su máxima renta (42-33 a los 17’45’’). Y otra vez se recuperó el Barça, con un parcial de 0-7, y con Gary Neal como gran (e inesperado) revulsivo (42-38 al descanso).

El antídoto: Mario Kasun

En la segunda parte Xavi Pascual encontró el antídoto para anular a Moiso: Mario Kasun, que está realizando unas eliminatorias por el título más que notables. El pívot croata empezó dominando la zona en el tercer cuarto y sus seis puntos seguidos (anotó 13 en total y capturó cuatro rebotes) y una entrada de Roger Grimau pusieron al Barça a tres (49-46 a los 22’30’’). En una acción fortuita el capitán azulgrana se hizo daño en la rodilla izquierda y tuvo que irse al banquillo. Ya no pudo volver a la pista.

El Barça se esmeró en defensa y se exhibió en ataque: en el tercer cuarto anotó 27 puntos, en el último, 28. Con un parcial 3-13 el grupo de Pascual pudo por fin remontar (52-56 a los 25’31’’). Se resistió la Penya con Jan Jagla como líder y con una defensa zonal que obligó al conjunto azulgrana a lanzar algunos triples precipitados. Edu Hernández Sonseca, otro de los rehabilitados por Aíto, sumó sus dos únicos puntos y acercó de nuevo a su equipo (62-65 a los 30 minutos).

Los cambios defensivos de Aíto

Cambiaba constantemente su defensa Aíto. Apostó entonces por la 1-3-1, y fue Lakovic el primero en romperla. El base esloveno anotó por fin un triple: era su noveno intento. La Penya era un equipo vulgar y no logró anotar en los primeros tres minutos del último cuarto. Circunstancia que supo forzar el Barça, que se puso 14 puntos por delante (62-76 a falta de 6’48’’). Un triple de Barton inició la reacción del DKV Joventut, que se recuperó gracias a otro lanzamiento de tres de Ribas y a la exclusión de Kasun, que por primera vez claudicó ante Moiso y le permitió un dos más uno. Una entrada del pívot francés y una increíble penetración de Rudy pusieron el 84-85 a falta de 1’29’’.

Por segunda vez en el partido entró el mermado Sánchez. Apostaba Pascual por la tranquilidad y la paciencia del base argentino, que es casi el segundo entrenador. No para de darle consejos en el banquillo a su entrenador. El DKV Joventut siguió jugando los dos contra uno, que le habían permitido equilibrar el partido. Moiso a 23 segundos firmó el 86-87 y Ricky, en su única canasta en juego (1 de 9), el 88-89 a nueve segundos. Acabó decidiendo Acker, que no falló sus ocho últimos tiros libres. Los dos últimos a cinco segundos. Rudy tuvo la opción de empatar, pero su triple (4/11), demasiado corto, se quedó a medio camino. El Barça puede ser finalista mañana. La Penya tiene que ganar para forzar el tercer partido de la serie, que se jugaría el martes en Badalona.


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