martes, 27 de mayo de 2008

Mireia Belmonte: “Es mejor relacionarte con gente que no compita contra ti”

Belmonte, una de las bazas de la delegación española en Pequín -Foto de Meri Santos (mesafu@gmail.com).

Es la nueva imagen de la natación española, pero pasaría como cualquier joven de 17 años. Mireia Belmonte (Badalona, 1990) tiene los brazos cruzados, casi encogidos, mientras está atenta a la conversación entre su entrenador, Carles Subirana, y un compañero periodista. A unos metros, tres deportistas hacen cábalas sobre qué nota necesitarán en el examen para aprobar una asignatura. “Tampoco te creas, las prácticas no me han salido muy allá”, expone una. “No desesperes”, le dice una segunda. Es una situación habitual en la cafetería del CAR del Sant Cugat. El deportista que destaca habla con la prensa, los otros hacen su vida normal.

A Mireia Belmonte se le nota cansada. Sólo interviene en la conversión cuando el periodista le pregunta. Apenas gesticula y utiliza frases cortas y directas. Confiesa que tiene la manía de llevar la raya del gorro siempre en medio y no puede evitar sonreír cuando asegura que ser famosa no le ayuda a ligar. “No, no, igual que antes, igual que antes”, responde con una sonrisa. Ésa es la última pregunta que le hace nuestro compañero. Ahora nos toca a nosotros. Será su segunda entrevista del día. “Aún me quedan más hoy. Este mes llevo muchas… y, créeme, acabo más agotada que con los entrenamientos”, explicará un rato después.

Salimos de la cafetería y mientras nos dirigimos a la piscina Mireia Belmonte responde a las primeras cuestiones. Llegamos: “Paramos aquí de momento y hacemos las fotos”, le sugerimos. Está acostumbrada a la cámara, tiene cierto desparpajo: sonríe, se toca el pelo, tan sólo se queja del sol. “¿Modelo? Es algo que me gustaría. ¿Por qué no?”, responde. De momento su vida se concentra en los libros de segundo de bachillerato, las pesas del gimnasio y entrenarse en el agua. Mireia es una estrella precoz: ha ganado cuatro medallas entre los Europeos de Eindhoven y los Mundiales de Manchester. En unos meses ha pasado de ser una nadadora casi desconocida a convertirse en alguien muy popular: “Sigo aquí, siendo la misma de siempre. La presión sólo te tiene que hacer mejorar”. Cuando habla de los Juegos Olímpicos de Pequín de este verano se fija un objetivo: “Ojalá pueda estar en la final, será que realmente lo he hecho bien”.

Has conseguido 15 plusmarcas en los últimos meses. ¿Qué significan para ti las marcas? ¿Qué sientes cada vez que logras un récord?
Siento una alegría tremenda porque, aunque parezca mentira, cuesta mucho bajar un segundo en según qué distancias. Cada vez que tocas la pared y rebajas tu registro es una alegría, da igual que bajes tres segundos o unas centésimas. Cada día te vas dando más cuenta de que es muy duro bajar centésimas…

¿Cómo asimilas progresar tan rápido?
Lo llevo bien porque no es un regalo, es algo que me ha costado mucho trabajo conseguir.

¿En qué pruebas ves más factible lograr una medalla en Pequín?
En 200 estilos tengo la cuarta mejor marca de la temporada. Es la que veo más factible sobre el papel, pero una vez allí quizás la que iba segunda se queda fuera y la octava, finaliza segunda. Pueden pasar muchas cosas. También participaré en los 200 braza y los 400 estilos.

La nadadora catalana muerde la medalla de oro en los 200 estilos que logró en Eindhoven -EFE.


El jugador de baloncesto Ricky Rubio o el delantero del Barça Bojan Krkic son otros deportistas que también están triunfando con 17 años. Ellos no hablan con la prensa. ¿En qué cree que te beneficia hacerlo a ti?

Sobre todo para darme a conocer a mí y a la natación española, a la que nunca se le ha dado el valor que tiene o que se merece. Antes de los Campeonatos de Europa de Eindhoven, que han marcado un antes y después especialmente con la prensa, sólo se valoraba la sincronizada y se veía con cierta incertidumbre qué hacía la natación. Se tenía una visión un poco pesimista. Ahora la prensa es más optimista y a los nadadores eso nos ayuda. Es una motivación extra que tienes: si lo hago bien a lo mejor salgo en los medios y puedo buscar algún patrocinador más. Es atractivo para nosotros.

También es cierto que hace un año la natación española estaba en crisis, casi se reducía a Érika Villaécija… 
Este año es olímpico y hemos salido más nadadores. Nina (Zivanevskaia) ha vuelto después de ser madre, también está Rafa Muñoz y yo misma, que estábamos en categorías inferiores. Yo había sido campeona de Europa y del mundo. La prensa no valora las categorías inferiores sólo la absoluta.


Y no se valoraba lo suficiente a Villaécija, que casi siempre quedaba cerca de las medallas…
Los medios valoran las medallas, y quizás has bajado tu marca bastantes segundos y has quedado cuarta. Los nadadores si rebajamos nuestro registro y acabamos a un paso del podio nos quedamos con la sensación de haber ganado a nivel personal. Pero cuando vuelves a España te das cuenta de que la medalla es lo que cuenta.

¿Tienes la sensación de estar viviendo muy rápido? En 2006 ya habías sido campeona de Europa y del mundo júnior…
No. Mi vida es una rutina diaria. Vivo al máximo día a día y no se me pasa demasiado rápido. Sigo siendo la misma que hace dos años.

Estás logrando proezas casi inéditas. En 200 metros estilos sobre la estadounidense Katie Hoff hizo una marca mejor que usted con 17 años…
Me acabo de enterar ahora… Con mi edad me queda mucho por mejorar.

Empezaste a nadar para corregir una desviación en el punto final de la columna vertebral, una escoliosis. ¿Cuándo y por qué decides ser nadadora profesional?
Cuando tenía 12 o 13 años competí en un campeonato de España y gané seis medallas de oro. Me gustó la sensación de ser la mejor y me di cuenta de que me quería dedicarme a esto.

Belmonte se tapa la boca tras ver su tiempo en una prueba de los pasados Europeos -EFE.

¿La natación une o desune?

Tiene de las dos partes: une porque en el entrenamiento podemos ser una piña y cuando vas fuera conoces a gente de culturas diferentes, pero también te desune de tu vínculo de fuera. La natación te aleja de tu familia, de tus amigos de siempre, con los que ya no tienes tanta relación. En este deporte hay muchas envidias y es mejor relacionarte con gente de fuera porque no compiten contra ti.



Si tuvieras que elegir a un nadador y a una nadadora con los que realmente tienes más feeling…
Nadora, Nina. Y nadador diría a… Los chicos son diferentes… No sabría decirte uno…

¿Nina es tu maestra? ¿Es un referente para ti?
Sí, maestra y a veces madre. Tuve el placer de convivir con ella en los Campeonatos de Europa de Eindhoven e intenté ser una esponja y sacar todo el provecho posible de la información que me dio. Me ha ayudado mucho.

¿Cuál es el mejor consejo que te dio?
Fueron dos sobre todo. El primero, que me olvidara de los demás. Estaba muy nerviosa antes de nadar los 200 estilos y me aconsejó que sólo compitiera mirándome a mí misma y no a las demás. Y el otro me lo dio después de la final de 400 estilos, que me salió regular. Me dijo que no pasaba nada, que aún me quedaban más pruebas para nadar y que ése sólo era el principio.

No te hundiste y ganaste el oro en los 200 estilos.
Superé la semifinal y gané la final. Nina me ayudó a recapacitar, a darme cuenta de que aún me faltan dos pruebas y ver que lo podía hacer mucho mejor.

¿Esa medalla de oro ha sido el mejor momento de tu carrera?
Es diferente. No se puede comparar la sensación que tenía hace dos años siendo campeona del mundo que la que tengo ahora siendo campeona y subcampeona de Europa.

Descríbenos cómo es un día en la vida de Mireia Belmonte.
Me levanto a las siete y media hora después ya estoy en el agua, donde me paso hasta las nueve y media. Después desayuno y a las diez entro al colegio hasta las doce y media. De esa hora hasta las dos hago pesas en el gimnasio. Como, de tres y cuarto a seis menos cuarto estoy en el cole y a las seis ya estoy otra vez en el agua, hasta las ocho y media. Después ceno, estudio y… ¡a dormir!

¿Cómo se vive en el CAR de Sant Cugat?

Es algo rutinario. Todos somos deportistas y nos llevamos bien. Es una vida sana.

¿Qué recomendaciones te da tu entrenador Carles Subirana?
Cada día me da muchas… También en cada competición.

¿Qué te ha aconsejado hoy?
Poca cosa, porque no hemos entrenado (acaba de conceder otra entrevista y por la tarde tiene más). Pero hace unos días en la Copa de España de clubes me aconsejó que compitiera bien en 800 metros, que es una distancia que no me gusta. Me dijo que hiciera mi carrera y que no me preocupara ni del tiempo ni de la posición.

La nueva estrella de la natación española es fan de 'Aída' y se emociona con 'Titanic' -EFE.

¿Qué opinas de los nuevos bañadores de Speedo? ¿Realmente facilitan los récords?
Ha sido bautizado como el bañador “mágico”. De hecho, es rápido, tan sólo hay que comprobar la cantidad de récords que se han batido con él. Pero más que atribuirlas a un bañador en concreto, las marcas son culpa de los deportistas. Estamos en los días previos a unos Juegos Olímpicos y todos queremos hacerlo bien.

Pero si te facilita conseguir marcas todo el mundo tendría que tener ese tipo de bañador, sino juegas con ventaja…
Ya, pero cada selección tiene su patrocinador. Nosotros estamos con Speedo. Es una cosa más de contratos que otra cosa.

Siendo de Badalona quizás seas seguidora del DKV Joventut.

Realmente no tengo tiempo para seguir otros deportes, pero sí que soy de la Penya. Cuando ganan me alegro mucho. Vivía prácticamente al lado del pabellón y no voy porque no tengo tiempo, pero me considero seguidora.

¿Qué tipo de música te gusta?
El rap, el reggaeton, que suelo ponerme antes de competir, y poca cosa más. De española algo puntual, pero la sigo poco.

¿Te gusta leer?
Intento leer, algo leo, pero con los estudios no tengo mucho tiempo…

¿Por qué llevas las uñas largas y con pequeñas piedrecitas? En Budapest las mayores del equipo también las llevaban y me las pusieron. Y a partir de ahí empecé a ponerme uñas de porcelana, me gusta como quedan… Las uñas no me crecen bien con el agua y no puedo cuidármelas. Las mías son muy blandas. Las que llevo hoy me las hizo un vietnamita que estaba al lado del hotel. Me lo hizo en tres segundos y me quedé: ¿cómo?

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