Nadal celebra su segundo puesto ganando en Madrid a Federer y logrando el récord de Másters 1000

Nadal muerde su trofeo como campeón en Madrid -EFE.

Guardaba Rafa Nadal dos recuerdos por encima del resto de Madrid: la maratoniana final que ganó ante Ivan Ljubicic en 2005 y que le dejó tremendas secuelas físicas, y la derrota del año pasado ante Roger Federer, antesala de su eliminación en Roland Garros y de no poder disputar Wimbledon. En la Caja Mágica de Madrid Nadal empezó en 2009 su etapa más complicada de su carrera, sin títulos hasta el pasado mes de abril, cuando empezó su racha insuperable de triunfos en tierra batida con su triunfo en Montecarlo, al que le siguió el de Roma y ahora el de Madrid. El balear completó la prestigiosa triple corona en tierra batida venciendo por 4-6 y 6-7 a Federer para lograr el 39º título de su carrera, el 28º en arcilla y el 18º Másters 1.000, un récord de siempre y con el que supera a Andre Agassi (17) y pone distancias respecto a Federer (16). Nadal celebró a lo grande que vuelve a ser el número dos del mundo ante la ausencia en el torneo de Novak Djokovic por una alergia.

“Estoy viviendo la temporada soñada. Ni en el mejor de mis sueños hubiese imaginar ganar los tres”, describió Nadal, que descentró a Federer en los instantes decisivos, especialmente en el tie break. El suizo desperdició un 4-3 a favor con tres errores consecutivos. Federer salvó la primera bola de partido, pero no la segunda: ni tan siquiera impactó la pelota y su raqueta golpeó al aire. Nadal se quedó sorprendido ante la escena y después se rebozaría en la arcilla para celebrar “una victoria especial” en unas condiciones especiales como las del Másters 1.000 de Madrid. El jugador no se siente cómodo en altura.

Roturas de servicio

Nadal consiguió romperle el servicio a Federer en la tercera oportunidad que dispuso en el tercer juego. Dos después el número uno le devolvería la rotura (2-2) y en el séptimo sería de nuevo Nadal quien, en su quinta opción y tras ceder un 0-40 a favor, lograse culminar el break de una manga que el balear ganaría por 4-6 ante un Federer errático en los momentos clave.

Igual de parejo resultó el último y definitivo set, con un Federer más débil en el primer servicio y vulnerable en las subidas a la red. En una de ellas, en la acción más remarcable del encuentro, vio cómo Nadal le contestaba a una dejada con una contradejada que permitía al número dos conservar su servicio (5-5). Con una derecha a la línea Nadal empataría a seis juegos.

El sino del fútbol

El inicio del tie break coincidió con el final del partido en Barcelona, donde el Barça celebraba su 20º Liga tras ganar por 4-0 al Valladolid. Una mala noticia para Nadal, confeso seguidor del Real Madrid, que no pudo pasar del empate a uno en su visita al Málaga. En su discurso el balear aparcó el fútbol, agradeció a los patrocinadores del torneo que continúen apostando por el tenis a pesar de la crisis y tuvo el lapsus de hablar de “mi público” cuando quería decir “mi equipo”. El balear se puso a reír ante la confusión. Antes y ante las cámaras de TVE había valorado qué supone para él haber recuperado el número dos mundial: “Para mí lo más importante era ganar aquí, después el ránking viene si está sjugando bien. Hemos llegado a la mitad de la temporada”. “Vamos a disfrutar de esto que aún queda una semana para París”, cerró cuando le preguntaron por Roland Garros.

En la final femenina la francesa de origen iraní Aravane Rezai, número 24, se impuso a Venus Williams por 6-2 y 7-5. Las hermanas Williams comandan la clasificación mundial, algo que no sucedía desde junio de 2002. Serena es la primera y Venus escala a la segunda plaza.