San Emeterio, eufórico, celebra una canasta - ACB Photo/ Lino González. |
Más melancólico que enfadado, tieso con las manos en los bolsillos y refugiado en el túnel móvil de camino de vestuarios, Dusko Ivanovic observaba cómo Jaka Lakovic metía los dos tiros libres correspondientes a la técnica descalificante. El castigo que había recibido el técnico montenegrino y la razón por la que tuvo que abandonar rápidamente esa ubicación tan peculiar: no podía estar a pie de pista ni en la grada, claro. Así que con el segundo entrenador, Toni Martorell, actuando de titular el Caja Laboral tenía el reto mayúsculo de intentar voltear un marcador muy en contra (54-66) en los siguientes diez minutos ante un Barça preciso en la forma y contenido hasta entonces, girando al son de Ricky Rubio. Un cuarto final para probar una remontada imposible que acabó siendo posible (87-80) gracias al nuevo referente de la afición baskonista, Fernando San Emeterio, un santanderino testimonial en el Mundial de Turquía que opositará para MVP de la Liga ACB con actuaciones como la de su último cuarto, cuando firmó 12 de sus 15 puntos. “Al final lo hemos conseguido”, concedió, siempre breve en sus discursos, San Emeterio, agitador local y desestabilizador visitante con un triple y una canasta al límite de la posesión a un minuto del final. Se desgañitó celebrándolas, tanto o más que su dos más uno que le valió al Caja Laboral la Liga pasada ante el mismo rival. Otra vez el Barça se quedó paralizado y dejó líder al Caja Laboral (a la espera de lo que haga el Real Madrid ante e Blancos de Rueda Valladolid) y sin palabras a su entrenador.
“No sé que nos ha pasado”, valoró, todavía contrariado, Xavi Pascual, incapaz de explicar cómo su equipo encajó hasta 33 puntos en los últimos diez minutos y cediese un parcial de 28-9 en los últimos siete y medio en otra actuación de más a mucho menos como la perpetrada en Siena ante el Montepaschi. El Barça, que capturó sólo 22 rebotes (por 36 del Caja Laboral), ya ha perdido dos encuentros consecutivos entre Euroliga y Liga, donde acumulan una derrota menos que en toda la fase regular del curso pasado.
Pérdida de Lorbek
A los azulgrana les falta chispa, confianza y fiabilidad por momentos. Son capaces de hacer las cosas muy bien y de pasar a hacerlas rematadamente mal como en el último cuarto en el Fernando Buesa Arena, después de que, por ejemplo, Víctor Sada dejase de nuevo en 12 la diferencia (59-71 a 8m 14s) tras el primer zarpazo de San Emeterio, reducido a un -3 de valoración en la primera parte por la defensa de Pete Mickeal. El Barça empequeñeció de repente y no hubo una imagen más clara de ese cambio que ver cómo San Emeterio se interponía en un saque de banda de Erazem Lorbek y machaba a placer. “¡Tenemos tiempo!”, decían a coro en un tiempo muerto en un tiempo muerto en el banquillo local. “Tenemos que volver a defender”, sintetizaba Pascual, desesperado viendo cómo el mensaje no llegó a los jugadores para suerte de Ivanovic, que celebró su victoria 300 en ACB en la puerta del vestuario, chocando los cinco de cada miembro de su plantilla. Más orgulloso que nunca.
El castigo a Ivanovic motivó más a los jugadores del Caja Laboral, que se olvidaron la serie de decisiones arbitrales que consideraron injustas (algunas con mucha razón, como unos pasos que no eran de Marcelinho Huertas) y bloquearon a un rival crecido, que sumó siete puntos en los últimos 15 segundos del tercer cuarto. Dos por una personal del propio Huertas a Ricky y otros dos por cómo reaccionó el base brasileño –poseído, casi se rompe la camiseta–, tres con un triple de Terence Morris. Ya fuera de tiempo llegaría la descalificante a Ivanovic. Hasta ese momento, en el que parecía haberse roto el encuentro, el desarrollo había sido muy cambiante. De entrada fue casi un duelo entre Brad Oleson, autor de ocho los primeros diez puntos de su equipo, y de Ricky, el anotador de los siete iniciales. Del 8-2 se pasó al 14-16 al borde del descanso con tres triples visitantes, uno de ellos de Joe Ingles, debutante en Liga ACB con los azulgrana aportando 10 puntos.
A pesar de ser el único cinco puro de su equipo, Barac se sentía el rey del mambo, coleccionó cuatro gorros e incluso se marcó un costa a costa que enfadó mucho a Pascual, desencajado viendo cómo se llegaba al descanso con una canasta sobre la bocina de Huertas (35-34), en un segundo cuarto en el que los azulgrana llegaron a tener una renta de seis puntos con otra aparición fulgurante de Mickeal. El estadounidense fue el gran responsable junto con Ingles de evitar que el Caja Laboral se escapase en el inicio del penúltimo período, pero nada pudo hacer para evitar un epílogo tan frustrante. Tan meritorio para San Emeterio y gratificante para Ivanovic, que nunca se imaginó celebrar su 300ª victoria de esa guisa.
Caja Laboral (19+16+19+33) 87: Huertas (10), Oleson (18), San Emeterio (15), Haislip, Barac (15) –quinteto inicial–, Ribas, Logan (10), Teletovic (17), Rancik (2) y Bjelica. Barça (20+14+30+16) 80: Rubio (15), Lakovic (6), Mickael (11), Lorbek (5), Perovic –quinteto inicial–, Vázquez (10), Sada (5), Ndong (5), Morris (8), Ingles (10) y Grimau (5).
“No sé que nos ha pasado”, valoró, todavía contrariado, Xavi Pascual, incapaz de explicar cómo su equipo encajó hasta 33 puntos en los últimos diez minutos y cediese un parcial de 28-9 en los últimos siete y medio en otra actuación de más a mucho menos como la perpetrada en Siena ante el Montepaschi. El Barça, que capturó sólo 22 rebotes (por 36 del Caja Laboral), ya ha perdido dos encuentros consecutivos entre Euroliga y Liga, donde acumulan una derrota menos que en toda la fase regular del curso pasado.
Pérdida de Lorbek
A los azulgrana les falta chispa, confianza y fiabilidad por momentos. Son capaces de hacer las cosas muy bien y de pasar a hacerlas rematadamente mal como en el último cuarto en el Fernando Buesa Arena, después de que, por ejemplo, Víctor Sada dejase de nuevo en 12 la diferencia (59-71 a 8m 14s) tras el primer zarpazo de San Emeterio, reducido a un -3 de valoración en la primera parte por la defensa de Pete Mickeal. El Barça empequeñeció de repente y no hubo una imagen más clara de ese cambio que ver cómo San Emeterio se interponía en un saque de banda de Erazem Lorbek y machaba a placer. “¡Tenemos tiempo!”, decían a coro en un tiempo muerto en un tiempo muerto en el banquillo local. “Tenemos que volver a defender”, sintetizaba Pascual, desesperado viendo cómo el mensaje no llegó a los jugadores para suerte de Ivanovic, que celebró su victoria 300 en ACB en la puerta del vestuario, chocando los cinco de cada miembro de su plantilla. Más orgulloso que nunca.
El castigo a Ivanovic motivó más a los jugadores del Caja Laboral, que se olvidaron la serie de decisiones arbitrales que consideraron injustas (algunas con mucha razón, como unos pasos que no eran de Marcelinho Huertas) y bloquearon a un rival crecido, que sumó siete puntos en los últimos 15 segundos del tercer cuarto. Dos por una personal del propio Huertas a Ricky y otros dos por cómo reaccionó el base brasileño –poseído, casi se rompe la camiseta–, tres con un triple de Terence Morris. Ya fuera de tiempo llegaría la descalificante a Ivanovic. Hasta ese momento, en el que parecía haberse roto el encuentro, el desarrollo había sido muy cambiante. De entrada fue casi un duelo entre Brad Oleson, autor de ocho los primeros diez puntos de su equipo, y de Ricky, el anotador de los siete iniciales. Del 8-2 se pasó al 14-16 al borde del descanso con tres triples visitantes, uno de ellos de Joe Ingles, debutante en Liga ACB con los azulgrana aportando 10 puntos.
A pesar de ser el único cinco puro de su equipo, Barac se sentía el rey del mambo, coleccionó cuatro gorros e incluso se marcó un costa a costa que enfadó mucho a Pascual, desencajado viendo cómo se llegaba al descanso con una canasta sobre la bocina de Huertas (35-34), en un segundo cuarto en el que los azulgrana llegaron a tener una renta de seis puntos con otra aparición fulgurante de Mickeal. El estadounidense fue el gran responsable junto con Ingles de evitar que el Caja Laboral se escapase en el inicio del penúltimo período, pero nada pudo hacer para evitar un epílogo tan frustrante. Tan meritorio para San Emeterio y gratificante para Ivanovic, que nunca se imaginó celebrar su 300ª victoria de esa guisa.
Caja Laboral (19+16+19+33) 87: Huertas (10), Oleson (18), San Emeterio (15), Haislip, Barac (15) –quinteto inicial–, Ribas, Logan (10), Teletovic (17), Rancik (2) y Bjelica. Barça (20+14+30+16) 80: Rubio (15), Lakovic (6), Mickael (11), Lorbek (5), Perovic –quinteto inicial–, Vázquez (10), Sada (5), Ndong (5), Morris (8), Ingles (10) y Grimau (5).
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