Molin, en el centro, en un tiempo muerto -ACB Photo / Ángel Martínez. |
En una jornada de disfraces Ettore Messina se camufló en un discurso altruista para valorar por qué decidió dimitir como entrenador del Madrid, algo que según él llevaba varios días pensando. La amplia derrota del equipo en casa ante el Montepaschi Siena resultó, por tanto, un motivo más de un cúmulo de circunstancias que Messina resumió en un propósito: “intentar ayudar a conseguir una unión dentro y fuera de la pista”. No añadió la palabra paciencia, que es lo que le falta últimamente a un club que se toma cada temporada con la necesidad de empezar de cero y acumular muchos fichajes y reconoció que al equipo de falta madurez porque es joven. Messina no se ha ido del todo del Madrid, pues su sustituto ha trabajado con él desde 2000 y era el segundo técnico. Emanuelle, ‘Lele’ Molin (Mestre, Italia, 1960) dijo en su primera rueda de prensa como técnico blanco que ve el baloncesto como Ettore. En su precipitado estreno Molin celebró con un triunfo ante el DKV Joventut por 78-60 con un parcial final de 15-3 y dos datos de peso: 8/19 en triples y 48 rebotes por los 34 de su rival.
Afectados por la forma en la que perdieron en Euroliga y por la marcha repentina de Messina, los jugadores del Madrid saltaron a la Caja Mágica atenazados, “muy tensos”, describió Llull en Teledeporte. Una situación que hizo crecer a los visitantes, más enteros y certeros en el inicio con un McDonald omnipresente, el mejor en el parcial inicial de 2-11, solucionado por Tomic que no dejó de anotar hasta empatar 20, ya en el segundo cuarto. El problema para los locales es que el DKV Joventut continuaba encontrando recursos en el propio McDonald o Robinson. Tuvo que ser precisamente un ex verdinegro, Tucker, quien le diese la primera ventaja al conjunto de Molin, que se marchó al descanso 33-31 con varias acciones de mérito de alguien bastante ignorado por Messina.
La puntería de Llull, Suárez y Tucker desde más allá de 6’75 metros, cuatro triples en el tercer cuarto distanciaron al Madrid (54-41), con lo que el partido quedó resuelto. Pero no para Jelinek, realidad y futuro para el DKV Joventut: le sobra irregularidad y no le falta valentía. El tirador checo cargó con toda la responsabilidad y de valorar -6 pasó a meter 13 puntos, con tres triples de por medio, en menos de cinco minutos (63-57 a 5m 44s). Pero su equipo se atascó y el Madrid solucionó el entuerto con su tripleta más en forma: Llull, Suárez y Mirotic. Así que Molin pudo festejar su primer triunfo como técnico horas después del adiós de Messina: “Me han pasado por encima muchos sentimientos”. Seguramente algunos de ellos tenían algo que ver con la versión más completa de los motivos de su amigo para dejarle el banquillo. Porque es evidente que Messina no ha querido hacer demasiada leña del árbol caído.
Afectados por la forma en la que perdieron en Euroliga y por la marcha repentina de Messina, los jugadores del Madrid saltaron a la Caja Mágica atenazados, “muy tensos”, describió Llull en Teledeporte. Una situación que hizo crecer a los visitantes, más enteros y certeros en el inicio con un McDonald omnipresente, el mejor en el parcial inicial de 2-11, solucionado por Tomic que no dejó de anotar hasta empatar 20, ya en el segundo cuarto. El problema para los locales es que el DKV Joventut continuaba encontrando recursos en el propio McDonald o Robinson. Tuvo que ser precisamente un ex verdinegro, Tucker, quien le diese la primera ventaja al conjunto de Molin, que se marchó al descanso 33-31 con varias acciones de mérito de alguien bastante ignorado por Messina.
La puntería de Llull, Suárez y Tucker desde más allá de 6’75 metros, cuatro triples en el tercer cuarto distanciaron al Madrid (54-41), con lo que el partido quedó resuelto. Pero no para Jelinek, realidad y futuro para el DKV Joventut: le sobra irregularidad y no le falta valentía. El tirador checo cargó con toda la responsabilidad y de valorar -6 pasó a meter 13 puntos, con tres triples de por medio, en menos de cinco minutos (63-57 a 5m 44s). Pero su equipo se atascó y el Madrid solucionó el entuerto con su tripleta más en forma: Llull, Suárez y Mirotic. Así que Molin pudo festejar su primer triunfo como técnico horas después del adiós de Messina: “Me han pasado por encima muchos sentimientos”. Seguramente algunos de ellos tenían algo que ver con la versión más completa de los motivos de su amigo para dejarle el banquillo. Porque es evidente que Messina no ha querido hacer demasiada leña del árbol caído.
REAL MADRID 78 (13+20+24+21): Prigioni, Llull (13), Suárez (6), Reyes (8) y Tomic (13) -quinteto inicial-, Mirotic (11), Fischer (10), Tucker (9), Sergio Rodríguez (2), Begic (5), Vidal (1). DKV JOVENTUT 60 (16+15+16+13): Robinson (9), Hosley (7), Tomás (7), Trías (2) y McDonald (14) -quinteto inicial-, Jelinek (15), Franch (2), Flis (4) y Todorovic. Árbitros: Redondo, Cortes y Pérez Niz.
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