Vettel festeja su triunfo en Monza - EFE. |
No era lo que soñaban presenciar cuando reservaron sus entradas, pero lo que acabaron viendo les supo a gloria a los tifosi. Jalearon sin descanso a Fernando Alonso mientras agitaban con fuerza las banderas de Il Cavallino Rampante. El tercer puesto suponía un triunfo simbólico, pues era lo máximo a lo que podía aspirar el ídolo pilotando el 150º Italia, incluso en un circuito tan a su medida como el propio, el de Monza, situado a un par de horas de Maranello. Y así en ese trazado que tan poco favorecía a los Red Bull, que exige mucha velocidad punta y penaliza la aerodinámica, triunfó el triunfador de los últimos tiempos, Sebastian Vettel para lograr su octava victoria del curso y quedarse a un paso de igualar en palmarés a Alonso con su segundo mundial. El alemán lo conseguirá ya en Singapur si gana, el asturiano no sube al podio y ni Jenson Button -tercero en el GP de Italia- ni Lewis Hamilton -cuarto- ocupan el segundo lugar.
A Vettel se le escaparon unas lágrimas en el podio del GP de Italia, no pudo contener la emoción de verse en lo más alto en el escenario donde consiguió el primer triunfo y donde Red Bull nunca había ganado ganado. Dijo que sólo se imaginaba una situación que pudiese superar su alegría, vencer en Monza vestido de rojo, como piloto de Ferrari. Eso es lo que trató de lograr Alonso, que a falta de coche siempre fue sobrado de talento. Así que en la salida avanzó por la derecha como un cohete y fue rebasando a Button, Hamilton y Vettel para llegar líder a la primera curva.
A Vettel se le escaparon unas lágrimas en el podio del GP de Italia, no pudo contener la emoción de verse en lo más alto en el escenario donde consiguió el primer triunfo y donde Red Bull nunca había ganado ganado. Dijo que sólo se imaginaba una situación que pudiese superar su alegría, vencer en Monza vestido de rojo, como piloto de Ferrari. Eso es lo que trató de lograr Alonso, que a falta de coche siempre fue sobrado de talento. Así que en la salida avanzó por la derecha como un cohete y fue rebasando a Button, Hamilton y Vettel para llegar líder a la primera curva.
El duelo Hamilton-Schumacher
El bicampeón dominó cinco vueltas, hasta que Vettel le superó en una acción repleta de riesgo y sutileza -"lo he conseguido a pesar de que Fernando no me ha dejado ni un espacio", bromeó Baby Schumi-. 30 giros después Button y Alonso bastante tuvo con contener a Hamilton, el piloto más persistente de la parrilla y al que le costó muchísimo deshacerse de Michael Schumacher -Button se metió en ese duelo particular y acabó rebasando a ambos-. Schumi, quinto, estuvo combativo y cuajó una gran carrera para acabar un puesto por delante de su ex compañero Felipe Massa y dos de Jaime Alguersuari. "No me lo puedo creer", relató el piloto de Toro Rosso cuando le preguntaron qué sentía tras acabar séptimo -su mejor posición de siempre- una cita que había empezado como 18º. A unos metros de distancia os Vettel hablaba de placer y pasión: "Me encanta pilotar, las carreras. El público me en nosotros pasión cuando aparcamos". Y reiteró que va carrera a carrera y que no piensa en que puede ser campeón en Singapur. A Alonso, como ya había anunciado en la previa, le queda luchar por el subcampeonato. Así que la retirada de Mark Webber -abandonaron ocho pilotos más- le vino de perlas.
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