San Emeterio asiste a un compañero ante Suárez - ACB Photo / Víctor de la Rubia. |
Un jugador que no sabe sufrir, que no se crece ante la crítica y los malos momentos es un jugador que no entiende de qué va su oficio, que desconoce cómo competir y que está expuesto a que se dude de él en cualquier momento. De sufrimiento sabe mucho Lampe, que tuvo que esperar a la Copa del Rey de febrero en el Palau Sant Jordi de Barcelona para estrenarse con el Caja Laboral. El club y Dusko Ivanovic confiaban en él y el pívot polaco se lo ha agradecido siendo, en el tramo final de la Liga ACB, el más entonado de un equipo en el que también San Emeterio sube como la espuma. Entre ambos, entre Lampe (21 puntos y 11 rebotes) y San Emeterio (13 tantos) retorcieron a un Madrid que se quedó sin voz en los últimos seis minutos, en los que pareció admirar la eternidad de Prigioni, que generó ocho puntos –tres asistencias y dos tiros libres– del parcial final de 4-16. Vencedores por 71-81, los visitantes se adelantan en la serie de semifinales, que continuará el sábado (Teledeporte, 20:45 horas), y pasan a tener el factor cancha a favor.
Lampe confesó que tenía ganas de jugar contra el Madrid, el club que le fichó cuando rondaba la mayoría de edad para su filial. Preguntado por Izaskun Ruiz, resolvió que la clave del partido había sido dominar el rebote –37 por 33– y “parar su contraataque”. Y con ello mermó, por ejemplo, la actuación de Llull, tan desacertado con los triples (1/4) como el resto de un Madrid (2/16, 12%) que echó en falta a Carroll (1/5 desde más allá de 6'75 y 3/9 en total). Un conjunto que se quedó en 27 sólo puntos puntos en la segunda parte, nada que ver con la primera, en la que disfrutó sobre todo con sus interiores, que se vaciaron, empezando por Velickovic, muy a gusto en la zona, en línea ascendente en una temporada en la que estuvo un tiempo lesionado y fue reemplazado por Ibaka. Velickovic fue el máximo anotador de su equipo con 12 puntos, cuatro de ellos tras rebote ofensivo. Una solución de la que también sacó mucho partido su compañero Begic. A ambos les une haberlo pasado mal con Messina y haberse visto fuera del club.
Nemanja Bjelica
Al principio y al final surgió Nemanja Bjelica, el más acertado de un primer cuarto igualado (21-22) y uno de los puntuales del último (parcial de 12-21). Llull tuvo pronto problemas con las faltas, Lampe siempre funcionó y Sergio Rodríguez sabía encontrar sus momentos, mientras Carroll apenas tenía algún chispazo y tenía que dedicarse a defender a... Prigioni. Inaudito. Se escaparía el Madrid (39-33 a los 16m 55s) tras una acción con la que enloqueció a Velickovic. San Emeterio y Oleson ajustaron las cosas al descanso (41-39).
¿Y Teletovic? Los tiradores como tal, como él, tienen un amor propio grandioso o una memoria minúscula, como demostró el ala-pívot bosnio, que anotó su primer triple tras cuatro pruebas fallidas (acabó con 1/7) y escogió un momento idóneo, para ayudar al omnipresente Lampe y a un San Emeterio que se encuentra en el mejor momento de un curso difícil tanto como para él como para el equipo. En un momento, en dos minutos y medio, Teletovic se marcó siete puntos (el triple mencionado, una acción tras rebote ofensivo y un alley-oop) y con la ayuda de Oleson los visitantes se distanciaron 53-58 (a los 27m 18s).
El público pitaba a su equipo, despistado en defensa y muy fallón en ataque, desaprovechando varias segundas opciones. La reacción del Madrid, de la mano de la voluntad de Singler y Reyes y la pericia de Sergio Rodíguez (67-65 a 5m 40s), resultó anecdótica. A partir de entonces se le volvieron a fundir los plomos y se quedaron sin respuesta ante el monólogo de Prigioni y los puntos de Nemanja Bjelica, Lampe y San Emeterio.
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