martes, 29 de mayo de 2012

Nemanja Bjelica pone a un paso de la final al Caja Laboral en un partido polémico ante el Madrid (82-79)


Begic trata de lanzar ante Singler, Lampe, Oleson, Teletovic y Velickovic - ACB Photo.

Apenas un cuarto de hora tuvo por partido Nemanja Bjelica (Belgrado, Serbia, 1988) durante la fase regular, en la que promedió cinco puntos y cuatro rebotes. Llegadas las eliminatorias por el título Dusko Ivanovic le ha dado once minutos más encuentro (28) y el jugador ha respondido a la confianza de su entrenador con puntos (13 de media, casi el doble) y destapándose por primera vez desde que fichó por el Caja Laboral en el verano de 2010 como una promesa emergente del Estrella Roja. Nemanja es toda una realidad y fue quien decantó un partido con tantos ingredientes polémicos como emoción, con tanta entereza y debilidad de unos y otros. Ganó el conjunto de Dusko Ivanovic en una prórroga que supo forzar tras haber estado más de cinco minutos sin anotar y encajar un 0-12 en el último cuarto y verse desarbolado por un Sergio Rodríguez imparable. Una prórroga que el Madrid tuvo que afrontar con Reyes como único pívot y se decidió por un par de decididos, Oleson y Nemanja, bajo la supervisión de uno que sabe latín, Prigioni. Tras su triunfo por 82-79 el Caja Laboral domina la serie y está a otra victoria de conseguir su billete para la final de la Liga ACB. Podría hacerlo el jueves (20:45 horas, Teledeporte). 

“No sé qué decir en este momento”, resolvió Nemanja ante las cámaras de televisión después de que el Buesa Arena le cantase repetidas veces MVP: “Me gustaría decirle a cada uno hola. Porque ellos nos han empujado a la victoria”. Prefirió no valorar su actuación personal, esa jugada, por ejemplo, en la que pareció tener muelles en los pies para hacerse con el rebote ofensivo –el tercero y último de su equipo– y machacar tras el enésimo triple fallo por Teletovic (2/8). Canasta más tiro adicional por personal señalada a Velickovic, el más regular de sus compañeros en la serie. La grada gritaba su cariño a Nemanja mientras el Madrid se resistía hasta el final impulsado por Sergio Rodríguez, que lamentablemente para el baloncesto, sólo muestra su verdadero potencial en contadas ocasiones. El base canario se asoció con Sergio Llull y entre ambos pudieron finiquitar el partido (65-69 a 1m 27s) de no haber sido por el otro Bjelica, Milko, y por un genial Prigioni, que buscó y encontró una entrada salvadora que forzaba la prórroga (69-69) a ocho décimas del final.       

Carroll no fue Carroll 

Ni entonces ni nunca Carroll fue Carroll. Resultó un jugador triste que acabó con menos 10 de valoración, falló sus cinco triples y recibió el tapón de Nemanja en la penúltima acción del encuentro, cuando trataba de intentar otro tiro de tres. Una imagen fiel de cuanto está padeciendo en la eliminatoria Carroll, que esta vez no se sintió superior a ninguno de sus defensores. Uno en especial, Oleson, le tiene comida la moral en la serie. El tirador de Alaska está enchufado, lúcido y tiene instantes en los que recuerda a aquel jugador sin techo que volaba en Fuenlabrada. Oleson, definitivamente, sacó de quicio a Carroll de nuevo y le sacó una personal, añadida a una antideportiva, que pudo cambiar el partido cuando poco después Teletovic completó un parcial de 8-0 para un Caja Laboral que pretendía escaparse (52-45 a 19m 14s) con Ribas en estado de gracia. 

Del entuerto rescató Sergio Rodríguez a un Madrid que perdería a Begic por dos antideportivas consecutivas: una por botar a Nemanja como si fuese la pelota y otra por encararse con San Emeterio. El Caja Laboral no desaprovechó los tiros libres como tampoco lo haría después tras la quinta personal de Singler y de Tomic, que volvía a demostrar que le falta consistencia: lucía su talento para anotar y su inocencia para defender y cargarse de personales, rigurosas o no. El croata sigue sin estar maduro y sus errores minimizaron sus aciertos, como los cinco rebotes ofensivos que capturó, dos más que todo un Caja Laboral que al contrario del Madrid miró más a sus exteriores en un inicio con un acierto ínfimo de los dos equipos. Con Lampe queriendo insistía desde todos los sitios sin suerte –0/4 en triples, 1/9 en el global de semifinales desde más allá de 6'75–, Oleson como jugador desatado y Nemanja como espectador en el banquillo. Ivanovic le quería fresco. Y así estuvo en el momento de la verdad en un partido que algunos vieron de mentira. 


CAJA LABORAL 82 (15+17+22+15+13): Prigioni (4), San Emeterio (6), Oleson (17), Lampe (7), Teletovic (14) —quinteto inicial—; Nemanja Bjelica (14), Milko Bjelica (11), Ribas (7) y Heurtel (2). MADRID 79 (13+17+17+22+10): Llull (12), Suárez (3), Singler (10), Begic (8), Velickovic (13) —quinteto inicial—; Sergio Rodríguez (19), Mirotic (0), Tomic (8), Reyes (4), Pocius (2), Carroll (0). Árbitros: Martín Bertrán, Pérez Pérez y Araña. Eliminados Tomic y Singler, por cinco faltas, y Begic, por dos antideportivas. 13.615 espectadores en el Buesa Arena. 


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