Federer festeja su triunfo en la central del All England Club - AFP. |
Sólo los elegidos cambian el curso de la historia y vencen al tiempo. Sólo los singulares pasan a la prosperidad del deporte por ser más grandes que el resto. Roger Federer (Basilea, Suiza, 1981) simplemente es una leyenda, el mejor tenista de siempre, el único capaz de levantar 17 Grand Slam. Como Pete Sampras y William Renshaw ya es heptacampeón de Wimbledon después de superar por 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4 a Andy Murray en la primera final en Londres jugada bajo techo por la lluvia. El británico aspiraba a ser el primer jugador local en ganar en el All England Club tras Fred Perry (1936), pero acabó viendo a Federer superado por las circunstancias, arrodillado tras su triunfo, que le permitirá igualar la marca de semanas en lo más alto del ránking ATP de Sampas (286): “Definitivamente, éste es un momento mágico. En los dos últimos años he dejado escapar muchas ocasiones, pero nunca he dejado de creer y he recuperado la confianza”.
Por más críticas que haya leído y escuchado Federer ha seguido cuestionando a aquellos que le daban como gloria perdida señalando, por ejemplo, que en sus dos últimas participaciones en Wimbledon había caído en cuartos de final, algo anormal para quien atesora un récord casi inalcanzable de 23 semifinales de Grand Slam consecutivas. Esta vez en semifinales venció a Novak Djokovic, al defensor del título y al que ha arrebatado la corona mundial. Federer batió al serbio, contra el que había perdido seis de sus últimos siete partidos y en la final empató su estadística particular con Murray (8-8) después de vencerle en la central de Wimbledon. El británico, curiosamente curiosamente el mismo rival contra el que ganó su último grande, el Abierto de Australia en enero de 2010, se mostró frustrado tras su cuarta final alcanzada y perdida en un grande: “Me voy acercando”. Lo dijo mientras lloraba. Murray hizo de tripas corazón para continuar: “No va a ser fácil... Quiero felicitar antes que nada a Roger, no ha jugado nada mal pese a tener 30 años. Quiero agradecer al público su trato. Todo el mundo habla de la presión, pero la verdad es que el apoyo que he tenido ha sido estupendo”.
La final se alarga por el parón por lluvia (4-6, 7-5, 1-1 40-0) y vive su momento más espectacular con 3-2 y saque para Murray. Empieza un juego interminable de 20 minutos, 10 deuces y en el que Federer desaprovecha hasta cinco pelotas de rotura. El suizo acierta con la sexta y un rato después logra su séptimo Wimbledon en la octava final. Sólo Rafa Nadal ha sido capaz de vencerle en una final en el All England Club. El nuevo número uno sueña ahora con el único mérito que le falta en un currículum repleto de títulos (75) y récords –ya es el segundo tenista más veterano en ganar un Grand Slam: 30 años y 355 días por los 33 años y 131 días de Andre Agassi–. Federer sueña con el oro olímpico en la ciudad en la que ha ampliado su leyenda.
No hay comentarios :
Publicar un comentario