Pedrosa muestra su trofeo como ganador en Indianápolis - EFE. |
Vive Dani Pedrosa su mejor temporada desde que aterrizó en MotoGP, en 2006. Entonces, a pesar de su inexperiencia en la categoría reina, pero con tres mundiales a sus espaldas en las precedentes, Valentino Rossi le consideró como adversario temible. Lo que no esperaba Il Dottore es aquel a quien respetaba le sirviese en bandeja el título embistiendo a su compañero Nicky Hayden en Estoril en la penúltima carrera. Un regalo que Rossi no aprovechó en Valencia, donde se desequilibró en una acción infantil para suerte de Pedrosa, aliviado por no haber provocado un desastre en Honda. La marca que le ha mimado al límite hasta la llegada de Casey Stoner, que en su primera temporada consiguió lo que el piloto de Castellar del Vallès no había podido lograr: el título en MotoGP. Entre cosas no se ha acercado a conseguirlo por sus continuas lesiones, pero también por no sacar provecho de sus poles. Este curso había desaprovechado dos, pero no dejó escapar la tercera, en Indianápolis, para ganar partiendo primero, algo que no lograba desde hace casi dos años, en San Marino, y se acerca a 18 puntos del liderato de Jorge Lorenzo, que tuvo que conformarse con el segundo puesto, mientras que Casey Stoner, malherido por una caída en los entrenamientos, obtuvo un meritorio cuarto lugar, justo por delante de Álvaro Bautista. Mientras que Rossi fue séptimo y Andrea Dovizioso ocupó el último cajón del podio.
Un podio que coronó a un piloto explosivo escalando posiciones en la salida, pero al que le cuesta defender su puesto cuando es él quien parte desde la mejor posición. Así que en el Indianápolis Motor Speedway Pedrosa se quitó un peso de encima con un triunfo mayúsculo, con un único despiste, el adelantamiento nada más empezar de Ben Spies, habilidoso para engullir a Lorenzo, superado también por Dovizioso. No se destempló Pedrosa y en su segunda tentativa superó a Spies al final de la recta para entrar primero en la curva. Desatado, el piloto de Honda sacó un segundo de margen en un giro a su rival, que rompió el motor de la Yamaha y tuvo que abandonar, dejando a su paso un rastro de aceite y de humo. Una ayuda para Lorenzo y un peligro para Stoner, que se apartó para evitar problemas y vio cómo Stefan Bradl le superaba. El australiano, que corría infliltrado con fracturas en el tobillo derecho y con los ligamentos destrozados, llegó a correr octavo, pero remontó hasta ser cuarto. Una actuación memorable.
Un doblado que da problemas
Stoner tuvo que con una bota especial. Hizo de tripas corazón. Lorenzo, por su parte, se arriesgó optando por el neumático blando, el que mejor se ajustaba su pilotaje, y el que que fue de más a menos en la carrera. El líder tuvo que ser realista y aceptar que Pedrosa, al que recortó cuarto décimas en la 12ª vuelta, era inalcanzable: “Era muy difícil batir a Dani. Al final he tenido un problema con un doblado”. Lorenzo le recriminó el despiste al rival. Más simpático estuvo con las azafatas que se encontró camino del podio, mientras dialogaba con Pedrosa, por fin ganador partiendo de la pole –“he ganado esta carrera gracias a mi hermano. Le dedico la victoria a él”– y que con su segundo triunfo del curso se acercó a Lorenzo. Sólo le separan 18 puntos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario