Suelen ser discretos y en
vez de quejarse de su situación en el equipo ante la prensa tratan
de convencer al técnico en los entrenamientos y en los contados
minutos que juegan. Los desaprensivos les bautizan como agitatoallas
sin reparar que ellos, los sufridos reservas, también forman parte
de los éxitos y fracasos del grupo, que también son protagonistas,
por más que puedan ser anónimos incluso para algunos aficionados
del club. ¿Me puedo quedar la camiseta? [Lée|me Libros] es
un anecdotario crítico, irónico, humorístico y sarcástico escrito
por Paul Shirley, un ex jugador de baloncesto graduado en Ingeniería
Mecánica que encontró en la escritura una vía terapéutica y de
escape para explicar los entresijos de sus vivencias en la NBA,
España, Rusia y Grecia. Un testimonio incómodo para buena parte de
los mencionados y sabroso para quien quiera saber qué pasa las horas
previas a un partido, los viajes, cómo son los jugadores y el
sistema fuera de los focos.
Shirley se define como un
pesimista sin remedio, aunque sus actos digan todo lo contrario, pues
por más percances que le sucedan, por más lesiones que arrastre y
por más que le llegue a decepcionar el mundillo que rodea al
baloncesto no cesa en su empeño de hacerse un hueco en la NBA. Un
universo en el que se siente un bicho raro, ya que no comulga con los
intereses de sus compañeros, a los que ve en una burbuja, abstraídos
de la realidad y aburridos a más no poder. De hecho, le cuesta hacer
amigos de verdad en el vestuario y se acaba juntando con miembros del
equipo técnico, que le hacen sentir que no estaba perdiendo ni
tiempo y saliva.
¿Me puedo quedar la
camiseta? es la versión
española de su exitoso Can
I keep my jersey? y
cuenta con un apéndice especial con artículos de su etapa griega y de
su paso por Menorca, aunque se echa en falta alguna anécdota sobre
su periplo en su último equipo, Unicaja. En esa parte final los pies
de página, escritos por el propio Shirley, son jugosos –[como
cuando dice que su amigo Javi le conocía “lo suficiente como para
saber que no puedo dejar pasar ninguna oportunidad de ser rechazado
por una mujer atractiva”]– y definen a un escritor que no deja de
reírse de sí mismo, como cuando se atiza tras un partido en el que
tres de sus cuatro tiros libres no tocaron ni aro o bromea con que
alguien pueda ficharle viéndole en el calentamiento “driblar
simultáneamente a anunciadores, animadoras y otros jugadores
solitarios”. O cuando explica sus tácticas para ligar, historias
que, en general, no le funcionan, en parte, porque es un trotamundos
por necesidad.
Se
agradece la sinceridad con que se expresa Shirley, que sea tan llano
explicando sus temores y debilidades, su inseguridad por un futuro en
un sistema viciado. Y también que sea agradecido con quienes han
tenido buenos gestos hacia él, como el mismísimo Shaquille
O'Neal, que en su primer día en los Lakers le dijo que sabía quién
era. O los esfuerzos de su agente Keith Glass por intentar encontrar
el mejor acomodo.
El humor de ¿Me puedo
quedar con la camiseta? es cóctel explosivo de ironía y
sarcasmo que enriquece y favorece las digresiones –a veces
excesivas– y las bromas –a criterio de este periodista hay un par
de mal gusto–. Porque más que ex jugador de baloncesto, columnista
y escritor Shirley es un observador social implacable, un narrador de
historias que le saca punta al mínimo detalle. Un vicio del que
suele sacar provecho y con el que atrae al lector. En sus columnas en
el diario El País también lo hace, sabe conectar alguna
experiencia vital con el presente de la NBA.
Las anécdotas son el
hilo conductor de unos artículos lo suficientemente descriptivos
para imaginarse las habitaciones que tuvo que sufrir en Rusia o su
odio ¿eterno? a los tatuajes o al atún. Todo mezclado con un rico
diálogo interior, de dudas, sueños, entereza y debilidades. Y,
claro humor: “Qué es lo primero que me compraré cuando sea
millonario? ¿Un Porsche para mamá? ¿Un teclado gigante como el que
utiliza Tom Hanks en Big? Un momento. ¿Y si lo hago fatal? ¿Y si
ésta es mi última oportunidad de la temporada y me despiden un día
después de haberme fichado? ¿Y si es la última oportunidad de mi
carrera? Creo que ha llegado el momento de empezar a medicarme”.
Título: ¿Me puedo quedar la
camiseta? Autor: Paul Shirley. Editoral: Lée|me Libros. Páginas:
336. Valoración: 4 sobre 5.
2 comentarios :
buena pinta tiene este libro y oye toni me gusta tu nuevo diseño
Hola Jairo. Pue sí, es un libro interesante. Muchas gracias. Me llevó un buen rato colocar las fotos :P Un saludo.
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