Cruz gesticula tras una decisión arbitral - Teledeporte. |
Licenciada
en Comunicación Audiovisual se ofrece a hacer una película en
directo con lo puesto. Con su talento como guión y la pelota como
micrófono Anna Cruz (Barcelona, 1986) ha alcanzado la madurez en la
pista para convertirse en una jugadora de cine para suerte de Rivas
Ecópolis, que aspira a añadir más títulos a su Copa de la Reina
de hace dos cursos en Valencia. Que lo consiga dependerá en gran
parte de esta jugadora que se apuntó a jugar a baloncesto para
fastidiar a su hermano, como confesaba en una entrevista para
Solobasket. Cruz es revoltosa, imprevisible, eléctrica y no se
esconde nunca. Cualidades que sacó a relucir en Würzburg, donde
dinamitó a un Perfumerías Avenida perdido por su ingenuidad en
ataque y en defensa que se reenganchó al partido gracias a Powell y
a Hodges –MVP de la Supercopa–. Pina a 1m 47s puso a las locales
por delante (68-67) tras el 6-5 inicial. La réplica del conjunto de
Miguel Méndez llegó de la muñeca de su dupla más certera, Queralt
Casas y Cruz. Marta Xargay se destempló y en lugar de buscar una
penetración propia buscó el triple de una compañera, que falló.
Un error que penalizó tanto como el de Powell, cegada para sacar de
fondo largo para quien estaba más lejos, Hodges, y que se encontró
con un robo de Queralt definitivo (72-74).
No pudo ser
más sincera Xargay: “Hemos estado 20 minutos fuera del partido”.
Al Perfumerías Avenida, que descansó en la primera jornada –letra
pequeña de una Liga de 11 equipos–, le faltó continuidad y
concentración -perdió seis pelotas en el primer cuarto- ante un Rivas Ecópolis que siempre se vacío en
defensa y que persistía independientemente de su acierto, como
Morrison, capaz de no desesperar tras dos fallos consecutivos y
palmear la pelota para Queralt, todo un imán para hacerse con
balones y salir corriendo. Al contragolpe el grupo de Méndez es
letal con Queralt y Cruz, dos velocistas con una camiseta de
baloncesto. Entre ambas dieron el primer golpe (17-27 a los 10m 20s)
ante un conjunto local desajustado y al que en muchas ocasiones le
faltó sangre y que, según su entrenador, Alberto Mirando, estaba
“jugando de salón” cuando necesitaba esmerarse en defensa. La
insistencia de Sulciute y la puntería de Hodges y Powell mantuvieron
de pie (30-38 al descanso) a las locales, que se pudieron 40-42 a los
23m 26s. De nuevo otro arreón de Cruz, imparable y ayudada por
Queralt (46-53 a los 28m 25s). Méndez dosificó a Cruz en el último
cuarto, cuando Hodges estuvo a punto de remontar el partido para su
equipo, que echó en falta más temple, mayor seguridad en la línea
de tiros libres y el nivel habitual de Marta Fernández, errática en
su gran especialidad, las penetraciones (0/4). En plena ascensión de
su rival, Rivas Ecópolis se destempló buscando triples imposibles,
pero encontró el camino de la mano de Cruz.
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