Faverani trata de anotar ante Nogueira - ACB Photo. |
Llamado a ser una de las
grandes estrellas de la Copa, Carl English tuvo que verla desde la
tele del hotel, debilitado por un proceso vírico. Una tremenda
decepción para el jugador, en el mejor momento de su carrera después
de ser nombrado MVP de la Liga ACB en enero, y una situación
desesperada para el Estudiantes, puro juguete en las manos de Vitor
Faverani (Porto Alegre, Brasil, 1988). Un gigante de 2'10 metros que
se mueve de maravilla y al que pretendieron varios equipos en verano,
aunque al final se quedó en el Valencia Basket, ganador por 77-59 y
tercer semifinalista de la Copa del Rey. Su rival será el vencedor del Gran
Canaria-Bilbao Basket.
Un mate de Faverani en el
segundo cuarto y que suponía el 17-13 desmoralizó al conjunto de
Txus Vidorreta, sin respuesta ante un rival que no acusó que
Kelati y Lischuk se cargasen rápido de faltas. Ahí estaba el
capitán Rafa Martínez para anotar dos triples en un suspiro
mientras que por los estudiantiles sólo replicaban Germán Gabriel, que
sólo anotó dos puntos en la segunda parte, y Granger, el único que
mantuvo un mínimo de regularidad en un equipo roto y perdedor en
casi todas las facetas, especialmente en rebotes (28 por 46) y en
triples (2/16 por 10/27).
Un fallo clamoroso
Tan desacertado y desconsolado estaba Estudiantes que falló su jugada más espectacular, iniciada por Granger, continuada por Germán Gabriel y pifiada por Nogueira, que falló un mate solo. Un error que al menos un periodista radiofónico narró como una acción fantástica, hasta que miró el marcador del Buesa Arena y comprobó que no había entrado. Justo después la retransmisión se centró en cómo dormía un joven espectador en la grada.
Así de tranquila fue la victoria del Valencia Basket, al que no le penalizó el mal día de Doellman (2/9). El grupo de Velimir Perasovic funcionó como un equipo, con Markovic desafinado en el tiro, pero omnipresente en rebotes (once) y generoso en asistencias (cinco). Aunque no hubo nadie tan preciso y pragmático como Faverani, un enamorado de la música que suele escuchar las mismas canciones para activarse antes de los partidos. Una de sus favoritas es Na fé de jó, del grupo de rap Éfeso y reza así: “¿Quién eres tú para decir que está difícil? ¿Qué no tengo fuerzas para salir del precipicio?”. Una letra exagerada para un partido sin historia.
Un fallo clamoroso
Tan desacertado y desconsolado estaba Estudiantes que falló su jugada más espectacular, iniciada por Granger, continuada por Germán Gabriel y pifiada por Nogueira, que falló un mate solo. Un error que al menos un periodista radiofónico narró como una acción fantástica, hasta que miró el marcador del Buesa Arena y comprobó que no había entrado. Justo después la retransmisión se centró en cómo dormía un joven espectador en la grada.
Así de tranquila fue la victoria del Valencia Basket, al que no le penalizó el mal día de Doellman (2/9). El grupo de Velimir Perasovic funcionó como un equipo, con Markovic desafinado en el tiro, pero omnipresente en rebotes (once) y generoso en asistencias (cinco). Aunque no hubo nadie tan preciso y pragmático como Faverani, un enamorado de la música que suele escuchar las mismas canciones para activarse antes de los partidos. Una de sus favoritas es Na fé de jó, del grupo de rap Éfeso y reza así: “¿Quién eres tú para decir que está difícil? ¿Qué no tengo fuerzas para salir del precipicio?”. Una letra exagerada para un partido sin historia.
VALENCIA
BASKET 77 (15+22+19+21): San Miguel (6), Ribas (3), Kelati (10),
Doellman (5) y Lischuk (5) -quinteto inicial-; Markovic (4), Rafa
Martínez (17), Pietrus (1), Faverani (23), Dubljevic (3) y Abia (-).
ESTUDIANTES 59 (13+12+16+18): Granger (16), Kuric (7), Kirksay (5),
Gabriel (9) y Barnes (2) -quinteto inicial-; Fernández (5), Fisher
(5), Clark (2), Nogueira (8) y Vicedo (-). Árbitros: Martín
Bertran, García González y Araña. Eliminaron por cinco faltas
personales a Dubljevic (min.38).Incidencias: 14.200 espectadores
en el Buesa Arena.
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