El base brasileño y
Tomic alumbran a un Barça que vence al Panathinaikos (60-70) y se
jugará su pase a la Final Four de Londres en el Palau
Huertas dando instrucciones a sus compañeros. |
Apenas había tenido
minutos de lucidez en los tres partidos anteriores. Cinco
asistencias, 3/11 en triples y 2/7 en tiros de dos eran parte de la
hoja de servicios de Marcelinho Huertas (Sao Paulo, Brasil, 1983)
ante un Panathinaikos que le había minado la moral. Pero el día en
el que su equipo se jugaba la supervivencia en la Euroliga el base
brasileño recuperó su esencia desde el primer instante, cuando se
fue decidido a penetrar y no falló. Huertas marcó la pauta a un
Barça convencido de cuál era el camino a seguir: reducir lo
máximo posible a Diamantidis, pero sobre todo ser un equipo de cuatro cuartos y no de rachas. Huertas (10 puntos, seis rebotes y otras tantas asistencias) dirigió a un conjunto ejemplar y se entendió con cada uno de sus compañeros, especialmente con Tomic, que alcanzó los 16 puntos. Uno menos que Navarro, puntual para marcarse dos triples y una entrada cuando los griegos habían reducido la máxima desventaja (40-57 a los 8m 12 tras un acierto desde más allá de 6'75 de un Lorbek renacido en la segunda parte) y se habían colocado 52-60 a 4m 10s. Muy regulares, los azulgrana alargaron la serie hasta el quinto partido (60-70) para opositar por una plaza en la Final Four de Londres. Jugarán el jueves 25 en un Palau que, según Sada, “tiene que plantar cara a los griegos”.
máximo posible a Diamantidis, pero sobre todo ser un equipo de cuatro cuartos y no de rachas. Huertas (10 puntos, seis rebotes y otras tantas asistencias) dirigió a un conjunto ejemplar y se entendió con cada uno de sus compañeros, especialmente con Tomic, que alcanzó los 16 puntos. Uno menos que Navarro, puntual para marcarse dos triples y una entrada cuando los griegos habían reducido la máxima desventaja (40-57 a los 8m 12 tras un acierto desde más allá de 6'75 de un Lorbek renacido en la segunda parte) y se habían colocado 52-60 a 4m 10s. Muy regulares, los azulgrana alargaron la serie hasta el quinto partido (60-70) para opositar por una plaza en la Final Four de Londres. Jugarán el jueves 25 en un Palau que, según Sada, “tiene que plantar cara a los griegos”.
Ésa fue la actitud que
tuvo el Barça siempre en un OAKA donde no hay leyes y sonaron
sirenas en los ataques de los azulgrana. Impasibles al bullicio, los
visitantes llevaron el ritmo y dominaron el rebote –que acabó
igualándose en el último cuarto, 25 defensivos y 11
ofensivos para cada equipo–: Huertas marcaba el ritmo y Abrines entorpecía a
Diamantidis, desconocido y que se quedó a cero, con -6 de valoración
y 0/5 en triples. El Barça funcionaba como un reloj en defensa, con
una zona 2-3 contra la que Pedoulakis no encontraba antídoto, y
solo Sofo replicaba en el Panathinaikos, que buscaba sin
disimulo a su pívot más corpulento, a un jugador que nunca ha
acabado de ofrecer un rendimiento acorde a lo que se espera de él.
Aunque esta vez sí que Sofo lo dio en la primera parte, cerrada con
ajustado 27-31 para los azulgrana, que se habían distancia 16-27 a
los 13m 30s tras un entradón de Jasikevicius ante Lasme. Una jugada
luminosa que apagó a los azulgrana, que estuvieron más de cuatro
minutos sin anotar. Rompió la racha Abrines, poco acertado, pero muy
valiente, como escribía en su cuenta de Twitter el entrenador Piti
Hurtado: “Hoy
soy muy de Abrines, pase lo que pase. Aunque las falle todas. Porque
va a seguir tirando cuando toque. Porque es el futuro”.
Entre
Bramos y Maciulis habían logrado reducir la distancia ante un Barça
en el que Lorbek no llevaba punto alguno y Navarro no estaba nada
fino e incluso se había dejado atrás una pelota. Uno y otro se
dieron cita en la segunda parte. Huertas anotaba y asistía a Tomic, mientras Navarro se la cedía dos veces a Lorbek para que el esloveno anotase sus
primeros puntos ante un rival timorato en el tercer cuarto. Tanto que en dicho período el Panathinaikos únicamente anotó dos canastas en juego y siete tiros libres. Gist, por ejemplo, sólo anotó desde esa distancia,
mientras Tomic y Navarro se divertían y Pascual sacaba por primera
vez a Sada y le hacía jugar junto a Huertas y Jasikevicius: tres
bases a la vez. Hasta cinco triples (hasta entonces 4/20) anotó el
Barça en el último cuarto, cuando acumuló su mejor distancia y Navarro apagó el amago de reacción de los griegos. Habrá
quinto partido en el Palau. “Cuando quiere [nuestra afición] es la
mejor de Europa”, cerró Sada. El público tendrá que dar ese plus
de fuerza a un equipo que en Atenas encontró el equilibrio: 31
puntos de sus interiores y 39 de sus exteriores.
PANATHINAIKOS 60
(10+17+11+22): Diamantidis (0), Xanthopoulos (0), Maciulis (11),
Gist (4), Schortsanitis (13) —quinteto inicial—; Bramos (15),
Ukic (4), Lasme (12) y Tsartsaris (1). BARÇA 70
(20+11+20+19): Marcelinho (10), Navarro (17), Abrines (2),
Lorbek (8), Jawai (7) —quinteto inicial—; Sada (0), Jasikevicius
(5), Wallace (0), Ingles (5) y Tomic (16). Árbitros: Ryzhyk
(Ucr.), Jovcic (Srb.) y Boltauzeer (Esl.). Sin eliminados. 17.900
espectadores en el OAKA de Atenas.
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