sábado, 20 de julio de 2013

Ona Carbonell, una renovación de bronce

La barcelonesa debuta en el solo técnico con la primera de las siete medallas a las que aspira en los Mundiales de natación de Barcelona

Ona Carbonell, durante su ejercicio en la final - EFE.

Tiene el tono de Andrea Fuentes y una voz similar a Gemma Mengual. Puede que sea casualidad o fruto de tantos años de convivencia en el CAR de Sant Cugat y compitiendo alrededor del mundo. Años en los que Ona Carbonell (Barcelona, 1990) ha sido una esponja fijándose en el trabajo de sus ya ex compañeras y referentes mundiales. Ahora es ella la que acapara la presión de ser la líder del grupo y ha asumido la situación con entereza y determinación. No han pasado ni seis meses desde que Fuentes anunció su retirada por no encontrarse a gusto en un ambiente con dos grupos enfrentados –a favor y en contra de Anna Tarrés, despedida de su cargo de seleccionadora– y Ona ha trabajado muy duro como el resto del grupo para que nada le descentrase de los Mundiales de natación de Barcelona. En su ciudad, Ona aspira a siete medallas y mordió la primera en el solo técnico. Un bronce -el primer metal para la delegación española- tras un ejercicio espectacular y explosivo que comenzó con dos saltos fuera de agua, al ritmo de La voz del violín, y que le valió 94’400 puntos. La china Huang Xuechen fue plata (95’500) y la rusa Svetlana Romashina, oro (96’800).

Ona sumó 47’2 en la ejecución y en impresión general, con lo que mejoró dos décimas su actuación en la sesión preliminar y logró su mejor marca en la modalidad. Estuvo más expresiva y afilada, pulió sus movimientos y aplicó mejor esas indicaciones que durante estos meses ha recibido de la propia Mengual, Mayuko Fujiki y de Virginie Dedieu, esta última colaboradora de la Federación. Una mejora que le hizo asegurarse sin apuros el bronce en una final que se llevó con suficiencia otra debutante en la modalidad en una cita importante, Romashina: “El solo ha estado en mi corazón desde que en 2004 lo hice por primera vez, aunque reconozco que no ha sido fácil sustituir a [la inalcanzable Natalia] Ishchenko [que se ha tomado un año sabático]”. Más tensa, claro, está Ona, que después de elogiar al público –“ha estado inmenso. Me he emocionado al salir. La grada me ha dado un plus de motivación”– prometió una mejor cosecha en el otro solo, el libre: “A por la china. A por el libre. Tengo muchas ganas de que llegue ese momento para traer de nuevo a Montserrat Caballé y Freddy Mercury con el himno de Barcelona 92”. Entonces Ona tenía... dos años.      

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