España aplasta a Croacia para llevarse el bronce del Europeo de Eslovenia (92-66) tras la puesta en escena del escolta menorquín
Sergio Llull supera a Ukic - EFE. |
Nunca es tarde, y más si hay en juego una medalla, para que un jugador se reencuentre después de un torneo en que se ha llegado a sentir perdido. El que se vio ante Croacia en la lucha por el bronce sí es Sergio Llull (Mahón, Menorca, 1987), ese deportista agresivo, decidido, rápido y con liderazgo que disfruta el Madrid y que es capaz de cambiar el estado de ánimo del grupo y resultados adversos. Ese deportista que no se había reconocido en Eslovenia, que todavía no había explotado con la selección y que tras un triple sobre
la bocina, su 14º punto, el que ponía el 47-34 en el marcador, se liberó gritando y dándole golpes a una valla publicitaria. Ésa es su cara. Ése es Llull -"soy el primero al que le hubiese gustado jugar mejor. Durante el torneo la costilla me ha molestado bastante"-. Fue el gran protagonista (acabó con 21 puntos) de la tunda que le España le dio a una Croacia sin más partitura que la de Bodganovic (92-66). El grupo de Juan Antonio Orenga acabó con un bronce un Europeo irregular en el que ha combinado victorias amplias y ha cedido en cuatro partidos, siempre tras haber tenido rentas considerables. Es la 15ª de la selección, 11ª y cuarta consecutiva en un campeonato de Europa, octava en los últimos once grandes torneos y la primera desde la irrupción de Pau Gasol.
la bocina, su 14º punto, el que ponía el 47-34 en el marcador, se liberó gritando y dándole golpes a una valla publicitaria. Ésa es su cara. Ése es Llull -"soy el primero al que le hubiese gustado jugar mejor. Durante el torneo la costilla me ha molestado bastante"-. Fue el gran protagonista (acabó con 21 puntos) de la tunda que le España le dio a una Croacia sin más partitura que la de Bodganovic (92-66). El grupo de Juan Antonio Orenga acabó con un bronce un Europeo irregular en el que ha combinado victorias amplias y ha cedido en cuatro partidos, siempre tras haber tenido rentas considerables. Es la 15ª de la selección, 11ª y cuarta consecutiva en un campeonato de Europa, octava en los últimos once grandes torneos y la primera desde la irrupción de Pau Gasol.
Desde el Europeo de 2001 hasta el de Eslovenia de 2013 España está disfrutando de la mejor generación de su historia. Aunque el mismo resultado, el bronce, se valora ahora de otra forma. Queda la sensación de que no se han gestionado bien situaciones cómodas que se han vuelto incómodas e, incluso así, que la final se escapó por muy poco. El grupo podía haber ganado a Francia con un triple de Calderón o un palmeo de Claver para evitar una prórroga repleta de errores y que acabó con un triple forzado de Marc Gasol. A su lado estaba solo Llull -el cuarto base de la selección, donde casi siempre juega de escolta-, que se quedó con ganas de haber probado suerte y que dos días después desborbó a Croacia en el partido por el bronce. Cuando entró por Ricky Rubio el partido había vivido dos fases muy distintas en el primer cuarto: en la primera Calderón y Ricky habían marcado el ritmo y Claver había puesto el 14-4 (a los 4m 52s); en la segunda, Bogdanovic, pese a haberse cargado con dos faltas en los primeros dos minutos, monopolizaba el partido y aportó 9 puntos para el 17-16.
Claver, acertado
Llull replicó con dos triples casi consecutivos y España volvió a respirar hasta que Bodganovic encadenó otros dos aciertos desde más allá de 6'75 (27-28 a los 15m 25s). Llull apretó los dientes y se marcó su tercer triple y una contra, Claver -en su mejor partido (16 puntos y seis rebotes) se multiplicó y al descanso se llegó con el mencionado tiro de tres de Llull que festejó encedido. No era para menos. España, muy seria, no había perdido ni un solo balón.
Ya no habría más partido porque Croacia no supo encontrar a otro jugador como Boganovic, que no volvió a anotar hasta a falta de 4m 40s y que echó en falta a Tomic, irrelevante con un único punto ante Marc Gasol, serio y contundente. Llull tendría otro fogonazo al principio del tercer cuarto -de nuevo otro triple y otro contraataque, éste acabado con un mate a una mano- y Orenga se dedicó a dosificar a sus jugadores. San Emeterio se lucía en ataque y en defensa como Claver. Bogdanovic seguía acumulando tiros forzados agobiado por la buena defensa de Rudy y el partido se consumía entre las acciones de Ukic, Zoric o de Sergio Rodríguez -esta vez fue el base que menos participó- y el homenaje de Orenga a suplentes que han cumplido, como Xavi Rey o como Germán Gabriel, a quien en poco más de dos minutos le dio para anotar cinco puntos en su primer medalla con la selección absoluta. Un bronce como en Turquía 2001 y como el que perdió ante Parker y compañía en Belgrado 2005. Desde entonces España no se ha bajado del podio en un Europeo: plata en casa en 2007, oro en Polonia 2009 y Lituania 2011, y bronce ahora siendo la mejor defensa, pero dejando escapar un botín mejor.
ESPAÑA 92 (23+24+16+29): Rudy (8), Calderón (8), Ricky (6), Claver (16) y Marc Gasol (17) -quinteto inicial-, Rodríguez (2), Rey (4), San Emeterio (5), Llull (21), Aguilar y Gabriel (5). CROACIA 66 (18+18+12+18): Tomic (1), Bogdanovic (22), Saric (6), Ukic (12) y Simon (3) -quinteto inicial-, Andric (2), Draper (5), Rudez (5), M. Dellas (2) y Zoric (8). Arbitros: Robert Lottermoser (ALE), Christos Christodoulou (GRE) y Olegs Latisevs (LET). Eliminado por cinco personales, Zoric (min.32). 6.050 espectadores en el Stozice Arena de Liubliana
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