El piloto de Yamaha logra un triunfo autoritario en Le Mans ante Rossi y Márquez es cuarto
Jorge Lorenzo celebra su triunfo en le Mans. Foto: Reuters. |
“Dicen que sólo vales lo que dice tu última carrera. Pero yo nunca he creído que fuera así. Todos tenemos un pasado”. Ésta es una de las frases de cabecera para Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 1987), que se rebela ante quienes valoran el futuro de un deportista por una actuación o una temporada. Para algunos el piloto de Yamaha se ha había quedado sin voz para siempre en el Mundial tras un curso anterior muy discreto y penalizado por un inicio horrible, y un comienzo de éste sin podios en las tres primeras
citas. Pero Jorge Lorenzo, bicampeón de MotoGP y también de 250cc (actual Moto2), está cansado de recuperarse de momentos duros. Hace dos semanas, en Jerez, marcó la pauta de principio a fin, y esta vez repitió otra gran salida. Tomó muchos riesgos (se llegó a rozar con Iannone) y se colocó primero. Nunca temió por el triunfo, por más que su compañero Valentino Rossi persistiese sin descanso. Aunque ni Il Dottore, que cómo se le acerca a 15 puntos, ni nadie tuvo opciones reales de adelantar a un Jorge Lorenzo imparable y autoritario. Andrea Dovizioso fue tercero y Marc Márquez, penalizado por la degradación del neumático delantero y la configuración de su Honda, hizo de tripas corazón para acabar cuarto. También hizo lo imposible Dani Pedrosa para finalizar 16º en su reaparición tras la operación y después de caerse al principio.
Lorenzo fue tan valiente y astuto que ya pasó primero la primera curva. Es un piloto de autor delicado y con precisión. Cuenta en su biografía, escita por Ernest Riveras: “Siempre trazo por el mismo sitio. Yo diría que ésa es una de mis cualidades más importantes. A lo mejor en una carrera mis trazadas tienen una diferencia de un metro. Hay pilotos que en una curva van por un lado y en la próxima van tres metros desviados”. Lorenzo define hasta las últimas consecuencias su estilo y no ha querido cambiar sus maniobras ante las exigencias de los neumáticos de las 1000cc. “Han fallado cosas externas a la moto en los primeros grandes premios, pero ahora estoy pilotando como yo sé”, reflexionó, antes de reconocer que tuvo que apurar al máximo en las frenadas para escaparse de Rossi, que se le estaba acercando y que protagonizó otra gran actuación. Il Dottore partió séptimo y acabó segundo. Continúa siendo el líder del Mundial.
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