"¿Por qué no podemos seguir soñando?", se pregunta la delantera mallorquina, autora del gol de la victoria ante el Bayern de Múnich (1-0) de un Barça que jugará su primera final de Champions ante el Olympique de Lyon
Mariona Caldentey celebra su gol con Toni Duggan. Foto: Víctor Salgado / FC Barcelona. |
Mariona Caldentey (Felanitx, Mallorca, 1996) se sube los calcetines un par de centímetros, mira hacia atrás, se seca el sudor de la frente con el brazo y se coloca la cinta del pelo. Cuando la árbitra Esther Staubli le indica que lance, la delantera azulgrana da cinco pasos para detrás. Uno, dos, tres, cuatro y remata con la izquierda, a la derecha de Benkarth, que se lanza al lado contrario. ¡Gol! Sus compañeras la rodean, se tapa los ojos con la manos y señala al cielo. A su padre, Miguel Ángel Caldentey, quien la aficionó al Barça y la llevaba al Camp Nou. Ahora Mariona triunfa como azulgrana. Su tanto de penalti abre y cierra el marcador: 1-0 ante el Bayern de Múnich, al que ya había ganado 0-1 en Alemania, y primera final de la Champions de su historia. Su rival, el gran favorito, el Olympique Lyon, que empató 1-1 ante un fantástico Chelsea (3-2 en el global).
"Es triste cuando una persona se va y no dice adiós. Por suerte, tengo unas compañeras fantásticas. Estoy muy agradecida a la gente que se preocupó, me llamó y me dio un abrazo", le contó Mariona Caldentey hace unos días a Christian Giner en El Confidencial. En noviembre Miguel Ángel falleció de manera repentina durante las vacaciones con su mujer. Tenía 55 años.
Formada en la Unión Deportiva Collerense, con la que debutó en Liga y Copa, Mariona Caldentey se llevó una de las grandes alegrías de su vida en el verano de 2014. Su representante le dio la propuesta que tanto esperaba.
—Mariona, el Barça te quiere.
"Tenía otros equipos pensados por si no llegaba esa oferta. ¡Me emocioné mucho!", recordaba días después en IB3, con la medalla de plata como subcampeona europea sub 19. Caldentey quería estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFE) y en Mallorca no podía hacerlo.
Puede que entonces, hace casi cuatro años, ni soñase con la pregunta que le hizo Andrea Ginés en Barça TV.
—¿Cómo recordarás lo que habéis hecho hoy?.
—Bueno... Estoy, estoy temblando casi. No me lo creo. Es un día para recordar, un día espectacular. Creo que ahora nos merecemos celebrarlo, disfrutar de este momento y después ya veremos qué pasa.
[...]
—Y has marcado.
—Ha sido un momento con un poco de tensión. [Se ríe]. Ha ido bien. Ha entrado.
Resopla Mariona Caldentey, quizás recordando la doble intervención de Sandra Paños a un cabezazo de Däbritz: vuela para desviar al palo la pelota con la manopla derecha y luego se la saca de encima con el pie izquierdo. Ya con Kheira Hamraoui expulsada por doble amarilla. O mucho antes la cruceta de Leupolz. Caldentey renovó hace unos días hasta el 2022.
Supo sufrir al límite el Barça, que en los últimos minutos pudo ampliar la distancia. Lo pudieron hacer Aitana Bonmatí o Andressa Alves, frustrada por una gran Benkarth. Seguro que Mariona Caldentey se acordó también de cómo Lieke Martens provocó el penalti de Gina Lewandowski. La lateral derecho del Bayern abrazó con las dos manos a la estrella azulgrana. Sin discusión.
"¿Por qué no podemos continuar soñando?", se pregunta, en voz alta, Mariona Caldenteny un rato después ante la prensa. El Barça necesita el próximo domingo ganar a la UD Granadilla Tenerife Egatesa y que el Atlético de Madrid pierda ante la Real Sociedad para ganar la Liga. Lo que nadie le arrebatará será su primera final de Champions: el día 18, en Budapest, le espera el Olympique de Lyon. La despedida del Miniestadi, ante 12.764 espectadores, no pudo ser más feliz. El curso que viene jugará en el Estadi Johan Cruyff. "Tenemos ganas de que allí también pasen cosas bonitas", deseó, también en Barça TV, Sandra Paños.
No hay comentarios :
Publicar un comentario