Elena Colom: "¡Cuántas bofetadas nos dan las expectativas!"

Cronómetro de Récords entrevista a la capitana del Club Sant Josep Obrer 

Elena Colom con una luna peculiar. Foto: Club Sant Josep Obrer. 

Toni Delgado (@ToniDelgadoG) #baloncestofemenino #entrevista

¿Cabe la luna en un avión?

Sí. Es más, también en la mochila de David Uribe, entrenador del Club Sant Josep Obrer. Es una luna llena hecha con pasta para moldear, el material que me recomienda el artista Eduardo Hermida, que pinta y retrata a las jugadoras del Uni Ferrol. 

 
Elena Colom (Palma de Mallorca, 1989) me envía por correo electrónico su foto con la luna. Sonríe como una niña a quien los Reyes Magos le han traído el regalo que se olvidó de escribir en la carta. La capitana del Club Sant Josep Obrer es una luz que potencia lo mejor del resto y regala energía instantánea. Es profesora de 4º de Primaria. La intención era haberle hecho la foto el domingo, tras el partido de su equipo ante el Barça CBS, pero una lesión impide a Elena Colom viajar a Sant Feliu de Llobregat, y es la luna la que viaja rumbo a Mallorca.  
 
—Soy más de día que de noche, y a las diez ya estoy durmiendo. [Risas]. Pero la luna me tiene enamorada desde la adolescencia. Cuando la miro, sobre todo si es llena, conecto conmigo misma, y noto cómo me recorre por el cuerpo una energía súper positiva. ¿Sabes? A quien aprecio mucho le deseo "bona lluna!" en vez de "bona nit!" –confiesa Elena Colom.  

La luna, antes de viajar a Mallorca. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—Por cierto, ¿tu coche ha pasado la ITV?  
¡Sí! Hace un rato que he llegado a casa. 

—¿Y tú has superado la revisión?
No... Ayer [por el pasado jueves] fui incapaz de hacer los ejercicios para la espalda que me mandó el fisioterapeuta... Tengo un pinzamiento, lumbalgia... Creo que fue por aquella caída contra el Bàsquet Femení Sant Adrià. 

—¿Habías sufrido problemas de espalda antes?
Sí. Hace muchos años. La cuido mucho. A estas edades ya conoces tu cuerpo. Fue algo extraño porque, en cuestión de minutos, pasé de 0 a 100 en dolor. ¡Me quedé enganchada! Ya pudiste ver que el partido se me hizo muy largo... Hubo un momento, en el tercer cuarto, que le dije a Sabina Burguera, que tampoco podía jugar: "¡Que esto se acabe ya!". 

La mala caída de la capitana del Sant Josep Obrer en el Marina Besòs. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Cómo habría cambiado tu rutina desde la caída si fueses una jugadora profesional? 
El vuelo se retrasó y llegué a casa casi a medianoche, y mi despertador suena cada día a las seis y media... Si fuese profesional, ¡no me habría levantado a esa hora! [Risas]. Necesitaba calor en la espalda, descanso, no estar de pie... Habría recibido más atención del fisioterapeuta.  

—En el calentamiento, que también forma parte del partido, contagias buenas vibraciones a tus compañeras. ¿Es una virtud que siempre has tenido o la has ido aprendiendo? 
Con el tiempo, te das cuenta de la importancia de los pequeños detalles que necesitas cuidar mucho. Siempre me ha salido animar y aplaudir a mis equipos desde el primer día. Soy así. 

—Una piña describe cómo es un equipo. 
¡Es vital! Si fuera entrenadora, prefería a 10 jugadoras que se dejan la piel en la pista que a 10 estrellas que sólo quieren brillar ellas. Hay que encontrar un equilibrio. Nosotras contamos con jugadoras de mucho nivel y otras que estamos por debajo que ayudamos a sumar. Como capitana tengo que cuidar a todas para que se sientan cómodas y apoyadas, y sepan que tienen la libertad absoluta para expresar sus inquietudes y emociones. ¡Cuando todas sumamos, es muy difícil competir contra nosotras! ¡Todo fluye!  

Una piña casi (o sin el casi) perfecta. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—Se nota que David Uribe, vuestro primer entrenador, es muy empático: cuida el qué, pero, sobre todo, el cómo. No es habitual ver a un técnico consolando a una jugadora como hizo David Uribe con Neus Amengual en Sant Adrià de Besòs.  
Es muy cercano y siempre se preocupa por cómo estás. David Uribe tiene la mirada muy amplia, es muy buena persona y un gran entrenador.  

—¿Sois un equipo muy empático? 
¡Sí! La base somos un grupo de amigas de Mallorca. Mirjana Beronja, que aterrizó en el grupo en noviembre, nos lo comentaba el otro día: "¡Esto es una familia!". Ésa es nuestra filosofía. 

—Hoy [por el pasado 26 de febrero] se cumplen seis años de tu adiós al Badajoz Basket Femenino.  
Desconocía la efemérides. Ha sido mi única experiencia en Liga Femenina 2 fuera de Mallorca y me regaló, sobre todo, conocer a Bea Pacheco, una entrenadora que me ha marcado. Es una friki del baloncesto que sabe conectar, transmitir y liderar. Bea lo tiene todo. Después de mi etapa extremeña, volví al CB Andratx.   

Elena Colom, aliento constante. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—Donde coincidiste por primera vez con Brígida Gual y Neus Amengual.  
¡Sí! [Pone cara de niña y sonríe]. Y tuvimos la suerte de que Bea Pacheco cogiese al equipo la temporada siguiente. Llevo muchos años jugando con Brigi, Neus y Estefi [Baidez]. ¡Son mis niñas! [Sonríe]. También he competido en Primera Nacional en el Bahía San Agustín, el Baloncesto Leganés y el Baloncesto Femenina San Blas Alicante. Me formé en el Club Bàsquet Bons Aires, de Palma.  

—En el Club Sant Josep Obrer han crecido grandes talentos: Alba Torrens, Marta Fernández, Rudy Fernández, Alejandra Quirante, Alberto Corbacho...  
En mi segundo año de júnior me querían y fui con mi padre para valorar la propuesta. Decidimos quedarnos en el Club Bàsquet Bons Aires. Para mí, hasta que vine, el Club Sant Josep Obrer había sido siempre un club rival. Nunca me imaginé que aquí me sentiría como en casa. ¡Es familia!  

—Hay bastante rivalidad entre el CB Andratx y el Club Sant Josep Obrer. 
Y muy sana. Por fin vuelve a haber dos equipos baleares en Liga Femenina 2. En el CB Andratx juegan amigas y me daría mucha rabia perderme el partido de mañana [no pudo disputarlo]. Somos jugadoras de la tierra que hemos jugado juntas y que ahora estamos separadas.  

Elena Colom en la fase de ascenso a Liga Femenina 2 de Viladecans de 2019. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—Has superado una lesión grave y larga. 
El maldito ligamento cruzado... [Sonríe]. Me pasó en el CB Andratx, el lunes de la semana de una fase de ascenso a Liga Femenina 2, que se jugaba el fin de semana en Viladecans. No sé por qué, pero me dije: "Elenita, ten cuidado. No te hagas daño porque en cuatro días llega la competición por la que el equipo se ha dejado el alma todo el año". Media hora antes del final del entrenamiento se me fue la rodilla y... ¡Hasta luego! [Se ríe].   
 
—¿Cuánto tardaste en recuperarte? 
Me lesioné en mayo y, como me estaba preparando para las oposiciones de maestra, en junio, no me operé hasta dos meses después, el 18 de julio. La recuperación fue eterna. Se supone que a los tres meses puedes empezar a correr y no lo hice hasta los siete. ¡No había manera de que mi cuádriceps recuperase volumen! Desde entonces adoro a la preparadora física Bàrbara Llull. Me enseñó, literalmente, a volver a correr. Fue un año largo de muchas emociones, frustraciones... Me veía jugando en enero o febrero y en abril todavía no había vuelto. Luchaba por lo mejor y lo mejor no llegaba. Sufrí y aprendí mucho. Tuve que tener mucha paciencia. Sin ella, te frustras. La temporada pasada volví a las pistas y llegó la pandemia...   

La amistad salta a la vista. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Has aprendido a no darle tantas vueltas a las expectativas?  
He aprendido a gestionarlas. Porque... ¡Cuántas bofetadas nos dan las expectativas! [Risas]. La temporada pasada estuve trabajando con Pep Toni Román, el director del grupo de psicólogos deportivos Ment, a los que conocí por Azu [García], que también forma parte del equipo. ¡Fue un viaje increíble! Trabajamos mucho las expectativas. Cuando vuelves tras una lesión larga, tus recuerdos no se corresponden a tu nueva realidad. Yo pensaba que todo iría súper fluido y, claro, no fue así. Es obligado ese tiempo de adaptación. 

—¿El Club Sant Josep Obrer ha superado las expectativas?
Seguro. Todas hubiéramos firmado haber acabado la primera vuelta con seis victorias y sumar siete [ocho tras el triunfo contra el CB Andratx por 55-50]. Sabíamos que nuestra situación no era fácil: éramos jugadoras de Mallorca y tres fichajes. Salvo ante el Bàsquet Femení Sant Adrià, que nos barrió (82-44), casi todas las derrotas han sido por muy pocos puntos [dos días después cayeron por 74-41 ante el Barça CBS]. Estamos muy contentas, la verdad.    

La entrevistada con una pelota. Foto: Club Sant Josep Obrer.

—Eres profesora de 4º de Primaria. ¿El día clave para generar interés y respeto en la clase es el primero?
Para mí no. En un día no puedes demostrar todo lo que puedes hacer por la clase y lo que los alumnos y alumnas pueden darte. Es un proceso, una suma de experiencias y convivencia. El deporte me enseñó que la constancia es la clave en cualquier ámbito. Si no eres constante, tarde o temprano los resultados desaparecen. Intento que mi alumnado tenga herramientas para filtrar qué les puede interesar entre las múltiples opciones que nos da la tecnología. Tienes que proporcionarles estrategias para que se adapten al momento que están viviendo, que no es el que tú viviste. La clave es el equilibrio.  

—¿Y cómo lo buscas?
A través de cuentos. Tengo 31 años y me encanta leerlos. Los cuentos te pueden llegar en cualquier momento de tu vida. Le doy mucha importancia a la educación emocional. Me centro en que aprendan a gestionar, reconocer y poner nombre a sus emociones, y el camino pasa por la empatía y la asertividad. Hay que tener imaginación y darles herramientas para que quieran ser mejores personas. 

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