Llull, autor de 19 puntos, supera a Green -EFE. |
Los tiempos muertos son lo más parecido a los tráilers de películas o a los anuncios sobre el próximo capítulo de una serie, pues los entrenadores, gracias al oportuno micrófono de las televisiones, anticipan con palabras a los espectadores lo que pretenden que suceda después. “Tenemos que buscar a Llull”, ordenó Molin a sus jugadores. Disciplinado, el Madrid buscó y encontró a Sergio Llull (Maó, 1987) para jugarse los siguientes tres ataques. El base revolucionó a su equipo, que llegó a ceder por 12 puntos, y acabó venciendo por 74-73 ante un Gran Canaria 2014 descarado y muy enfadado, pues entendió (entendimos) que cuando, a 1’4 segundos del final, Nelson se fue directo a la canasta recibió un manotazo de Reyes, por eso se le escapó la pelota. “Me ha dado aquí, en el brazo izquierdo, aquí, aquí”, se quejaba, con gestos, señalándose el brazo, el pívot estadounidense, mientras los colegiados le decían que no, que no había infracción alguna. “Si tres árbitros no han visto la última falta, falta gente….”, denunció Pedro Martínez, el entrenador visitante, “es falta clarísima”. Molin no se quiso mojar y concedió que era una acción que podía pitarse o no. Beirán cometió falta sobre Suárez, que falló sin querer el primer tiro libre y erró a propósito el segundo. Reyes, básico, se hizo con el rebote.
Descentrado por su último desengaño en la Euroliga, al Madrid le costó una barbaridad conectarse a un encuentro que el Gran Canaria 2014 manejó como quiso hasta el mencionado tiempo muerto –uno de los pactados por la televisión en cada retransmisión–. Hasta de ese momento los visitantes, muy equilibrados, tan serios en defensa como prácticos en ataque, hacían daño por todos los sitios: primero surgió Moran, después le secundaron Bramos y Green. Un representante por línea para sacar los colores a un Madrid reducido a sus pívots y fallón desde la línea personal, descentrado en general y que cedió 11 puntos. La réplica fueron dos triples seguidos de Prigioni y más puntos de Reyes, contrarrestados por otro tiro de tres de Beirán y el acelerón en el tramo final antes del descanso de Carroll, el máximo anotador de la Liga ACB y que llevaba 24 puntos de media en los últimos encuentros. Boom Boom Carroll tiene libertad de maniobra en un grupo del que es su máximo referente: sólo hay que repasar la victoria de la jornada pasada ante el Bizkaia Bilbao Básket con dos prórrogas.
Máxima ventaja
A Carroll le salió un competidor que también había pasado inadvertido hasta entonces, Llull, que le sacó una personal para completar un dos más uno, sus primeros puntos en el partido. Antes de llegar al descanso el base anotó otra canasta más y Carroll dos, para alcanzar los 11 puntos. El tirador del Gran Canaria 2014 se marcó un triple poco después de empezarse la segunda parte y que significó la mejor ventaja de los visitantes (37-49) y requirió de otra actuación estelar de Llull, que en un momento metió 10 puntos y rebajó sustancialmente la diferencia (51-55 a los 29m 43s).
El conjunto de Pedro Martínez perdió frescura y empezó a flojear ante un Madrid que por fin carburaba con Reyes, que festejó superar la barrera de los 6.500 puntos en ACB, y con Tucker anotando y secando a Carroll. Neutralizada la estrella, inquieto el Gran Canaria 2014, que anotó una canasta en casi seis minutos, antes de que el propio Carroll volviera a ejercer de líder. De nuevo su adversario fue Llull: resultó un duelo exquisito, ganado por Carroll en los puntos (20 por 19), pero con más repercusión de los de Llull, que anotó la canasta ganadora a 16’2 segundos, después de que Suárez, renacido en el epílogo, hubiese hecho el último esfuerzo. Pedro Martínez pidió tiempo muerto y Llull, con su equipo sin bonus, paró con falta a Green. Y Reyes a Nelson, una jugada clarísima que los árbitros no concedieron. Así que el Madrid pudo respirar aliviado gracias a la revolución protagonizada por Llull y anunciada por Molin, que reconoció los defectos de su equipos y proclamó que “saber sufrir es una cualidad”. El Power Electronics aceptaría gustoso esa falta de tensión en la Euroliga.
MADRID 74 (14+21+17+22): Llull (19), Tucker (7), Suárez (8), Tomic (9) y Reyes (15) –quinteto inicial–, Begic (6), Velickovic, Prigioni (6), Mirotic (2), Vidal (0) y Fischer (2). GRAN CANARIA 2014 73 (20+24+13+16): Green (9), Carroll (20), Beirán (3), Wallace (12) y Rey (5) –quinteto inicial–, Bellas (4), Moran (8), Bramos (6), Borovnjak (3) y Nelson (3). Árbitros: García Ortiz, Guirao y Sacristán. Eliminado Wallace, min. 40.
Descentrado por su último desengaño en la Euroliga, al Madrid le costó una barbaridad conectarse a un encuentro que el Gran Canaria 2014 manejó como quiso hasta el mencionado tiempo muerto –uno de los pactados por la televisión en cada retransmisión–. Hasta de ese momento los visitantes, muy equilibrados, tan serios en defensa como prácticos en ataque, hacían daño por todos los sitios: primero surgió Moran, después le secundaron Bramos y Green. Un representante por línea para sacar los colores a un Madrid reducido a sus pívots y fallón desde la línea personal, descentrado en general y que cedió 11 puntos. La réplica fueron dos triples seguidos de Prigioni y más puntos de Reyes, contrarrestados por otro tiro de tres de Beirán y el acelerón en el tramo final antes del descanso de Carroll, el máximo anotador de la Liga ACB y que llevaba 24 puntos de media en los últimos encuentros. Boom Boom Carroll tiene libertad de maniobra en un grupo del que es su máximo referente: sólo hay que repasar la victoria de la jornada pasada ante el Bizkaia Bilbao Básket con dos prórrogas.
Máxima ventaja
A Carroll le salió un competidor que también había pasado inadvertido hasta entonces, Llull, que le sacó una personal para completar un dos más uno, sus primeros puntos en el partido. Antes de llegar al descanso el base anotó otra canasta más y Carroll dos, para alcanzar los 11 puntos. El tirador del Gran Canaria 2014 se marcó un triple poco después de empezarse la segunda parte y que significó la mejor ventaja de los visitantes (37-49) y requirió de otra actuación estelar de Llull, que en un momento metió 10 puntos y rebajó sustancialmente la diferencia (51-55 a los 29m 43s).
El conjunto de Pedro Martínez perdió frescura y empezó a flojear ante un Madrid que por fin carburaba con Reyes, que festejó superar la barrera de los 6.500 puntos en ACB, y con Tucker anotando y secando a Carroll. Neutralizada la estrella, inquieto el Gran Canaria 2014, que anotó una canasta en casi seis minutos, antes de que el propio Carroll volviera a ejercer de líder. De nuevo su adversario fue Llull: resultó un duelo exquisito, ganado por Carroll en los puntos (20 por 19), pero con más repercusión de los de Llull, que anotó la canasta ganadora a 16’2 segundos, después de que Suárez, renacido en el epílogo, hubiese hecho el último esfuerzo. Pedro Martínez pidió tiempo muerto y Llull, con su equipo sin bonus, paró con falta a Green. Y Reyes a Nelson, una jugada clarísima que los árbitros no concedieron. Así que el Madrid pudo respirar aliviado gracias a la revolución protagonizada por Llull y anunciada por Molin, que reconoció los defectos de su equipos y proclamó que “saber sufrir es una cualidad”. El Power Electronics aceptaría gustoso esa falta de tensión en la Euroliga.
MADRID 74 (14+21+17+22): Llull (19), Tucker (7), Suárez (8), Tomic (9) y Reyes (15) –quinteto inicial–, Begic (6), Velickovic, Prigioni (6), Mirotic (2), Vidal (0) y Fischer (2). GRAN CANARIA 2014 73 (20+24+13+16): Green (9), Carroll (20), Beirán (3), Wallace (12) y Rey (5) –quinteto inicial–, Bellas (4), Moran (8), Bramos (6), Borovnjak (3) y Nelson (3). Árbitros: García Ortiz, Guirao y Sacristán. Eliminado Wallace, min. 40.
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