Vettel festeja su segundo título mundial, ambos con Red Bull - EFE. |
“¿Quién es Sebastian Vettel?”, pensó para sus adentros Berni Ecclestone mientras se rascaba la cabeza y miraba los tiempos de una sesión de entrenamientos libres en Turquía: "¿Por qué hay de nuevo un alemán en la parte superior de la hoja de tiempo?". Era 2006 y el patrón de Fórmula 1 no sabía quién era el tal Vettel, escogido por BMW Sauber como piloto probador. El debut como piloto del alemán llegaría la temporada siguiente tras el accidente de Robert Kubica en Canadá y debutó en la siguiente carrera, en Indianápolis, donde se convirtió en el más joven en puntuar (acabó 8º). En 2008 en Monza logró el récord de precocidad de pole y victoria y el año pasado pasado en Abu Dabi pasó a ser el campeón más joven. Desde ahora también es el bicampeón con menos edad, pues con su tercer puesto en Suzuka se coronó como bicampeón más precoz de la historia con 24 años, 3 meses y 7 días. Una marca que volvió a arrebatarle a Fernando Alonso, segundo en un GP de Japón ganado por Jenson Button.
No ha tenido dudas Vettel en un "año largo, pero fantástico". Apenas ha tenido errores en una temporada de la que es el rey a falta de cuatro carreras y después de haber vencido en seis de las primeras ocho citas. Entonces y siempre mantuvo la cordura en el pilotaje y ante los medios: había mucho tiempo por delante. Baby Schumi había vivido situaciones inesperadas, como su remontada de 2010, cuando los focos enfocaban a su compañero Mark Webber y Alonso. Pero no, Vettel se impuso en tres de las últimas pruebas y levantó el dedo índice como número uno.
Casi un año después levantó los dos de cada mano: es bicampeón. "Ganar después de ganar es lo más difícil", confesó, algo insatisfecho por no haber podido lograr el triunfo, mermado por el rendimiento de los neumáticos en una carrera estratégica, decidida en boxes. Ahí perdió la segunda posición Vettel con respecto a Alonso, satisfecho de que en Ferrari cuadrasen "en el momento justo" las paradas. El asturiano comenzó la rueda de prensa dándole la mano a Vettel para felicitarle. Una instantánea simbólica, le pasó el testigo, el honor de ser el más rápido en ganar dos campeonatos del mundo. "Hoy no hay que hablar de mí, sino de Sebastian Vettel", insistió, cómplice, Button. En otro gesto deportivo. Justo antes el británico había sido demasiado políticamente correcto en el discurso: "Se ha demostrado que hay competitividad e igualdad". Sonó más a deseo que a realidad.
Otro capítulo más entre Hamilton y Massa
Button sí fue realista en la pista: en la salida atacó a Vettel, que le arrinconó tanto que a punto estuvo de sacarle del trazado -"tenía el coche en la hierba", le dijo con una sonrisa después el británico-. Un momento que aprovechó Lewis Hamilton para colorase segundo en otra cita polémica del campeón de 2008, otra prueba en la que se tocó con el 150º Italia de Felipe Massa, al que le arrancó una pieza del alerón lateral y más reproches: "No soy yo quien tiene que decidir si hay que castigarle". Cuando los periodistas le dijeron que Hamilton había asumido su error el brasileño, séptimo, no abandonó su tono: "Es la primera vez que reconocer la culpa. Seguramente es porque no le han sancionado". En efecto, ni Hamilton (quinto, sexto fue Michale Schumacher) ni tampoco Vettel por su acción con Vettel fueron castigados en una carrera atípica con un único abandono, el de Buemi, al que colocaron mal los neumáticos en boxes. Jaime Alguersuari fue fue 14º.
Vettel lo pasó mal con sus gomas en un circuito como el de Suzuka, que exige el equilibrio perfecto entre aerodinámica y velocidad. El alemán tuvo que asumir que no podría optar a su tercera victoria en Japón: perdió el liderato con Button en la segunda parada y el segundo puesto con Alonso en la tercera. Pero recogió 15 puntos, un mundo, pues sólo necesitaba uno para convertirse en el noveno piloto en ser capaz de revalidar el título, como en su momento lograron su mentor, Michael Schumacher, Juan Manuel Fangio, Alain Prost, Jack Brabham, Ayrton Senna, Alberto Ascari, Mika Hakkinen y Alonso.
Ni fútbol ni tenis
Le faltaron las palabras a Vettel cuando cruzó la línea de meta y no se dejó a nadie en sus agradecimientos ante los medios. Incluso se acordó de su compañero Webber y también de su entrenador personal, Tommi Parmakoski, "con quien paso más horas cuando estoy fuera de casa. Quiero felicitar a su familia por tener un hijo con un corazón tan grande". Buenos gestos de alguien que ha bajado el telón dela Fórmula 1 a falta de cuatro pruebas para el final, que le saca 114 al tercero y 122 puntos al tercero, a Button y a Alonso, que lucharán por el subcampeonato. Un premio menor en el monólogo de Vettel, que ya puede ir pensando en como bautizar al RB8. Al último le llamó Kinky Kylie, la Pervertida Kylie. En un guiño a la cantante australiana Kylie Minogue del bicampeón más joven de la historia de la Fórmula 1. Antes lo había probado sin éxito con el fútbol y el tenis, pero fue en entre cuatro ruedas y con un volante entre las manos donde encontró "mi verdadero propósito en la vida". Una vida de leyenda.
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