Llull posa con la Copa del Rey ante los fotógrafos - ACB Photo. |
TONI DELGADO desde el Palau Sant Jordi
Sergio Llull (Maó, 1987) era un tipo feliz con su red colgada del cuello cuando entró en la sala de prensa del Palau Sant Jordi. Sonrió como un niño mientras le colocaba la Copa del Rey al lado a su entrenador, que no miró ni de reojo su primer título como técnico del Madrid. Laso siguió discurriendo su discurso y sonrió cuando el autor de Cronómetro de Récords le hizo la tercera pregunta. ¿Qué adjetivo le pondría a Llull? El jugador puso cara de susto y el entrenador respondió: “A Llull [hizo una pausa, sonrió]. No sé. Le pondría la estadística de hoy, aunque [para] un jugador que juega de base como ha jugado él a veces la estadística no es lo más importante. Lo dejaría en Llull dominó el partido”. Y bien que lo hizo el jugador, escogido como MVP con unos números muy notables en los tres partidos: 16 puntos, dos rebotes, cinco asistencias y 18’7 de valoración.
Sergio Llull (Maó, 1987) era un tipo feliz con su red colgada del cuello cuando entró en la sala de prensa del Palau Sant Jordi. Sonrió como un niño mientras le colocaba la Copa del Rey al lado a su entrenador, que no miró ni de reojo su primer título como técnico del Madrid. Laso siguió discurriendo su discurso y sonrió cuando el autor de Cronómetro de Récords le hizo la tercera pregunta. ¿Qué adjetivo le pondría a Llull? El jugador puso cara de susto y el entrenador respondió: “A Llull [hizo una pausa, sonrió]. No sé. Le pondría la estadística de hoy, aunque [para] un jugador que juega de base como ha jugado él a veces la estadística no es lo más importante. Lo dejaría en Llull dominó el partido”. Y bien que lo hizo el jugador, escogido como MVP con unos números muy notables en los tres partidos: 16 puntos, dos rebotes, cinco asistencias y 18’7 de valoración.
El base del Madrid hizo jugar a su equipo con el ritmo que más le convenía: alto y revolucionado. Pocos jugadores hay como el ex del Manresa, llegado al conjunto blanco en las eliminatorias por el título de la Liga ACB del curso 2006-2007 y que, por tanto, participó en el que hasta ahora era el último título del Madrid con Joan Plaza como entrenador y en el Palau Blaugrana. En 2009 fue sería escogido Jugador Revelación de la Liga y escogido en el puesto número 34 por los Nuggets, que lo traspasaron a los Rockets.
Carismático y de carácter
Llull es un jugador carismático y de carácter al que la afición madridista adora. También su speaker, por más que no acierte en pronunciar bien su apellido. Llull se ha dado a respetar y a querer remontada tras remontada, pues pocos como él están tan preparados física y mentalmente para las situaciones extremas. Hace cursos que es el jugador de referencia del equipo, sobre todo tras la marcha de Bullock, aunque este curso no estaba siendo el suyo. Ni mucho menos. Pero ha recuperado la alegría y su mejor juego en esta Copa del Rey: “Me he encontrado muy bien en la cancha, quizá el partido más bueno que haya jugado ha sido éste, por la importancia”.
Doble campeón del Eurobásket con la selección, Llull lo ha pasado mal estos años en el Madrid. Preguntado por este periodista sobre qué instantes complicados recordaba en este momento tan dulce fue directo: “He vivido unos cuantos aquí en Madrid. La Final Four [de la Euroliga], las dos últimas finales de Copa del Rey…” “Pero vamos a pensar en lo bueno, ¿no?”, cerró el jugador, que nada más acabar la final tuvo el gesto de dar la mano, uno por uno, a todos los jugadores azulgrana. Un detalle de campeón de un coleccionista de zapatillas. Tiene muchísimas y de todos los colores habidos y por haber.
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