Nadal celebra un punto en la final - AP. |
Entiende Rafa Nadal que el tenis es un camino repleto de retos, los que marcan los rivales y sobre todo los que se pone uno mismo. Y en Montecarlo tenía un reto doble que acabó superando con solidez y madurez ante un Novak Djokovic que le había ganado las últimas siete finales que habían protagonizado. Hace tres meses Nadal rozó el triunfo en el Abierto de Australia en un partido interminable, alargado a casi seis horas, y esta vez venció por la vía rápida, en tan sólo 78 minutos y por 6-3 y 6-1, en Montecarlo, donde se coronó campeón por octava vez consecutiva. Con este triunfo el tenista mallorquín es ya quien atesora más Másters 1.000 -20, uno más que Roger Federer- y supera la marca de siete triunfos consecutivos en grandes torneos de Richard Sears, que en su día levantó siete US Open seguidos. Nadal suma 47 títulos y el 33 en tierra batida, su tapiz predilecto.
Mientras escuchaba el himno de su país después del partido Nadal se puso a temblar. Estaba emocionado por el ritual, pero también por haber roto un par de rachas, pues no había ganado un torneo a nivel individual desde que en junio lograse en París su sexto Roland Garros y no vencía a Djokovic desde diciembre de 2010, cunado lo consiguió en el Másters, en Londres. Desde entonces el serbio le había había ganado en siete finales, por orden: Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, Wimbledon, US Open y Abierto de Australia. Nadal puso punto y final a esa errática trayectoria con un triunfo sin discusión en el que atacó a la derecha a Djokovic, tan menor que sólo aprovechó el 40% de sus primeros saques y que sólo disfrutó en el primer juego, que se llevó en blanco. A partir de ese momento Nadal rompió su servicio al número uno hasta cinco veces –en ocho oportunidades– y logró volver a repetir en Montcarlo, donde sólo ha perdido un partido, ante Guillermo Coria en 2003, y que acumula 42 victorias consecutivas. En la última, tras dos semanas sin entrenarse por una tendinitis en la rodilla izquierda, recuperó su brío ante el rival que le había batido sin descanso: “Da mucha confianza volver a ganar un gran torneo como éste, que es quizás mi favorito”.
Muy seguro con su servicio, Nadal tuvo “muchos puntos gratis”, se permitió subir diversas veces a la red y descompuso a un Djokovic desconocido que ha pasado una semana muy complicada por el fallecimiento de su abuelo: “Djokovic tampoco puede estar siempre impecable. Yo también he estado así otras veces contra él. No sé si lo de su abuelo le ha afectado, pero también es cierto que le pasó a comienzos de la semana, y ha llegado a la final”. Nadal estará este lunes en Barcelona en actos de promoción del Conde de Godó, que intentará ganar por séptima vez en su carrera.
No hay comentarios :
Publicar un comentario