Bolt, en el momento de cruzar la línea de meta - Reuters. |
–Eres una leyenda viva.
–Pues sí, qué le vamos a hacer.
Es un
diálogo entre dos rayos humanos. Quien hace el elogio no es otro que
Mo Greene, el primer hombre en bajar de los 9.80 segundos, hizo 9.79s, en los 100 metros.
Quien recoge el cumplido, o más bien quien acepta la obviedad, es Usain Bolt, que
tiene una marca de 9.58s y que en el majestuoso Estadio Olímpico de
Londres se convirtió en el primer velocista en lograr cuatro
medallas olímpicas individuales y tras revalidar el título de 100 también lo hizo en los 200. En una final en la que, exigido por Yohan Blake, sólo se dejó llevar en la última
zancada, suficiente para que le diese tiempo para entretenerse a
colocarse el dedo en la boca y pedir silencio. Para pedir respeto a
aquellos que dudaron de él cuando perdió con el propio Blake, quizás
para que por un momento el público dejase de corear su nombre y gozase en silencio del
momento, “mi momento, no lo olvidaré jamás”. Es posible que con ese gesto Bolt reclamase respeto para Jamaica en el 50º aniversario de su
independencia. Quizás ese gesto significaba todo eso a la vez. Era el oro que le faltaba al jamaicano para considerarse Leyenda y llegó tras marcar 19.2 por los 19.44s de
Blake, plata, y los 19.84s de Warren Weir. Tres pupilos de Glen Mills
en el podio, tres jamaicanos para demostrar que “es el país más
grande en la velocidad”.
No ha tenido una
temporada fácil Bolt, derrotado por Blake en los trials de Jamaica
primero en 100 y después en 200. Por eso Bolt fue a por todas desde
el principio, encaró la curva destacado y no dejó lugar a las
sorpresas cuando su rival y compañero de entrenamientos se le acercó
por la calle 4. Él, instalado en la 7 por haber haber acabado tan
pancho la serie de semifinales, apretó los dientes para “conseguir
lo que quería. Venía de un año duro e hice lo que tenía que
hacer”. Se definió como mejor atleta “en activo” para congratularse por estar “en la misma categoría” que uno de sus
ídolos, Michael Johnson, cuya mejor marca fueron los 19.32s, justo el registro que hizo Bolt en Londres. Pero la Leyenda todavía atesora dos
registros superiores, 19.30s en los Juegos de Pekín y 19.19s en el
Mundial de Berlín.
No quiso arriesgarse Bolt
y el tercero más lento en reaccionar tras el pistoletazo (180
milésimas). Sólo el ecuatoriano Álex Quiñónez (185) y el
sudafricano Anaso Jobodwana (216) tardaron más. A partir de ahí
Bolt comenzó su recital y en los 50 metros ya era líder y no dejó
de serlo nunca, por más que Blake le inquietase algo y le molestase
algo la espalda. Nadie le paró y si no consiguió otro récord del
mundo fue porque su salida de la curva “no fue suficientemente
crítica”. Así de autocrítico es Bolt, aunque parezca un bromista
ocurrente. Ha convertido las cosas imposibles en pura rutina y ya
tiene un oro individual -en 100 y 200 metros- más que Carl Lewis, el Hijo del Viento.
A Bolt aún le queda otra causa en estos Juegos, el relevo 4x100, en el que también aspira a revalidar el oro. Sería el sexto olímpico en su historial. De momento tiene cinco en otras tantas finales. Tras la de 200 en Londres le cogió prestada a la cámara a un fotógrafo e hizo de reportero retratando a Blake, a otros fotógrafos y a la grada. No se olvidó de reindinvicar la bandera de su país y de besar varias veces el tartán, escenario de otra de sus hazañas y de la decepción del francés Chistophe Lemaitre, que sólo pudo ser sexto.
A Bolt aún le queda otra causa en estos Juegos, el relevo 4x100, en el que también aspira a revalidar el oro. Sería el sexto olímpico en su historial. De momento tiene cinco en otras tantas finales. Tras la de 200 en Londres le cogió prestada a la cámara a un fotógrafo e hizo de reportero retratando a Blake, a otros fotógrafos y a la grada. No se olvidó de reindinvicar la bandera de su país y de besar varias veces el tartán, escenario de otra de sus hazañas y de la decepción del francés Chistophe Lemaitre, que sólo pudo ser sexto.
2 comentarios :
y lo mejor es que aparenta cuerda para rato, gana sobrao
Estoy de acuerdo. Su principal rival será sí mismo y la motivación. Aunque con Blake no se puede despistar nada. Una lástima lo que le pasa a Asafa Powell en las grandes citas. Porque esos duelos no tendrían precio.
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