Calderón, en una acción del partido - EFE. |
Se pasó la pelota con la derecha y por la espalda para dejársela sin mirar y con la otra mano a su compañero. El malabarismo fue de Sergio Rodríguez y quien recibió el dulce, Sergio Llull, que anotó. Fue uno de esos momentos en que España superó la barrera de los diez puntos de diferencia y no supo sentenciar la cita ante una Gran Bretaña persistente, siempre incómoda para la selección, a la que a punto estuvo de eliminar del Eurobásket de Polonia y a la que le dio un buen susto y una cura de humildad en Londres. Tuvo que volver del banquillo José Manuel Calderón para evitarle un disgusto a una España incapaz de frenar a Deng y a Freeland, que se giró sobre sí mismo para poner el 71-69 a 1m 25s. En el siguiente ataque Pau Gasol falló ante el propio Freeland y sería San Emeterio quien recuperase un balón para cedérsela a Calderón: canasta. Justo después el propio base extremeño robó otra pelota y acabó en la línea de tiros libres. Calderón anotó los últimos ocho puntos de su equipo, agobiado hasta el final, pues a falta de siete segundos recibió el triple de Deng (79-78). Así se quedó el marcador, pues el base, que anotó 19 puntos, supo escabullirse de sus defensores. España ya tiene plaza en cuartos de final.
El encuentro debe servirle de toque de atención a la selección: no puede olvidarse de defender ni insistir en exceso en lanzamientos exteriores y más si no tiene el día con los triples (4/17 tras el 3/8 inicial). Tampoco estaba nada acertada con los tiros libres (21/32). España no cerró la cita cuando pudo y su rival, que buscaba su primer triunfo en el torneo y al que le sobra amor propio, supo reivindicarse. Tiene músculo Gran Bretaña y mucho músculo, el de Deng, Freeland, imparabale ya en la primera parte, y Mensah-Bonsu.
San Emeterio, exponente
Se gustó la selección con los triples iniciales, cuando pudo correr y provenir a los hermanos Gasol de pelotas y cuando tuvo ambición y amplitud de miras y dominó el rebote a su antojo con San Emeterio (ocho capturas) como exponente del sacrificio. El jugador del Caja Laboral fue el único que no desconectó en ningún momento. Poco antes del descanso, al que se llegó con 37-29, el propio San Emeterio sufrió una antideportiva de Deng, con la mira desafinada hasta entonces y cargado de faltas. Entre el jugador de los Bulls (26 puntos) y Freeland (25), que vestirá la camiseta de los Blazers el próximo curso, reactivaron a una Gran Bretaña que perdía 54-41 (a los 27m 20s) tras un mate de Ibaka, asistido por Rudy, que repartió seis balones. A falta de Juan Carlos Navarro, que calentó pero que no jugó por sus molestias en el pie, todos deben hacer de todo.
Se confió España y se creció su rival, sostenido por jugadores incansables como Clark y los anfitriones soñaron con un triunfo histórico hasta el último suspiro. Les sobró la aparición de Calderón y ese par de recuperaciones seguidas. Ése es el espíritu que debe tener España si quiere jugar como mínimo a la final del torneo. “Tenemos que estar todos más metidos. No sé si es por comodidad o por exceso de confianza, pero hay que buscar esa chispa. Tenemos que recuperar nuestro juego”, resumió Pau Gasol.
ESPAÑA 79 (24+13+23+19): Pau Gasol (17), Rudy Fernández (9), Calderón (19), San Emeterio (3) y Marc Gasol (12) -quinteto inicial-, Sergio Rodríguez, Reyes (4), Claver (3), Llull (5), Ibaka (5) y Sada (2). GRAN BRETAÑA 78 (15+14+19+30): Mensah-Bonsu (3), Sullivan (3), Deng (26), Freeland (25) y Reinking (5) -equipo inicial-, Achara, Lawrence (5), Archibald (2), Clark (8) y Johnson (1).
2 comentarios :
muy grande calde al que no le tiembla la mano en ningun momento la verdad que sufrimos mas de la cuenta por no matar los partidos antes
No valen las confianzas y menos en un torneo así. Pau hablaba de recuperar la "chispa", eufemismo de huevos. Un saludo, Jairo.
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