El mallorquín se impone a Isner
(6-7 y 6-7) en Cincinnati para levantar su noveno título del año, recuperar el
número dos y poder desbancar del uno a Dkojovic en el US Open
Nadal celebra su triunfo en Cincinnati - AP. |
Cuando Rafa
Nadal se deja ir, acaba de completar una larga lista de logros que le definen
como un deportista camaleónico e insaciable. Cuando se deja caer en la pista
dura de Cincinnati, grita y agita los
brazos el balear ha ganado el torneo por primera vez y también el primer
partido en el que no ha dispuesto ni de una sola pelota de rotura. Con ese gesto
Nadal celebra que ha sobrevivido al tremendo saque del local John Isner, el
tenista que ganó aquel eterno partido de Wimbledon a Nicolas Mahut –el más
largo de la
historia, once horas y cinco minutos– y al que ha minado la moral en dos tie-breaks (6-7 y 6-7), un territorio que se le da de maravilla al estadounidense. El balear se impone en una hora y 55 minutos después de salvar con su servicio dos pelotas de set en la primera manga. Se defiende con dos saques directos, el arma favorito de su rival y de hacer de tripas corazón para no ceder otra rotura en el séptimo juego con 3-3. Nadal es el primer tenista en levantar cuatro Masters 1000 consecutivos y el segundo, tras Djokovic en 2011, en acumular cinco de esta categoría en un año. Un 2013 en el que el balear suma nueve títulos de los doce que ha disputado. Solo se perdió la final de Wimbledon, donde cayó en primera ronda, y perdió el partido definitivo en Viña del Mar y Montecarlo. Números extraordinarios para un Nadal que nunca había ganado dos torneos de pista rápida seguidos. Este lunes será número dos y podría recuperar la corona en el US Open si gana y Djokovic o es finalista o si alcanza la final y el serbio cae en cuartos.
historia, once horas y cinco minutos– y al que ha minado la moral en dos tie-breaks (6-7 y 6-7), un territorio que se le da de maravilla al estadounidense. El balear se impone en una hora y 55 minutos después de salvar con su servicio dos pelotas de set en la primera manga. Se defiende con dos saques directos, el arma favorito de su rival y de hacer de tripas corazón para no ceder otra rotura en el séptimo juego con 3-3. Nadal es el primer tenista en levantar cuatro Masters 1000 consecutivos y el segundo, tras Djokovic en 2011, en acumular cinco de esta categoría en un año. Un 2013 en el que el balear suma nueve títulos de los doce que ha disputado. Solo se perdió la final de Wimbledon, donde cayó en primera ronda, y perdió el partido definitivo en Viña del Mar y Montecarlo. Números extraordinarios para un Nadal que nunca había ganado dos torneos de pista rápida seguidos. Este lunes será número dos y podría recuperar la corona en el US Open si gana y Djokovic o es finalista o si alcanza la final y el serbio cae en cuartos.
En un partido con dos tenistas muy
seguros con su servicio, cualquier despiste podía ser decisivo ante un gigante habilidoso
de 2’08 como Isner. Y Nadal, que ha ganado 53 de los 56 partidos del año, además
de 114 de los 136 sets que ha disputado, tiene paciencia de santo y se
concentra para “no darle oportunidades
con mi saque a un jugador que me sorprende que no esté luchando por estar en el
Masters porque es uno de los más incómodos que hay y se merece estar en las
primeras posiciones”. Y, claro, no se olvida de que se pasó siete meses
lesionado y por eso valora todavía más lo que está logrando: “Jugar al nivel al que lo he hecho y en un
año problemático por la lesión en la rodilla supone vivir momentos emocionantes.
Además de un título importante esto significa lograr muchos puntos y me da un
margen importante”. ¿El número uno? “Es
posible y voy a intentarlo hasta el final”, cerró Nadal, que en Cincinnati
sumó su 26º Masters 1000, por los 14 de Djokovic.
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