miércoles, 2 de octubre de 2019

Mima Coulibaly: "Nunca estoy satisfecha con mis partidos"

Cronómetro de Récords entrevista a la pívot del Uni Girona en el Open Day Liga Femenina 


Mima Coulibaly tras el partido ante el Valencia Basket. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Toni Delgado / Zaragoza 

Un pasillo del Pabellón Siglo XXI de Zaragoza. 
Tijana Ajdukovic sigue la conversación sentada de cuclillas y con los ojos abiertos. Es la espectadora.
Magali Mendy facilita el diálogo entre la entrevistada y el periodista traduciendo del francés al inglés o del inglés al francés. Es la intérprete. 
Mima Coulibaly (Mali, 1989), pívot del Uni Girona, responde a Cronómetro de Récords en inglés y en francés. Habla como juega: sin dejarse ni una coma. De vez en cuando se come un cacahuete. Es la entrevistada. 
El periodista está encantado ante una situación tan peculiar y una conversación tan sincera, emotiva, dura y divertida. 
—Mima, ¿el baloncesto para ti es una guerra? 
¡Por supuesto! El partido ante el Valencia Basket [victoria por 67-52 en el Open Day Liga Femenina] no ha resultado nada sencillo. Sabía que sería un encuentro muy duro, pero estoy sorprendida con las faltas personales que me han pitado. No es normal. Cada vez que me movía me han señalado infracción. Si los árbitros tienen ese criterio, perfecto, pero que lo conserven para los dos equipos. 

—Estás enfadada con el arbitraje. 
Muy, muy enfadada. Me gustaría que los responsables de la FEB o de los árbitros viesen este partido. Lucho, y tanto que lucho. El baloncesto es lucha. 

—Juegas con el corazón, pero hay quien defiende que eres demasiado agresiva en la pista. 
¡Por supuesto! Lo soy porque el baloncesto es quizás mi vida. ¡Me encanta el baloncesto! Lo normal es que juegues duro, no que te señalen faltas personales así. No sé por qué no me han respetado. 

—Tus batallas con Erika de Souza han sido siempre  espectaculares. 
¡Claro! Jugar contra el Perfumerías Avenida es un gran reto porque tiene grandes jugadoras y un entrenador fantástico. Ellas son muy intensas y agresivas. Son más fuertes que el Valencia Basket, otro gran grupo. Siempre me dejo la vida contra cualquier equipo. Para mí todos los partidos son vitales. Si piensas que un contrincante no es fuerte o lo ves débil, no lo estás respetando. Y eso es algo que no puedes hacer nunca. Tienes que respetar siempre a tus contrincantes. ¡Siempre! Y centrarte en ganar el partido. 

—El respeto te hace disfrutar más de las victorias. 
Estoy de acuerdo. Me exijo mucho. Nunca acabaré contenta si meto 20 puntos y capturo muchos rebotes. ¿Que ganamos? Pues me digo: "De acuerdo. Centrémonos en el siguiente partido". No me verás decir que estoy conforme. 

—Sólo piensas en el futuro. 
¡Por supuesto! Nunca estoy satisfecha con mis partidos. 

—¿Jamás juegas bien?
A veces... [Me río]. Hoy no estoy feliz con los árbitros, pero sí con la victoria y con haber cogido dos o tres rebotes importantes en los últimos minutos. Ése es mi cometido.   

—El Uni Girona te llama cuando tiene problemas. 
[Risas]. ¡Sí! ¡Lo sé! El club necesitaba fortaleza y yo, también. Hemos jugado bien juntas. Sin ser un equipo no habríamos vencido al Valencia Basket.  

—¿Aceptaste rápido la oferta del Uni Girona?
Me puse muy contenta con la propuesta del Uni, mi equipo favorito. ¿Sabes? Llevo a Girona en el corazón. Cuando me llamaron, llevaba una temporada sin jugar. He tenido muchos problemas físicos y personales. Llegué a pesar 125 kilos. Le dije al Uni Girona: "No puedo jugar". Y ellos me contestaron: "Grábate para que te veamos. Así podremos decidir si puedes o no hacerlo". Le pasé el vídeo a mi agente y éste al club, que me contestó: "Confiamos en tu fortaleza mental y física. Cuando pierdas algo de peso, estarás en forma. Te queremos, Mima". Y les pregunté: "¿Estáis seguros? De acuerdo. Yo amo a Girona. No hay problema". Pero...

—¿Qué pasó?
Después, un equipo francés se puso en contacto con mi agente y tuve otra oferta de Turquía... Pero yo quería competir en Girona. Para mí el Uni Girona es un club muy familiar. No es simplemente baloncesto, baloncesto y baloncesto. Me encanta este club. 

—¿Qué has aprendido de tu hermana Mariam Coulibaly? 
[Se ríe]. Las dos somos luchadoras, aunque muy diferentes. Mariam puede lanzar de dos y de tres. A veces pienso que tendría que ser igual de polivalente que ella, pero me es casi imposible tirar triples en los partidos.  

—¿Tu próximo objetivo es hacerlo? 
Mi gran deseo es jugar bien y completar una buena temporada. Ser regular. Cuando finalice la temporada, quiero competir en la WNBA. O volver a África. Si me fichan en la WNBA, no me dejarían jugar con mi selección. 

—¿Qué es Mali para ti?
Mi madre, mi país... Gracias a las muchas experiencias que sumé con la selección de Mali me llamaron para jugar en Europa.  

—En tu país una de cada cinco personas necesitan ya ayuda humanitaria. 
Es una situación dura y cruel. Muchas jugadoras africanas tenemos asociaciones para ayudar a la juventud, a las viudas, a las personas enfermas... No es sencillo, pero intentamos aportar nuestro granito de arena.   

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