Triguero, Suárez, Mirotic y Urtasun observan la trayectoria del balón - ACB Photo. |
Por TONI DELGADO desde el Palau Sant Jordi de Barcelona
Tiene el Madrid un fondo de armario mucho más amplio del que había mostrado en cuartos de final ante el Fuenlabrada, ante el que le bastó que se lucieran Reyes y Velickovic. Unas posibilidades de piezas que sí se reflejaron en su triunfos en semifinales, una victoria más coral y repartida entre jugadores que hicieron de todo y para todos. Los mayores focos recayeron en la tripleta formada por Llull, Mirotic y Suárez sin olvidar el trabajo impagable bajo el aro de Begic, mientras que los mencionados Reyes y Velickovic fueron reservados por Laso y apenas participaron en el triunfo ante un Banca Cívica modélico, capaz de remontar una desventaja de 16 puntos en el segundo cuarto y que trató de reponerse en el último después de estar 15 por debajo. Pero el Madrid resistió y jugará la final de Copa esperada tras el sorteo ante el Barça. Será el duelo por el trono del torneo, pues ambos equipos son los que tienen más trofeos (22).
Un Llull enchufado es una explosión de baloncesto, lo más parecido a un globo a punto de explotar. El ex jugador del Manresa dirigió el cotarro en una puesta en escena tan acelerada como acertada de un Madrid muy efectivo desde los 6'75, pues metió seis de los siete primeros que lanzó (7/10 en la primera parte, 14/25 al final). La baza del partido era doblar a los exteriores y no tardó en leerlo el Banca Cívica, que se rehízo tras otro triple de Llull en el primer minuto del segundo cuarto (30-14). Hasta entonces todo transcurría a sabor de boca para el Madrid, feliz por la puntería de Carroll y Singler y con Mirotic luciéndose todo lo que había podido ante el Fuenlabrada.
La misma receta
Con la misma receta, con cinco triples -dos de English- y una canasta de Paul Davis, mermado por haber pasado la noche con calambre y, según su entrenador, “dopado como a un elefante”, firmó la remontada el Banca Cívica (40-41 a los 17m 13s) tras un parcial de 10-27. Faltaba otro triple más, de Tepic, para el conjunto sevillano antes de llegar al descanso (46-44).
El Madrid volvió de los vestuarios dispuesto a resolver su acceso a la final cuanto antes y aparecía que lo iba a conseguir de la mano de Mirotic y Suárez, en estado de gracia y que se repartieron cuatro triples en el tercer cuarto para volver a distanciar a su equipo, esta vez por 15 puntos (74-49 a los 27m 38s). Pero ni por esas desfalleció un Banca Cívico mayúsculo mentalmente, fantástico. Resurgió English, al que sólo paró la mala suerte: al canadiense se le salió el hueso del dedo corazón de la mano izquierda y pudieron colocárselo. Terminado el partido tenía la mano llena de hielos y por la otra estaba hablando por el móvil.
No le faltó comunicación al conjunto sevillano. Jasen reemplazó a English y se apuntaron al reto Urtasun, Satoransky y sobre todo Triguero, que puso el 79-72 a 5m 1s. Le quedaba tiempo al Banca Cívica, pero el Madrid, resguardado por su tripleta, no le dejó ninguna opción de conseguirlo pese a la visión de Calloway (9 asistencias) y pese a haber sido tan valiente y poderoso. ¿Cómo se construye un equipo así? “Haciendo que la gente se respete un poco más, que se identifique con el proyecto”, contestó a este periodista Plaza.
MADRID 92 (27+19+30+16): Llull (17), Singler (10), Suárez (13), Mirotic (21) y Begic (9), -quinteto inicial-, Tomic (4), Carroll (9), Sergio Rodríguez (5), Reyes, Velickovic (2) y Pocius (2). BANCA CÍVICA 84 (14+30+16+24): Calloway (11), Urtasun (5), Tepic (8), Rubio (7), Davis (4), -quinteto inicial-, Triguero (12), Satoransky (5), Jasen (8), Bogdanovic (13), English (11), Izquierdo y Sastre.
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