Alonso festeja su triunfo en el podio de Sepang. |
Preguntarle a alguien que está nervioso si lo está es una invitación a que todavía se sienta todavía más inseguro. Y algo parecido hizo el ingeniero de Sergio 'Checo' Pérez (Guadalajara, México, 1990), cuando el piloto de Sauber llevaba un buen rato acosando a Fernando Alonso, al que le había recortado casi siete segundos y tenía a tiro. “Tranquilo, tranquilo. Necesitamos esa posición”, le dijeron en la radio al piloto mexicano, que se destempló y metros después hizo una pequeña excursión fuera del trazado. Un error suficiente para que Alonso se escapase para lograr una victoria impensable por las características de su F2012 y que sólo se explica desde el talento del bicampeón y desde el cielo, pues la lluvia fue un actor decisivo y obligó a suspender el GP de Malasia durante más de media hora. Alonso, nuevo líder del Mundial con 35 puntos tras su tercer triunfo en Sepang y el primero del curso, sacó provecho de dichas condiciones extremas en un día en el que un secundario como Karthikeyan, sin querer, le hizo un par de favores al asturiano embistiendo por detrás a Button y a Vettel, que tuvieron que pasar por boxes y no puntuaron. Pérez, inmenso, conservó la segunda posición -“bestial, increíble”, describió Jaume Sellarès, su mánager- y logró el séptimo podio de la historia de Sauber, que no subía al cajón desde el GP de EE UU de 2003, cuando Frentzen fue tercero. Ésa fue la posición en Sepang de Hamilton, segundo en la clasificación con 30 puntos y que como pasó en Melbourne había partido desde la pole.
Había dicho Alonso que el objetivo de Ferrari era pasar lo mejor posible las dos primeras carreras y llegar a China con un monoplaza mejorado y llegarán con Alonso como líder. Tan contento estaba el asturiano que confesó que no sabía dónde aparcar el F2012 tras la carrera porque no se acababa de creer que debía hacerlo. El equipo tomó las decisiones en los momentos “oportunos”, como hacer la última parada una vuelta antes que Pérez y supo “mantenerse relajados incluso pese a las condiciones”. Alonso, consciente de que “no tenemos un coche para estar entre los tres mejores” ya había hecho otra salida tremenda avanzando tres posiciones para situarse quinto y en la 16ª vuelta ya se puso primero después de calzar los intermedios y siendo más rápido en boxes que Hamilton, justo antes de que Karthikeyan arruinase la carrera de Button. Por entonces la carrera se había suspendido, el coche de seguridad había aparecido un par de veces y el público, a falta de espectáculo, aplaudía a rabiar el desfile de pilotos con paraguas.
Las peripecias de Massa
Felipe Massa había sido de los primeros en poner los intermedios y llegó a alcanzar la octava plaza, pero los problemas con la neumáticos de extrema lluvia, la pericia de los rivales Di Resta, Vergnie o Riccardio- y los propios despistes -se salió del trazado- le hicieron acabar el 15º. Felipinho está en el ojo del huracán y entre los candidatos para sustituirle el próximo curso se encuentra Checho Pérez, que fue el único que puso nervioso a Alonso y que se convirtió en el primer mexicano desde el GP de Holanda que llegó a liderar una prueba. Lo hizo cuando Alonso estaba en boxes. Vettel tardó demasiado en hacer sus paradas y el actual bicampeón no se sentía cómodo en Sepang y, para colmo, recibió un buen golpe por detrás de Karthikeyan a ocho vueltas para el final y cuando iba quinto. El alemán no pudo puntuar -fue 11º y Button, 14º y desde la radio le exigieron que parase en el último giro: algo “urgente” sucedía en el RB8. Su compañero Webber fue cuarto. Schumacher acabó décimo.
En el último tramo Alonso supo administrar su ventaja sobre Pérez, que llegó a ponerse en su cogote después de una gran remontada y ceder más de siete segundos. Ambos exprimieron al máximo el DRS, en una bella batalla, decantada por el asturiano después de la excursión del mexicano. Así que Alonso celebró una victoria imprensable, “sorprendente”, la 28ª en su carrera, con lo que se convierte en el quinto piloto con más victorias de la historia. “Hubiese sido mi sueño ganar a Fernando en estas condiciones, pero algún día ganaré”, sentenció Pérez, el otro gran protagonista de una prueba caótica: “Le dedico esta carrera a Frida, mi perrita, que se murió hace poco; a toda mi familia; a toda la gente que me ha apoyado en las buenas y en las malas; a Carlos Slim, que ha hecho un gran trabajo para que yo esté aquí; y en especial a Dios y a mi familia”.
Había dicho Alonso que el objetivo de Ferrari era pasar lo mejor posible las dos primeras carreras y llegar a China con un monoplaza mejorado y llegarán con Alonso como líder. Tan contento estaba el asturiano que confesó que no sabía dónde aparcar el F2012 tras la carrera porque no se acababa de creer que debía hacerlo. El equipo tomó las decisiones en los momentos “oportunos”, como hacer la última parada una vuelta antes que Pérez y supo “mantenerse relajados incluso pese a las condiciones”. Alonso, consciente de que “no tenemos un coche para estar entre los tres mejores” ya había hecho otra salida tremenda avanzando tres posiciones para situarse quinto y en la 16ª vuelta ya se puso primero después de calzar los intermedios y siendo más rápido en boxes que Hamilton, justo antes de que Karthikeyan arruinase la carrera de Button. Por entonces la carrera se había suspendido, el coche de seguridad había aparecido un par de veces y el público, a falta de espectáculo, aplaudía a rabiar el desfile de pilotos con paraguas.
Las peripecias de Massa
Felipe Massa había sido de los primeros en poner los intermedios y llegó a alcanzar la octava plaza, pero los problemas con la neumáticos de extrema lluvia, la pericia de los rivales Di Resta, Vergnie o Riccardio- y los propios despistes -se salió del trazado- le hicieron acabar el 15º. Felipinho está en el ojo del huracán y entre los candidatos para sustituirle el próximo curso se encuentra Checho Pérez, que fue el único que puso nervioso a Alonso y que se convirtió en el primer mexicano desde el GP de Holanda que llegó a liderar una prueba. Lo hizo cuando Alonso estaba en boxes. Vettel tardó demasiado en hacer sus paradas y el actual bicampeón no se sentía cómodo en Sepang y, para colmo, recibió un buen golpe por detrás de Karthikeyan a ocho vueltas para el final y cuando iba quinto. El alemán no pudo puntuar -fue 11º y Button, 14º y desde la radio le exigieron que parase en el último giro: algo “urgente” sucedía en el RB8. Su compañero Webber fue cuarto. Schumacher acabó décimo.
En el último tramo Alonso supo administrar su ventaja sobre Pérez, que llegó a ponerse en su cogote después de una gran remontada y ceder más de siete segundos. Ambos exprimieron al máximo el DRS, en una bella batalla, decantada por el asturiano después de la excursión del mexicano. Así que Alonso celebró una victoria imprensable, “sorprendente”, la 28ª en su carrera, con lo que se convierte en el quinto piloto con más victorias de la historia. “Hubiese sido mi sueño ganar a Fernando en estas condiciones, pero algún día ganaré”, sentenció Pérez, el otro gran protagonista de una prueba caótica: “Le dedico esta carrera a Frida, mi perrita, que se murió hace poco; a toda mi familia; a toda la gente que me ha apoyado en las buenas y en las malas; a Carlos Slim, que ha hecho un gran trabajo para que yo esté aquí; y en especial a Dios y a mi familia”.
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