El bicampeón
alemán se coloca a 29 puntos de Alonso, tercero y beneficiado por la retirada
de Hamilton en Marina Bay
Vettel y Alonso se saludan tras la carrera - EFE. |
Se las prometía muy felices Lewis Hamilton superado un tercio del GP de Singapur. “Iba a velocidad de crucero hacia la victoria”, pretendía el británico lograr la cuarta de la temporada y la 12º en las 24 ocasiones que ha partido como primero. Quizás olvidó que el circuito de Marina Bay es sinónimo de contratiempos, sorpresas y percances, con un punto negro, el Crashgate, la lamentable pantomima de Briatore y Nelsinho Piquet, que firmó su adiós en la Fórmula 1. Hamilton no se salvó del gafe de una carrera que los pilotos quieren acortar por su exagerada dureza y se quedó helado cuando comprobó que su caja de cambios se había roto. Es la cuarta retirada este curso del piloto de McLaren este curso, con lo que que tiene difícil reengancharse al Mundial con tantos ceros ante Fernando Alonso, muy regular –sólo no puntuó en Spa, cuando fue arrollado por Grosjean– y que de nuevo estrujó al máximo al F2012 con un meritorio tercer puesto en una prueba con dos apariciones del coche de seguridad que ganó quien pasa a ser su inmediato perseguidor, Sebastian Vettel. Hacía más de cinco meses que no vencía el piloto de Red Bull –“increíblemente contento”–, que se coloca a 29 puntos de Alonso, histórico con su 81º podio, uno más que Ayrton Senna. Jenson Button fue segundo.
Seis abandonos hubo en Singapur y dos accidentes, el de Karthikeyan y el Michael Schumacher embistiendo a Vergne –muy deportivo dándole una palmada en la espalda a Schumi–, provocaron la salida del coche de seguridad dos veces, cosa que hizo que no se completasen las 61 vueltas previstas, sino que se diese por finalizada la prueba a las dos horas, el tiempo máximo señalado en el reglamento. En la primera aparición del safety car Alonso perseguía con insistencia a Pastor Maldonado, que después de hacer una nueva parada en boxes tuvo que abandonar por un problema hidráulico, con lo que el venezolano no puntúa desde su triunfo en Montmeló. Cuando Schumacher cometió su error Alonso era virtualmente tercero y su compañero en Ferrari, Felipe Massa, 16º después de haber salido 13º y de bajar hasta la 21ª posición en una salida en la que se abrió demasiado y se quedó encerrado. Felipinho fue utilizado como conejillo de indias por su equipo y no tardó en calzar las gomas duras, con las que se convirtió en el piloto más rápido en pista rodando el último. El baile en garajes y los percances y adelantamientos al límite como el que le hizo a su compatriota Bruno Senna permitieron a Massa protagonizar la remontada de la jornada para acabar octavo y en zona de puntos.
Homenaje a Sid Watkins
Y diez puntos son los que le recortó Vettel a Alonso con su victoria, que dedicó al neurocirujano Sid Watkins, una institución en la Fórmula 1 y quien atendió el día fatal a Ayrton Senna. Vettel sacó a relucir su dedo índice reivindicativo y acarició su monoplaza con cariño. Escoltado por Button y Alonso en el podio, el alemán estaba al borde de la lágrima cantando el himno de su país, ya que seguramente no esperaba un día tan propicio. Segundos antes Hamilton se lamentaba de su suerte, un buen regalo de Alonso, que celebró, micrófono en mano, que en las últimas carreras sus principales rivales hayan tenido que abandonar. No lo ha hecho Raikkonen, sexto en Marina Bay, y el único que no falla junto al asturiano, pero a Ice Man le falta un triunfo que le haga ser un opositor más firme, lo que tampoco está logrando ser Webber, décimo y ya a 61 puntos de Alonso.
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