Massa y Vettel se felicitan tras el GP de Japón. |
Parece
un tipo tímido, tranquilo y detallista. Un padre de familia discreto que se
gana la vida pilotando un Ferrari y es apreciado en el paddock. Por eso
Fernando Alonso y Michael Schumacher no dudaron en ponérselo en los
hombros el 27 de agosto de 2006. Un acto de aprecio a Felipe Massa
(São
Paulo, Brasil, 1981), que acababa de lograr en Turquía su primera
victoria en la Fórmula 1 en su temporada de estreno en la escudería
de Maranello y teniendo como compañero de equipo a Schumi, el mejor
piloto de todos los tiempos. A su pesar, Massa está acostumbrado a
vivir aparcado de los focos, tanto que en la última carrera del
Mundial de 2008, cuando se estaba jugando el título con Lewis
Hamilton, algún diario publicó ese día entrevistas con el británico dando a entender que el brasileño no tenía nada que hacer.
Pero Felipinho se hizo con la pole y ganó en Interlagos ante su
público, aunque le sobró la última curva para coronarse campeón.
Lo fue durante unos segundos, los que le duró la alegría de ser el
rey. Hay quien olvida ese momento o que estuvo al límite de la
muerte con su accidente en Hungaroring el curso siguiente. O en su
reaparición fue segundo en Bahréin, un ejemplo de superación
minimizado porque aquel día Alonso ganó en su estreno en Ferrari,
que instaría carreras después a Felipinho a dejarse adelantar en
Hockenheim cuando iba primero. De aquel 2010 databa el último podio
de Massa, de Corea del Sur, de dos años. Hacía 35 carreras que
Felipinho anhelaba ese momento y llegó en Suzuka, en un día nefasto
para Alonso, a quien vio hacer un trompo a su izquierda después de
que Kimi Raikkonen le embistiese por detrás y el asturiano pinchase
después una rueda. Un regalo para Sebastian Vettel, que no tuvo
problemas para continuar con la primera posición que atesoraba desde
la calificación y reducir a sólo cuatro puntos la diferencia con
Alonso por el liderato. Resultó un recreo para Vettel y agua bendita
para Massa, segundo y muy cariñoso con Kamui Kobayashi. Fue el
primero en ir a felicitar dándole en el casco al japonés,
emocionado por su primer podio en el Gran Circo y en el gran premio
de su país.
Massa
se contuvo hasta que le dieron la copa como segundo clasificado.
Entonces se saltó el protocolo y se bajó un momento del podio para
jugar con la botella de champán, antes de que le entrevistara Jean
Alesi, un ex Ferrari que le felicitó –“estoy feliz por ti,
Felipe”–. “Estoy contento porque he podido evitar los
accidentes –pudo esquivar el de Grosjean, otra vez él, con Mark
Webber–”, reconoció Massa, hábil para colocarse ya cuarto en la
segunda vuelta después de salir décimo y ganarse el segundo
puesto alargando dos giros la primera parada para sacar el máximo
partido a las gomas blandas y superar a Jenson Button, cuarto y de
nuevo con problemas en la caja de cambios –estrenaba una nueva tras
romperla en Singapur–, y a Kobayashi. El piloto japonés, que dio a
Sauber sus primeros puntos desde el triunfo de Pastor Maldonado
–octavo en Suzuka–, empezó a perder comba con Massa después de
que éste encadenase dos vueltas rápidas, en las vueltas 20 y 21. Justo antes de que Checo Pérez, el piloto que tanto había sonado
para sustituir al brasileño en Ferrari el curso que viene, cometiese
un error y tuviese que abandonar, con lo que Felipinho le adelanta en
la general y se coloca noveno. Otro empujón más para ganarse su
renovación con Ferrari, dada por imposible durante casi toda la
temporada por gran parte de prensa y aficionados. Tampoco le ayudó su inicio, con dos puntos en las cinco primeros carreras. En las cinco últimas acumula 46 de sus 69 puntos.
Un
mini campeonato
El
momento en el que Massa hizo su segunda y última parada Alonso
hablaba ante los medios con un discurso histórico –“llevo años
a 50 puntos del primero y ahora estoy con cuatro puntos más”–,
políticamente correcto –“creo que Raikkonen me tocó por detrás
y pinché”–, optimista –“me tomo estas últimas cinco
carreras como un mini campeonato, a ver quién lo hace mejor”– y
dando una de cal y una de arena a Massa, a quien nunca ha considerado
como rival desde que pilota en Ferrari –“creo que son un poco las
casualidades de la carrera que Felipe esté segundo. Gente con coches
mejores no han dejado de cometer errores (…) [El segundo puesto] es
gracias al buen trabajo de Massa”–.
La
antítesis de Alonso era Vettel, eufórico tras su segunda victoria
consecutiva y la tercera de la temporada, las mismas que el asturiano
y Hamilton, quinto días después de anunciar su compromiso con
Mercedes, que ya no contará con Schumacher, quien se retirará a
final de temporada y confluyó 11º después de salir 23º. Está
contento con la remontada de su amigo Vettel, que le ha recortado 35
puntos a Alonso en dos citas y quedan 125 puntos en juego: “No sé
qué puede pasar en las próximas carreras”.
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