El Madrid desmonta al CAI Zaragoza con
el base canario como hilo conductor y está a un paso de la final de
la Liga ACB (93-65)
Sergio Rodríguez celebra un triple - ACB Photo / Á. Martínez. |
“Sergio, vas a debutar”
o algo parecido le dijo Pepu Hernández a la última perla del
Estudiantes. Y el chaval, Sergio Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife,
1986), salió al Palau Blaugrana con desparpajo y ajeno a lo que
acababa de ver desde el banquillo: una tángana que acabó con dos
antideportivas a De la Fuente y Carlos Jiménez y otro par de
descalificantes a Ilievski y Brewer. Quedaban 26 segundos en el
quinto y definitivo partido de la final de la Liga ACB de la
temporada 2003-2004 –que acabó llevándose el Barça de Pesic y Bodiroga– y el debutante, que había cumplido los 18 años
el día anterior –el 12 de junio– y que se fue por velocidad de
Nacho Rodríguez y se coló entre Femerling. Fue una entrada
explosiva, la primera acción en el torneo de Sergio Rodríguez, a
quien unos meses después y tras una excelente actuación ante los
azulgrana, se cansó de repetir que no reparaba en la NBA: “¿Cómo
voy a pensar en eso? Acabo de debutar en la Liga ACB y no he
conseguido nada”. Ya le llamaban Magic Rodríguez y Showtime
Rodríguez: “Son cosas de la prensa”. Una prensa fascinada por
aquel jovencuelo capaz de cualquier cosa que dos cursos después fue
escogido en el puesto 22 del draft por Portland y aterrizó en la
Liga estadounidense, donde mostró su talento a cuentagotas. El
Sergio Rodríguez de ahora y en concreto el de esta temporada ha
recuperado su esencia: frescura, inteligencia, talento y generosidad.
El Chacho anotó 11 puntos repartió ocho asistencias, dos más que
un CAI Zaragoza minimizado en todo momento (93-65) y que ve cómo
tiene la serie de semifinales 2-0 en contra.
“No quiero ver más ni
una bandeja de Sergio Rodríguez. Es fácil”, pidió a sus
jugadores José Luis Abós, cansado de los puntos del base canario en
un día muy productivo para todo el Madrid, lanzado desde el primer
instante y con Rudy, después del costalazo del jueves, como titular.
No tardó en reemplazarle Carroll, que se presentó con un triple, un
argumento de peso del conjunto de Pablo Laso (15/32), peleado de
nuevo con los tiros libres (6/13). La única fisura de un Madrid
hambriento en el que habían anotado siete jugadores en el primer
cuarto (24-13).
Corría como le gusta el
Madrid y con Sergio Rodríguez de director de orquesta mientras el
CAI Zaragoza era un simple espectador de la fogosidad de Carroll,
casi perfecto con 18 puntos (3/3 en tiros de dos y 4/5 en triples).
Solo Van Rossom, Roll y Pablo Aguilar replicaban en los locales, que se
fueron al descanso 49-35 por debajo y tras la vuelta de los
vestuarios se vieron arrollados por los triples de Llull y Darden y
los puntos de Mirotic. No había noticias de Jones y Rudez no se
estrenó hasta el último tramo del tercer cuarto. Golubovic se
mutiplicó, Llompart sacó su orgullo y Sergio Rodríguez, la
chistera, para continuar maravillando y poner la máxima ventaja de
su equipo (91-57 a 3m 54s). Fue un festival con su aroma.
MADRID 93
(24+25+25+19): Llull (6), Fernández (10), Suárez (10), Mirotic
(10) y Begic (8) -quinteto inicial-; Rodríguez (11), Carroll (18),
Draper (6), Darden (5), Slaughter (4), Reyes (5) y Hettsheimeir (-).
CAI ZARAGOZA 65 (13+22+14+16): Van Rossom (10), Roll (10),
Toppert (3), Aguilar (10) y Jones (2) -quinteto inicial-; Stefansson (),
Rudez (5), Llompart (12) y Golubovic (11) y Fontet (2).
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