El tirador estadounidense, principal favorito para el concurso de triples, lidera el festival de tiros de tres de un Madrid ante un Bilbao Basket sin alma (100-61)
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| Carroll, en una acción del partido - ACB Photo. |
En menos de 24 horas le espera un concurso, el de triples, que le hace especial ilusión y para el que es el principal favorito. Jaycee Carroll (Laramie, Wyoming, EE UU, 1983) es un tirador nato que a lo largo de sus temporadas en la Liga ACB ha demostrado que tiene una puesta en escena letal. Que es capaz de anotar con la misma naturalidad con la que respira. Esta vez fue entrar por Rudy y lo primero que hizo Carroll fue meter dos triples
seguidos y todavía le dio tiempo de anotar un tercero -acabó con un 6/8- antes de que acabase el primer cuarto (25-24). El único período en el que fue competitivo un Bilbao Basket sin alma y cosido a triples por un Madrid que sumó 19 para quedarse a uno de igualar el récord de la Penya el curso pasado y plantarse en la final de la Supercopa ACB de Vitoria. Rafael Pueyo no pudo tener un estreno más indigesto como primer técnico de un equipo repleto de nuevas piezas (100-61).
Carroll debe ser una pieza capital para su equipo por su instinto y su capacidad de entenderse con el resto de compañeros. Un grupo en el que sigue destacando Sergio Rodríguez, tocado de nuevo por una varita mágica y capaz de repartir hasta 12 asistencias, dos más que un Bilbao Basket que perdió 20 pelotas y se quedó sin aire ni ideas en cuanto Roger Grimau y Mumbrú, que anotó de carrerilla 10 de los primeros 15 puntos de su equipo, dejaron de meter canastas. Empezó el recital madridista: desde Rudy a Carroll pasando por Mirotic. Estos dos últimos anotaron 18 puntos cada uno en un partido en el que se llegó al descanso con un claro 53-35.
No hubo más partido que el que quiso el Madrid, insaciable pese a su margen y dispuesto a batir la marca histórica de triples gracias a la excelente muñeca de Llull (4/5), Mirotic (3/5), Rudy (2/4)... También brilló un jovenzuelo como Dani Díez, relevo de un Carlos Suárez del que Pablo Laso no sacó partido y una de las pocas caras junto a Mejri y Bourousis, muy poderosos en la pintura ante un rival en el que solo Mumbrú, Germán Gabriel y Kavaliauskas se salvaron. Katsikaris vio desde la grada la debacle del equipo que entrenaba hasta hace unos meses y el que fue subcampeón de la Eurocup el curso pasado y de la Liga ACB en 2011.
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