Eidson protege el balón ante Prigioni -EFE. |
Manteniendo la base y con algunos retoques el Madrid tiene un grupo joven para competir por todo en los próximos años, pero ahora su presencia en la Final Four de la Euroliga de Barcelona era toda una extravagancia, pues por el camino se habían quedado plantillas superiores, como la del Olympiakos o la del propio organizador, el Barça. Ante el Maccabi de Tel Aviv se vio un conjunto blanco con dientes de leche, muy blandito cuando su quinteto inicial no estuvo en pista y con un banquillo minúsculo que aportó únicamente cinco puntos. Los suplentes del rival contabilizaron 19, la cifra de tantos perpretrada por el agitador de la noche, Eidson, el máximo responsable de la contundente derrota por 82-63 del Madrid, descompuesto en una segunda parte muy desigual.
Al Madrid, el club más condecorado del torneo, le falta recorrido. Sólo dos jugadores habían jugado la fase final de la copa más golosa del continente y hasta tres, Velickovic, Begic y Vidal no intervinieron ni un minuto en el partido. Circunstancia a la que hubo que añadir que a Sergio Rodríguez y a Mirotic el aro se les hiciese más pequeño y saliesen a la pista acongojados, agobiados por la repercusión de una cita mayúscula. Tampoco rindieron ni Llull ni Suárez, dos de las piezas fundamentales del que fue el segundo proyecto de Messina en la capital. El entrenador italiano se marchó hace dos meses sin explicar los motivos y presenció en la grada del Palau Sant Jordi cómo se descomponía el equipo, dirigido por un eterno técnico ayudante como Lele Molin y debutante en una gran cita, se tambaleaba tras el descanso.
Reyes y Tomic
Antes, el Madrid, de negro y de visitante, perdedor en número de aficionados, había sabido mantenerse en el partido gracias a Reyes, omnipresente, y a Tomic, un pívot con poco músculo y muchos recursos, tantos como para hacerse un hueco ante una mole como Schortsanitis, la eterna promesa del baloncesto europeo que está cuajando su mejor temporada. Baby Shaq hacía daño en la zona y Pargo y Prigioni, cargado muy pronto de personales y que encadenó dos triples en el primer momento incómodo para su equipo, se discutían el mando. Sin hacer mucho ruido tanto Eidson como Hendrix avisaban de lo que vendría después (30-31, minuto 20).
Poco a poco el conjunto de Molin se fue marchitando, aunque festejase tres triples en un plis-plas, llegasen por fin los primeros puntos de Suárez y Llull comenzase a carburar. El partido estaba a punto de desequilibrarse bruscamente por la inexperiencia de los blancos y la pericia de un treintañero como Eidson, que se marcó seis puntos en el último tramo del final del tercer cuarto. Los últimos tres del estadounidense marcaron el devenir del encuentro y confirmaron la candidez del Madrid: Fischer, tan nulo como Tucker, sacó de fondo para Sergio Rodríguez sin fijarse y Eidson cogió el rebote y forzó la personal. El poco acierto del Maccabi Tel Aviv con los tiros libres había impedido que la distancia no superase los dos dígitos (55-47 a los 29m 50s).
Ahí se acabó el Madrid, desmontado por un Eidson que sólo falló dos canastas y acabó con 33 de valoración, mareado por Pargo y machacado por Baby Shaq. Los blancos, el único equipo ACB de los cuatro que alcanzaron los cuartos de final, comenzarían el último período con un parcial definitivo de 16-4. "En defensa hemos estados débiles", resumió con acierto el capitán Felipe Reyes, que tenía la ilusión de ganar el único gran título que le falta además del oro en unos Juegos Olímpicos. En las horas previas había dicho que era más difícil llegar a la Final Four que ganarla. Lo primero ya era una proeza para este equipo lleno de jóvenes con talento que necesitan experiencias similares para curtirse y que les salgan los dientes. Mientras, Maccabi y Panathinaikos, vencedor por 77-69 ante el Panathinaikos de Obradovic se disputarán la Euroliga.
MACCABI TEL AVIV 82 (14+18+23+27): Pargo (13), Eliyahu (1), Pnini (14), Eidson (19) y Schortsanitis (16) -quinteto inicial-, Hendrix (6), Sharp (3), Blu (10), Burstein y Macvan. REAL MADRID 63 (12+17+18+16): Tomic (17), Prigioni (9), Reyes (15), Suárez (8) y Llull (9) -quinteto inicial-, Mirotic, Rodríguez, Fischer (2) y Tucker (3). Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Christos Christodoulou (GRE) y Zoran Sutulovic (MNE). Sin eliminados.
Al Madrid, el club más condecorado del torneo, le falta recorrido. Sólo dos jugadores habían jugado la fase final de la copa más golosa del continente y hasta tres, Velickovic, Begic y Vidal no intervinieron ni un minuto en el partido. Circunstancia a la que hubo que añadir que a Sergio Rodríguez y a Mirotic el aro se les hiciese más pequeño y saliesen a la pista acongojados, agobiados por la repercusión de una cita mayúscula. Tampoco rindieron ni Llull ni Suárez, dos de las piezas fundamentales del que fue el segundo proyecto de Messina en la capital. El entrenador italiano se marchó hace dos meses sin explicar los motivos y presenció en la grada del Palau Sant Jordi cómo se descomponía el equipo, dirigido por un eterno técnico ayudante como Lele Molin y debutante en una gran cita, se tambaleaba tras el descanso.
Reyes y Tomic
Antes, el Madrid, de negro y de visitante, perdedor en número de aficionados, había sabido mantenerse en el partido gracias a Reyes, omnipresente, y a Tomic, un pívot con poco músculo y muchos recursos, tantos como para hacerse un hueco ante una mole como Schortsanitis, la eterna promesa del baloncesto europeo que está cuajando su mejor temporada. Baby Shaq hacía daño en la zona y Pargo y Prigioni, cargado muy pronto de personales y que encadenó dos triples en el primer momento incómodo para su equipo, se discutían el mando. Sin hacer mucho ruido tanto Eidson como Hendrix avisaban de lo que vendría después (30-31, minuto 20).
Poco a poco el conjunto de Molin se fue marchitando, aunque festejase tres triples en un plis-plas, llegasen por fin los primeros puntos de Suárez y Llull comenzase a carburar. El partido estaba a punto de desequilibrarse bruscamente por la inexperiencia de los blancos y la pericia de un treintañero como Eidson, que se marcó seis puntos en el último tramo del final del tercer cuarto. Los últimos tres del estadounidense marcaron el devenir del encuentro y confirmaron la candidez del Madrid: Fischer, tan nulo como Tucker, sacó de fondo para Sergio Rodríguez sin fijarse y Eidson cogió el rebote y forzó la personal. El poco acierto del Maccabi Tel Aviv con los tiros libres había impedido que la distancia no superase los dos dígitos (55-47 a los 29m 50s).
Ahí se acabó el Madrid, desmontado por un Eidson que sólo falló dos canastas y acabó con 33 de valoración, mareado por Pargo y machacado por Baby Shaq. Los blancos, el único equipo ACB de los cuatro que alcanzaron los cuartos de final, comenzarían el último período con un parcial definitivo de 16-4. "En defensa hemos estados débiles", resumió con acierto el capitán Felipe Reyes, que tenía la ilusión de ganar el único gran título que le falta además del oro en unos Juegos Olímpicos. En las horas previas había dicho que era más difícil llegar a la Final Four que ganarla. Lo primero ya era una proeza para este equipo lleno de jóvenes con talento que necesitan experiencias similares para curtirse y que les salgan los dientes. Mientras, Maccabi y Panathinaikos, vencedor por 77-69 ante el Panathinaikos de Obradovic se disputarán la Euroliga.
MACCABI TEL AVIV 82 (14+18+23+27): Pargo (13), Eliyahu (1), Pnini (14), Eidson (19) y Schortsanitis (16) -quinteto inicial-, Hendrix (6), Sharp (3), Blu (10), Burstein y Macvan. REAL MADRID 63 (12+17+18+16): Tomic (17), Prigioni (9), Reyes (15), Suárez (8) y Llull (9) -quinteto inicial-, Mirotic, Rodríguez, Fischer (2) y Tucker (3). Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Christos Christodoulou (GRE) y Zoran Sutulovic (MNE). Sin eliminados.
No hay comentarios :
Publicar un comentario