Xavi Rabaseda machaca ante Kone - ACB Photo. |
“Esperamos muchas cosas de él. Lo conozco muy bien y siempre hemos pensado que era un jugador que tenía que llegar”, dijo Xavi Pascual en verano sobre Xavi Rabaseda (Ripoll, 1989), muy contento de poder volver al Barça tras su cesión en el Fuenlabrada. Meses después, en una entrevista de Jesús Pérez Ramos en Mundo Deportivo y preguntado sobre su rol en el equipo, Rabaseda lo tenía claro: “dar ese plus de espíritu de lucha, de ilusión, de energía, de ganas y con todo eso hacer una buena defensa. Y en ataque, todo vendrá solo, porque estoy rodeado de grandes jugadores”. Y esa fluidez es la que encontró el domingo en el Olímpic de Badalona, donde metió 14 puntos sin fallo -con 3/3 en triples- y la que volvió a hallar para fundir al Lucentum Alicante con su puesta en escena: tres triples sin error en menos de tres minutos (4/6, 16 puntos). Un golpe para el que el conjunto de Txus Vidorreta, mermado por las bajas de Freire y Urtasun y las circunstancias de Ivanov -tuvo fiebre hasta una hora antes del partido-, no tuvo respuesta. Los alicantinos estuvieron muy negados, incluso en uno de sus fuertes, el triple (2/17). Así que los azulgrana, que vencieron por 75-54, se permitieron el lujo de tomarse el partido como un banco de pruebas. Ya están en las semifinales de su Copa del Rey, donde se enfrentarán al Caja Laboral, ganador ante el Lagun Aro GCB (72-65).
Porque pocos equipos tienen tantos jugadores polivalentes como para intercambiar papeles sin que falle el engranaje, el de la mejor defensa de Europa con diferencia. El Barça es un muro y entre Ndong y Vázquez se encargaron de demostrarlo sumando gorros nada más empezar. Barnes, perdido durante todo el partido, fue el principal damnificado de un juego interior azulgrana excelente. Y diferente, pues Vázquez llegó al descanso (41-25) siendo el mejor repartidor con cuatro asistencias, mientras Xavi Pascual dosificaba a Navarro y ninguno de los bases del equipo, ni Sada ni Huertas, habían lanzado ni una vez en toda la primera parte. Todo lo contrario que en el Lucentum, más exigido y donde su director titular, Llompart -“hemos hecho lo que hemos podido”-, acumulaba siete tiros y ocho puntos. Él había sostenido a su equipo hasta la primera bomba de Navarro y la aparición estelar de Rabaseda.
Cuando no era Lorbek -máximo anotador con 17 puntos- era Ndong o Mickeal. El Barça funcionaba como una apisonadora y llegó a rondar las 30 puntos de margen (60-31 a los 28 minutos). Poco después Rabaseda avanzó por la línea de fondo y machacó a placer. Para entonces Ellis ya había llevado al banquillo a Ellis con un esguince en el tobillo izquierdo tras pisar mal y el Lucentum aprovecharía los últimos instantes para rebajar un poco la diferencia ante el enfado de Xavi Pascual, que al final dio carrete a Perovic, el único jugador convocado que no había podido participar en un partido sin demasiada historia y con un claro protagonista, Rabaseda, a quien la grada gritó “¡MVP! ¡MVP!”. Él, modesto y con los pies en el suelo, replicó: “Esos son palabras mayores”. Pascual no dudó elogiarle después: “Ha crecido mucho a base de trabajo, tanto ofensiva como defensivamente”. Y otro caramelo: “Creo que Rabaseda es un jugador más completo”. El comparado era... Basile.
Porque pocos equipos tienen tantos jugadores polivalentes como para intercambiar papeles sin que falle el engranaje, el de la mejor defensa de Europa con diferencia. El Barça es un muro y entre Ndong y Vázquez se encargaron de demostrarlo sumando gorros nada más empezar. Barnes, perdido durante todo el partido, fue el principal damnificado de un juego interior azulgrana excelente. Y diferente, pues Vázquez llegó al descanso (41-25) siendo el mejor repartidor con cuatro asistencias, mientras Xavi Pascual dosificaba a Navarro y ninguno de los bases del equipo, ni Sada ni Huertas, habían lanzado ni una vez en toda la primera parte. Todo lo contrario que en el Lucentum, más exigido y donde su director titular, Llompart -“hemos hecho lo que hemos podido”-, acumulaba siete tiros y ocho puntos. Él había sostenido a su equipo hasta la primera bomba de Navarro y la aparición estelar de Rabaseda.
Cuando no era Lorbek -máximo anotador con 17 puntos- era Ndong o Mickeal. El Barça funcionaba como una apisonadora y llegó a rondar las 30 puntos de margen (60-31 a los 28 minutos). Poco después Rabaseda avanzó por la línea de fondo y machacó a placer. Para entonces Ellis ya había llevado al banquillo a Ellis con un esguince en el tobillo izquierdo tras pisar mal y el Lucentum aprovecharía los últimos instantes para rebajar un poco la diferencia ante el enfado de Xavi Pascual, que al final dio carrete a Perovic, el único jugador convocado que no había podido participar en un partido sin demasiada historia y con un claro protagonista, Rabaseda, a quien la grada gritó “¡MVP! ¡MVP!”. Él, modesto y con los pies en el suelo, replicó: “Esos son palabras mayores”. Pascual no dudó elogiarle después: “Ha crecido mucho a base de trabajo, tanto ofensiva como defensivamente”. Y otro caramelo: “Creo que Rabaseda es un jugador más completo”. El comparado era... Basile.
BARÇA 75 (17+24+21+13): Huertas (2), Mickeal (7), Eidson, Lorbek (17), Ndong (10) -quinteto inicial-, Navarro (10), Fran Vázquez (8), Sada, Wallace, Rabaseda (16) y Perovic (5). LUCENTUM ALICANTE 54 (13+12+10+19): Llompart (14), Rautins (5), Dewar (7), Barnes (5), Ivanov (9) -quinteto inicial-, Stojic (4), Ellis (4), Kone (6) y Jódar. Árbitros: Hierrezuelo, García González y Cortés. SinIncidencias: Segundo partido de cuartos de final de la Copa del Rey jugado en el Palau Sant Jordi de Barcelona ante 14.500 espectadores.
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