13 testimonios y la propia protagonista repasan la trayectoria de la capitana del Cadí La Seu, de nuevo en las pistas tras superar su primera lesión importante
Georgina Bahí y Traoré, en la Final de la Lliga Catalana. Foto: M. A. Chazo / FCBQ. |
“Al principio se te hace te cuesta arriba porque no puedes estar en el día a día con las compañeras y te pierdes entrenamientos… Tienes muchas ganas de jugar y ayudar… Y no puedes… Es un poco frustrante”, concede Georgina Bahí (Girona, 1989). En el Antonio Magariños de Madrid, en el Open Day Liga Día, la capitana del Cadí La Seu observa cómo calientan sus compañeras, les dice frases cortas y les choca las manos. Será el primer partido en cuatro años que la pívot del Cadí La Seu se perderá un partido. Aunque le
comen los nervios por dentro, trata de que no se note fuera. Lo primero es el equipo.
Una semana antes, a los 6m 35s de la final de la Lliga Catalana ante el Uni Girona en el Pavelló Olímpic de Reus, Georgina Bahí, Geo, había hecho un gesto al banquillo para que la cambiasen. Llegó cojeando y con la cara descompuesta. Había tenido una sobrecarga días antes contra el Stadium Casablanca: “Noté que me había hecho bastante daño”. El diagnóstico, rotura de entre uno y dos centímetros en el gemelo y de cuatro en el sóleo. “Es la lesión que más tiempo me ha dejado fuera de las pistas [56 días]”, confiesa. Regresó el 19 de noviembre en el Bembibre Arena (dos puntos y otros tantos rebotes), sobresalió en casa ante el Estudiantes (12 tantos y siete capturas), y en Fontajau tuvo un encuentro más discreto (seis puntos y un rebote) en una tarde especial para el Uni Girona, que al descanso (44-22) retiró las camisetas de Noemí Jordana y Anna Carbó. Tras la derrota por 72-60, el Cadí La Seu se queda virtualmente fuera de una Copa de la Reina todavía sin sede.
Georgina Bahí sufrió por no poder ayudar a sus compañeras en la cancha, aunque desde el banquillo intentaba transmitirles “ganas e ilusión” y detalles que podían servirles. “Se puso las pilas como tercera entrenadora. Nos ayudaba en aspectos tácticos que quizás nosotras, con la adrenalina del partido, no éramos capaces de ver”, interviene su compañera Andrea Vilaró, que intentó que “relativizase y no le diese tanta importancia a la situación. Que se preocupase de recuperarse bien y sin prisas”.
Georgina Bahí en el Open Day Liga Día. Foto: Toni Delgado. |
Georgina Bahí tiene los pies en el suelo y, tras la marcha de Tania Pérez al Sleza Wroclaw polaco, ha asumido con naturalidad la capitanía en el Cadí La Seu. Andrea Vilaró la define como “tranquila, serena y madura” y defiende que el rol le ha venido como anillo al dedo porque aporta su experiencia a un grupo joven y nuevo: “No ha cambiado especialmente, aunque podría hablar un poco más, sobre todo en público. ¡Y eso no le gusta tanto!”. “Tania es muy expresiva y extrovertida, y yo, más bien lo contrario. De ella aprendí mucho. Trato de hacerlo lo mejor que sé”, explica Geo, que favorece que el grupo esté unido y sea generoso, que se sienta cómodo y bien. “Tiene la suficiente experiencia para ser una muy buena capitana. Me ayudó muchísimo cuando lo fuimos las dos en La Seu. Nuestra visión del baloncesto es muy parecida, aunque como tenemos un carácter diferente actuamos a nuestra manera”, interviene Tania Pérez, Titi para Bahí, que también es Titi para Pérez. “Nos llamamos así desde el principio y así será siempre”, explica la nueva jugadora del Sleza Wroclaw. Han compartido cuatro temporadas en el Cadí La Seu. Su amistad es sólida.
Para la exjugadora Vero Compañ, Georgina Bahí es Gigi: “Suelo poner apodos cariñosos a las personas importantes que han pasado por mi vida”. Coincidieron en Liga Femenina 2 en el Segle XXI, el centro de formación de referencia –“en esa época Geo era algo más tímida que ahora, pero igual de noble y buena persona”–, y en el Bàsquet Femení Sant Adrià, donde compartieron “un mini apartamento”, la “locura de horarios” entre la universidad y los entrenamientos (solían cenar a las 23.30) y la devoción por las siestas, que podían llegar a ser de ¡Tres horas y media! En ese Bàsquet Femení Sant Adrià también estaba también la exjugadora Cristina Garcia: “Geo era un seguro en la pintura y fue clave para conseguir la clasificación para la fase de ascenso. Nos hizo mejores a todas. Resultaba una aliada incansable que siempre sacaba algo positivo en la pista”. “Es una buena persona que juega muy bien al baloncesto”, expone Aleksandra Stanavec, base titular del CB Bembibre y excompañera suya en el Cadí La Seu. El equipo en el que compartió unos meses con Mireia Vila, alero del Bàsquet Femení Sant Adrià: “Tengo muy buenos recuerdos de Geo. Ayuda mucho a hacer grupo”. “Nunca ha sido muy de llamar la atención, pero siempre está dispuesta a ayudar a los demás”, amplía Vero Compañ.
“Siempre antepuso al equipo por encima de las metas individuales”, interviene Pepe Vázquez, técnico ayudante en el Perfumerías Avenida que la entrenó en el Ciudad de Burgos el curso 2013-2014. La temporada de explosión en la élite de Georgina Bahí, que venía de jugar menos de 14 minutos de media en el Cadí La Seu. Menos de 12 había disputado la temporada anterior, en su tercer curso en el Uni Girona, con el que, en el primero, había debutado en Liga Femenina en Würzburg. “Eran años complicados en su posición. Teníamos plantillas más amplias y con cuatro pívots. Eso hacía que resultase más difícil que dispusiese de más minutos, pero ella los aprovechaba con su versatilidad y buena mano desde la línea de triple”, expone Anna Caula, su entrenadora en esa etapa.
En Burgos, según Pepe Vázquez, “recuperó pronto esa confianza que dan los minutos en pista porque le avala su gran trabajo diario”. “Geo es una jugadora ambiciosa que siempre quiere más y no se conforma, y eso lo transmitía cada día en cada entrenamiento y partido. Aprendí mucho de ella. Siempre le desearé lo mejor”, recuerda Marta Tudanca, con quien coincidió en el Segle XXI. “Es una gran compañera, una esas jugadoras que siempre quieres que esté en tu equipo”, defiende Cristina Garcia (Bàsquet Femení Sant Adrià y Cadí La Seu). “Por su manera de hablar, expresarse y comportarse, es una líder”, expone Andrea Vilaró.
La pívot catalana es una esponja que lo absorbe todo y que desde el lunes se informa sobre el próximo rival y le pregunta detalles al técnico. “Resulta de gran ayuda para el entrenador. Da gusto dirigirla. Tiene pues tiene ganas de mejorar y pone las herramientas para conseguirlo. Se complementó a la perfección con Elonu. Resultó una jugadora fundamental”, expone Pepe Vázquez. “En Burgos crecimos todas mucho. Fue una gran temporada y Geo fue de menos a más. Su final de curso resultó impresionante”, interviene Andrea Vilaró. “Tiene una gran ética de trabajo que hace que resulte sencillo trabajar con ella. Es una jugadora afable que siempre suma en un equipo”, la describe Anna Caula. “Cuando empecé a entrenarla percibí que había que darle confianza para que pudiese sacar todo su juego y fuese una jugadora principal dentro del equipo”, expone Miguel Ángel Ortega, técnico del Perfumerías Avenida, que la dirigió en el Cadí La Seu.
Georgina Bahí, en la Copa de la Reina de Torrejón de Ardoz de 2014. Foto: Toni Delgado. |
“En Girona siempre se mostró muy cercana. A pesar de su edad, se veía su potencial. Si no recuerdo mal, tuvo a su lado a Gisela Vega y a Angel Robinson. Seguro que aprendió mucho de ellas”, interviene Íngrid López, aficionada del conjunto catalán, responsable de @des_ing2 y entrenadora de la escoleta de primero y segundo de Primaria en el colegio Dominiques de Salt. Donde Georgina Bahí se enamoró del baloncesto: “Me gustaba el fútbol por mi hermano [y no pudo practicarlo en el colegio porque no había equipo femenino]. Me lo pasaba muy bien en la pista. No tenía que pensar en nada, sólo jugar”. Tiene muy claro sus orígenes y asiste a los últimos entrenamientos de las categorías inferiores. Lo cuenta, de nuevo, Íngrid López: “Cuando ven que entra Geo, se ponen contentos y contentas, pero también nerviosos y nerviosas. Les impresiona su altura y que alguien de su cole haya llegado a ser profesional. En estas fiestas del baloncesto responde las preguntas que le hacen los niños y las niñas. ¡E incluso juega!”.
Aunque Georgina Bahí asegura que no es de tener manías, Andrea Vilaró, compañera suya en el Cadí La Seu, le ha detectado al menos una: “Se venda los pies siempre la primera, y no te pretendas colar”. A la pívot del Cadí La Seu le encanta la música catalana, pero “me adapto a todo lo que me ponen”. Otra vez es Vilaró quien concreta: “Tampoco le hace ascos al reguetón, y más después de haber compartido equipo con Tania [Pérez], Belén [Arrojo], Carla [Escuert] y yo”.
De canciones va la novatada que le hicieron las compañeras a Georgina Bahí, María Araújo y Bea Sánchez en la selección absoluta. Se disfrazaron y cantaron: “La verdad es que pasé mucha vergüenza, pero fue muy divertido”. “Se integró muy rápido en un magnífico grupo. Nos creó dudas de si entraba o no en la lista definitiva para el último Eurobasket. Trabajó muy bien y quizás el pequeño déficit físico en el cuerpo a cuerpo, pensando en jugar contra pívots europeas o nacionalizadas le cortó el paso en el último momento”, describe el seleccionador Lucas Mondelo.
Georgina Bahí en un partido con la absoluta ante China. Foto: Agencia LOF. |
Pese a su timidez, Georgina Bahí se abre al resto para que no les falta de nada. “Desde el primer día, me recibió muy bien. Siempre que necesitaba algo estaba ahí para ayudarme. Son detalles que nunca se olvidan y ahora los valoras incluso más. Ese pequeño gesto siendo tan pequeñitas y estando tan lejos de tu familia hacía que te sintieses como en casa”, valora la jugadora vitoriana del Araski Marta Tudanca, con quien coincidió en el Segle XXI.
En la pista Tudanca y Bahí compartieron en la pista uno de los momentos más importantes de su trayectoria deportiva: la final de la primera edición de la Superliga argentina (2015). El Unión Florida, de la vitoriana, contra el Deportivo Berasategui de Bahí y Tania Pérez, invicto tras 17 partidos. “Recuerdo un partido muy físico e intenso”, describe Tudanca. Mientras que Federico Toral, periodista deportivo de DIRECTV Sports y Deportv y experto en baloncesto femenino, destaca la experiencia en las finales de Unión Florida, que contase con una jugadora “diferente” como Melisa Gretter y el aliento del público: 3.500 personas en el Estadio de Obras: “No sé si llamarlo miedo escénico”. Deportivo Berasategui perdió su único partido. “Me hubiese gustado poder compartir esa copa con ella porque se lo merecía igual que yo por el torneo que había disputado”, se sincera Marta Tudanca.
Para Georgina Bahí y Tania Pérez Argentina fue su primera experiencia fuera de España. Su adaptación, según Federico Toral, fue “casi instantánea”. Y amplía: “Georgina sabía que el goleo pasaba por Andrea Boquete [con quien comparte vestuario en el Cadí La Seu] y Ornella Santana y supo llevar un rol de actriz de reparto. Era la encargada de cargar a los rebotes y trabajar en el costado defensivo. Pero sorprendió gratamente cuando conectó un par de triples, y empezó a gravitar en el goleo y se volvió fundamental en el torneo y en la Liga Sudamericana”. Federico Toral, que jugó 30 años en el Deportivo Berasategui, describe al club argentino: “Te acompaña y te hace formar parte de esa familia grande. Te brinda calidez, amistad y buena vibra en los partidos”. La entidad es Berazategui es un reflejo de la ciudad, “chica y muy cálida. Eran invitadas a cenar casi todos los días y compartían paseos por la ciudad y por la Capital Federal de Argentina”. “¡Fue una mini locura en nuestras carreras!”, recuerda Tania Pérez. “Fue una experiencia muy bonita. Conocíamos otro país, nueva gente, un gran club… Nos trataron como en casa”, recuerda Georgina Bahí. Puede que fuera en esa etapa la anécdota que rescata Tania Pérez: “Hombre, hay una muy buena. Ella me entenderá. “¿Me llevas o me traes azúcar? Aquella camarera no sabía que le pedía...”.
“Ha sido y sigue siendo una jugadora constante que cada año suma características técnicas y tácticas a su repertorio. Es polivalente e intuitiva, y si nos tuviésemos que quedar con un punto mejorable, sería su potencia física”, interviene Anna Caula, que la dirigió en el Uni Girona. “Tiene un talento innato en el juego sin balón y en lectura del juego, aspectos que ha ido mejorando. Desde muy joven ha tenido muy mano y también es una buena pasadora, aunque podría mejorar un poquito los pases en giro. Y, sobre todo, físicamente, para dar ese paso definitivo para ser mejor de lo gran jugadora que ya es”, interviene Lucas Mondelo. “A mi juicio, se ha convertido en una de las mejores 4 de la competición”, interviene Miguel Ángel Ortega.
Georgina Bahí vuelve a disfrutar en la pista. Lejos queda su primera gran lesión. Tiene un mensaje para las deportistas lesionadas, como su compañera Ariadna Puyol, Iulene Olabarria o Cristina Hurtado, capitanas del Donosti Basket y del Bàsquet Femení Sant Adrià, respectivamente: “Mucho ánimo. Esto sólo es una piedra en medio del camino. Seguro que volveréis más fuertes. Id restando días. Os esperamos para que deis guerra en la Liga Día”.
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