Cronómetro de Récords entrevista al entrenador del Stadium Casablanca
Fabián Téllez, tras el partido ante el Al-Qázeres. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado / Zaragoza
Fabián Téllez (Barcelona, 1972) examina minuciosamente las estadísticas del partido con mirada de cirujano. El técnico del Stadium Casablanca se fija primero en las valoraciones, "que hay veces que no son significativas, pero muchas sí", y después, en los detalles en los que se puede "escapar" un encuentro, como las pérdidas o los rebotes defensivos. Sólo a partir de entonces repara en los porcentajes. Fabián Téllez es generoso con las pausas y habla mucho con los ojos. Es un apasionado que nunca coge atajos y, aunque se deja el alma en lo que hace, parece que siempre le quede la sensación de haber podido dar más. "Gracias" es una de sus palabras de cabecera. Su equipo acaba de perder por 54-72 ante el Al-Qázeres en el Eduardo Lastrada.
—El Al-Qázeres ha tenido tiros de dos muy cómodos.
Y con un alto acierto. No estamos siendo sólidas ni respondiendo en defensa. Es indiferente que sea en toda la pista o en media. Si no aguantas un uno contra uno o no comunicas bien tras un bloqueo, concedes tiros liberados.
—¿El equipo tiene un colapso mental? ¿Le falta intensidad? ¿Confianza?
Estamos analizándolo. Si te soy sincero, tampoco sé la causa exacta. Nos afectan demasiado los tiros debajo de canasta que no cerramos... No estamos siendo fuertes mentalmente. Sabíamos que el grupo es joven y que podía adolecer un poquito de esto, pero no calculábamos la magnitud del problema.
—Habéis recibido un golpazo en el inicio del tercer cuarto. ¿Por qué no has pedido tiempo muerto antes?
Posiblemente me he retrasado. Íbamos siete abajo y han sido situaciones muy puntuales que no tenían que ver con la pizarra.
—¿Qué les has dicho ahora?
No suelo hablar después de los partidos. No es el mejor momento porque todas estamos en caliente. Ahora, durante el parón de las ventanas FIBA, tienen que descansar, intentar desconectar y volver a cargar las pilas. Después trataremos de detectar nuestros errores y dar con la tecla para evitar que esos bloqueos mentales nos duren tanto. Por plantilla podemos perder contra Al-Qázeres, aunque somos mejor equipo de lo que hemos demostrado. No hay excusas. El próximo reto es el Cadí La Seu.
—Me cuentan que eres súper metódico y que te dejas la vista viendo partidos. No miras el reloj.
Es así. Me siento un privilegiado. Ahora puedo dedicarme mañana y tarde a mi pasión, a lo que he amado siempre. No lo tengo que combinar con un trabajo de nueve horas delante de un ordenador.
—"Si una jugadora como Zoe Hernández necesita hacer una hora extra porque quiere y tiene que ser de 14.00 a 15.00 horas, pagaré un canguro de mi bolsillo para cuidar a mi hija antes de decirle que no", comentaste el otro día.
La cantera es muy importante para el Stadium Casablanca. No hay una hora libre si puedo dedicarla a trabajar con las jugadoras para intentar mejorarlas.
—Cindy Lima me aseguró que eres "un maestro del refuerzo positivo".
Bien... [Risas]. Cindy me tiene en muy buen concepto. Hay momentos para todo, pero el refuerzo positivo es mucho más productivo para la jugadora y el grupo que el negativo.
—¿Cómo se genera la confianza en una jugadora que no cree que tiene tanto potencial como el que le ves? ¿Desgasta mucho convencerla?
Todo comporta un desgaste. En el curso nacional nos dijeron que un entrenador es como un cubo de Rubik: tiene infinitas caras. Cuanto más completo seas y más caras seas capaz de cubrir, mejor serás. Una consiste en transmitir esa confianza y ser capaz de sacar ese potencial. Es nuestra responsabilidad ayudarlas en ese camino. Ellas también tienen otra, claro. Aunque no somos psicólogos ni podemos ejercer como tal.
—Hay entrenadores y entrenadoras que cambian a una jugadora cuando falla un tiro. Tú muchas veces lo haces si no lanzan.
Entiendo el baloncesto así. Como técnico tienes que fomentar las situaciones de ventaja para las jugadoras. Si en un contraataque tenemos un tiro liberado en el sexto segundo, tenemos que lanzar. No sabemos si dispondremos de otra oportunidad mejor durante la posesión. La experiencia me ha demostrado que jugadoras que quizás no son tiradoras acaban mejorando sus porcentajes, su motivación y su rendimiento en otros aspectos cuando les demuestras esa confianza.
—¿Quienes niegan un tiro o limitan a sus jugadoras abusan de su autoridad?
Buff, no me metería en ese jardín, Toni. No sé si es por autoridad o, simplemente, porque es una filosofía de juego muy determinada y bastante extendida. No me atrevería a criticarla. Hay gente que defiende que en alto rendimiento la aceptación de los roles es básica para sacar la máxima productividad a un equipo y que hacerlo, quizás, significa renunciar a un tiro que no eres capaz de meter. Sé cómo pienso yo. Dando esa confianza potencio al grupo. Es mucho más fácil defender a una jugadora que a tres.
—Me da la sensación de que lo relativizas todo mucho. El año pasado, cuando el Bàsquet Femení Sant Sant Adrià iba tan bien, insistías en que en la segunda parte los equipos se reforzarían y perderíais más partidos. Preparas el terreno cuando las cosas funcionan y dejas las cosas claras cuando no.
Sí, pero es que estoy convencido de lo que digo. En los últimos años los equipos que tienen recursos valoran si necesitan refuerzos meses después de empezar el curso. La temporada pasada, por presupuesto, no nos podíamos permitir cambios en el Bàsquet Femení Sant Adrià. Era fácil pensar que podíamos ganar ocho partidos en la segunda vuelta y jugar los playoffs. En definitiva, generar expectativas confusas. Necesitábamos al menos una victoria para clasificarnos para la Copa de la Reina y la logramos en el último partido de la primera vuelta ante un gran equipo como el Araski. Pero es que los dos anteriores habían sido contra el Uni Girona y el Uni Ferrol... Nuestra labor también pasa por relativizar las cosas cuando van bien, como el año pasado, y cuando no, como ahora. La realidad del Stadium Casablanca es distinta a la del año pasado. Si tenemos como referencia el tercer puesto, nos estamos equivocando de Liga y de confección de plantilla. Al mismo tiempo, tienes que darle confianza a las jugadoras para hacerles entender de que somos mejores de lo que estamos demostrando.
—¿Cómo estás viviendo la temporada desde la distancia la temporada del Bàsquet Femení Sant Adrià?
Le deseo lo mejor al club. Lo que me preocupan son mis jugadoras. Volver a ver en pista a Mireia Vila [tras su larga lesión] ante el Valencia Basket fue una alegría, igual que disfrutar con Laura Peña, que hizo un muy buen partido. Nunca lo he escondido. Soy de mis jugadoras porque me lo dan todo.
—Eres más de personas que de entidades.
Desde luego. Al final, las entidades no tienen ningún sentido, pero sí quien está detrás de ellas. El Bàsquet Femení Sant Adrià está formado por muchas personas que no saltan a la pista y a las que quiero: el vicepresidente, el presidente, mucha gente de la junta que hace una labor ingente para que el proyecto siga adelante... Estoy convencido de que el equipo va a seguir creciendo este curso.
—A la única jugadora o exjugadora que sigues en Twitter es a Belén Arrojo [horas después compruebo que también a Marta Montoliu]. ¿Te gusta marcar esa distancia quizás? ¿Es distancia o qué es?
Sí, siempre ha sido así. Mucha gente me ha comentado que mi jugadora favorita es Tania Pérez porque la he entrenado muchos años. Pues con Tania no me he sentado en mi vida a tomar una Coca-Cola o un café. Tania sabe qué pienso de ella y cuánto la quiero sin necesidad de establecer una relación al margen. También que si tiene un problema personal, la apoyaré. Igual que a Belén [Arrojo], Helena [López], Laura [Peña], Cris Hurtado... Que siga a Belén Arrojo en Twitter no es algo meditado.
—¿Hubo una oferta del Stadium Casablanca por Belén Arrojo?
Si no hubiera aparecido el Perfumerías Avenida, Belén Arrojo posiblemente habría fichado firmado por este club. Es una persona que te devuelve mucho más de lo que recibe y estaba muy agradecida con nuestro trabajo la temporada pasada en el Bàsquet Femení Sant Adrià. Belén sabía que en el Stadium Casablanca podría seguir creciendo como jugadora y tendría mucha responsabilidad en pista.
—Debes de disfrutar como un niño pequeño cuando participas en cursos intensivos y campus, escribes artículos...
[Se ríe]. ¡Sí! A mí no me gusta mucho dejarme ver por los pabellones ni tirar de contactos. Estoy orgulloso de que lo que tengo, sea poco o mucho, me haya llegado por mi trabajo y no por venderme. Me siento un afortunado de haber dado clases en la Federació Catalana de Basquetbol y de que creyeran en mí excelentes profesionales como Joan Cortés, Àlex Terés, Ramon Jordana o Richi Serrés. Sin hacer nada se me dio esa oportunidad.
—Hombre, tanto como sin hacer nada... El trabajo siempre es tu carta de presentación, aunque a veces los contactos se impongan...
Me refería a eso. A que he conseguido lo que tengo sin presentarme a nadie. Para mí el agradecimiento es vital, Toni, y ser profesor en la Federació era devolverles parte de la formación que me dieron.
—Como hospitalense, me interesa tu etapa en el AECS.
Fue mi estreno como primer entrenador de un sénior y gocé de la confianza absoluta del club, a pesar de que sólo tenía una experiencia previa como primer entrenador y había sido en formación. Siempre le estaré muy agradecido al AECS por ofrecerme una oportunidad para la que quizás no estaba todavía preparado, pero que exprimí con la mayor de las voluntades.
—¿Por qué te gusta Albert Espinosa?
En una entrevista en El Hormiguero defendió que es mejor acercarse a las personas desconocidas porque tienes más a ganar que a perder. Si no lo haces, nunca sabrás qué te has perdido. Albert Espinosa me transmite mucha verdad en las entrevistas. No sólo escribe bien. Se expresa desde el corazón y el alma. A mí me llega.
—Has sido entrenador personal de Cindy Lima durante varios veranos. La ayudabas a prepararse para competir con la selección.
Mi primera experiencia con una jugadora profesional fue con ella: le eché muchas horas preparando vídeos y cada año fuimos mejorando. Al final, Cindy trabajaba en pista con un preparador físico y, acto seguido, conmigo en la labor táctica. A mí no me sacas de una pista si no quieres. Y Cindy Lima es igual. Quizás contratábamos la pista hora y media y estábamos tres. Ella es así. Se toma el trabajo así. Tiene un compromiso y una tenacidad infinitos.
—Filosofía que conserva en su faceta como analista de la Eurocup y la Liga Día en Esport 3 y en su nueva etapa como actriz. Hace casi un mes debutó con Club Paraíso, la primera propuesta de su compañía Bahati Judiths & Cindys.
Tal cual. Cindy es de las personas que para mí son de verdad: es todo corazón y se abre a cualquiera. Muchas veces sufro por ella porque es extremadamente buena y lo da todo. Haberme cruzado con personas así es uno de los legados que siempre me quedarán del baloncesto.
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